GOURMET

Cuatro razones para consumir carne ecológica

Redacción | Martes 24 de abril de 2018

La carne ecológica está de moda, sobre todo ahora que miramos tanto por nuestra salud ante ciertas alarmas de la OMS respecto a la carne roja, cuyo consumo debe ser moderado y nunca procesada. Tanto nuestra salud como el medio ambiente se benefician de las exigencias de la ganadería ecológica, por lo que numerosos restaurantes han optado por incluirla en sus cartas, siendo Timesburg pionero en hamburguesas gourmet 100% vacuno eco proveniente de los Pirineos catalanes, concretamente de la provincia de Lérida (bruna dels Pirineus).

Cada vez son más las personas que se deciden por hacen el cambio de una carne convencional a las de ganadería ecológica, un sistema sostenible de producción donde no se utilizan sustancias químicas (como antibióticos) ni aparatología que pueda dañar a los animales y por supuesto, afectar al consumidor final. Sobre si el sabor varía de una carne a otra o el número de nutrientes es mayor o menor, las voces son muchas y muy diversas, pero sí hay una serie de ventajas que han sido demostradas científicamente y apuestan claramente por la opción eco:

  • Alimentación más natural. Todo es 100% nacido de la naturaleza, procedente de granjas ecológicas en las que no hay presencia química, ni pesticidas ni productos de síntesis. Sergi Ibáñez, copropietario de la cadena gourmet Timesburg, especializada en hamburguesas de carne ecológica, señala la proximidad como otra de sus principales ventajas: “Nosotros estamos sobre todo en Barcelona, donde tenemos ocho locales y lo más sensato es abastecernos con carne ecológica de la tierra, más concretamente de los Pirineos. En la provincia de Lérida se encuentran las montañas donde se crían libremente las vacas. Todo ello, con un seguimiento del proceso de cría, asegurando así una trazabilidad ecológica 100%. La raza autóctona de la zona es la conocida bruna dels pirineus”.
  • Relación calidad-precio. Si bien es más cara ya que la crianza y producción tienen un coste más elevado, esos euros de más merecen mucho la pena. Es una carne de mayor calidad con un contenido de proteínas y vitaminas más alto que la convencional, con un mayor número de ácidos linoleicos (buenos para mantener a raya el colesterol) por las hierbas que comen y también de antioxidantes de suma relevancia para nuestra salud como los betacarotenos, por no hablar del hierro o las vitaminas E y B2.
  • Una cuestión de salud. En la carne convencional abundan numerosos químicos que pueden repercutir a la larga en nuestra salud, de ahí la advertencia hace unos años de la OMS sobre el consumo abusivo de carnes rojas. En la ganadería ecológica, los animales no están sobremedicados ni se les da hormonas de crecimiento para incrementar su peso, respetando en todo momento los ciclos de cría y su vida en libertad, pastando en los campos y prados. Ibáñez es un firme defensor de las carnes eco: “Si el animal es feliz y no está en cautividad encerrado y estresado las 24h del día, eso se refleja en la carne que luego comemos. Nuestros clientes suelen pedirla al punto, pues tiene un mordisco más compacto en el que afloran las especies que ayudan a conservar la carne, como se hacía siglos atrás. Además la carne ecológica es más sabrosa, con menos grasa y un sabor más tradicional y auténtico”.
  • Apoyo y fomento del producto local. Este consumo beneficia enormemente a las granjas locales que suelen ser pequeñas empresas familiares en pueblos o comarcas de alrededor. En estas fincas o granjas, los animales comen cereales o hierbas que son fertilizados con su propio estiércol, manera también de regenerar la tierra.
  • bruna de los Pirineos

    La raza de la cual sale la carne ecológica con la que se elaboran las hamburguesas gourmet en Timesburg, es la bruna de los Pirineos (bruna dels Pirineus), fusión de poblaciones bovinas catalanas con vacas de los Alpes suizos y cuyas primeras importaciones se hicieron en el Valle de Arán a finales del S.XIX. Es muy común en la provincia de Lérida, en comarcas como Pallars Sobirà, Pallars Jussà o la Alta Ribagorça. Si bien en sus inicios era una vaca de aptitud triple (carne, leche y trabajo), en la actualidad se utiliza casi en exclusividad en la producción de carne.

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