La Oficina de Turismo de la República Dominicana organizó una Cena de Gala en el Hotel Miguel Ángel de Madrid para dar a conocer a la prensa especializada las peculiaridades de la cocina dominicana, reivindicando su personalidad y su carácter único en el Caribe. El evento se celebró bajo el lema ‘Fusión de sabores, un País’ y contó con la colaboración especial de la prestigiosa chef Ana Lebrón, quien viajó expresamente desde República Dominicana para la ocasión.
Leila Boasier Budecker, directora de la Oficina de Turismo de la República Dominicana en España y Portugal, subrayó el nivel de calidad logrado por la alta cocina dominicana y el talento de sus chefs, que han apostado tanto por poner en valor las especialidades tradicionales del país como por abrir nuevas vías a su futuro, explorando una cocina de fusión extraordinariamente rica en matices. “La gastronomía se consolida como una de las principales experiencias de las que disfrutan todos aquellos que nos visitan y que se ven gratamente sorprendidos por una cocina fresca, deliciosa y sobresaliente en el contraste de sabores”, comentó Boasier.
La cocina dominicana ha sido capaz de mantener sus raíces y al mismo tiempo evolucionar hacia cotas elevadas de creatividad que la han convertido en un referente de la gastronomía de todo el Caribe. “Santo Domingo, la capital de República Dominicana, ostenta desde el pasado mes de julio el título de Capital Cultural Gastronómica del Caribe, una distinción de la que nos sentimos especialmente orgullosos y que está contribuyendo decisivamente -a lo largo de todo un año- a que la cocina dominicana comience a disfrutar del reconocimiento que merece”, manifestó la responsable de la Oficina de Turismo.
Entre los platos elaborados por esta excelente chef que los invitados a la Cena de Gala pudieron degustar anoche no faltó su versión del típico sancocho. Lebrón lo preparó clarificado con bollitos de plátano, tropezones de carnes, viandas y maíz, y presentado sobre una lasca de aguacate y casabe. También se sirvió su Tiradito del mar Caribe, montado sobre cremoso Chenchen al cocolo en marea de bísquet de camarones, limoncillo y vainilla, con espuma de cilantro.
Muestra de la síntesis que la cocina dominicana realiza a partir de las más variadas materias primas de las que abastece la región fue el Solomillo de res curado en mamajuana seca y cocinado a baja temperatura en una demiglace que se prepara con moscatel, caña, guayaba, ron, cacao… Una profusión de sabores y aromas difícil de igualar.
A los postres, el cierre perfecto lo pusieron los dulces criollos, con el inconfundible sabor del coco, en un Moldeado aderezado con cerezas confitadas, salsa de ponche y piña al grill. Ni siquiera las bebidas quedaron al margen de la autenticidad caribeña y los invitados pudieron probar el ron típico, el vino espumante, el jugo de la piña dominicana, el té frío con chinola y canela y el licor de cilantro.
La directora de la Oficina de Turismo clausuró la velada agradeciendo de modo especial la colaboración de Ana Lebrón y animando a todos los presentes a dar a conocer la riqueza de la cocina dominicana y a promocionar el país como un destino gastronómico de primer nivel en el Caribe.