El reconocido arquitecto e interiorista Tomás Alía ha sido el artífice de la gran renovación en los espacios y la decoración.
Desde el pasado 1 de marzo el Hotel Hospes Maricel & Spa, situado en Mallorca, ha estrenado nuevo estilo en las habitaciones del edificio de Palacio. Este emblemático Hotel de la isla, ha reformado sus 29 habitaciones y sus clientes ya están disfrutando de ellas.
Para realizar el diseño de esta nueva etapa de Maricel, el diseñador Tomás Alía, ha dado forma al proyecto basándose en todos los elementos presentes en el exterior de este majestuoso edificio proyectado hacia el mar, unido a la cultura mediterránea, así como la riqueza artística y tradicional de la isla.
Esta reforma parte del replanteamiento en su distribución, consiguiendo un entorno en las habitaciones de confort y privacidad. Se han utilizado colores neutros que permiten destacar elementos icónicos de amueblamiento como el gran cabecero, del que disponen ahora las habitaciones, un elemento dominante compuesto de la unión de distintos materiales, piedra incrustada sobre un bastidor de madera de roble, remarcados con metales, otorgándole un carácter más actual, práctico y de diseño exclusivo, la geometría generada para la construcción de este alzado se combina con distintos elementos de mobiliario diseñados personalmente por Tomás Alía, como alfombra, escritorio, butacas, cuya faceta más orgánica, contrarresta la rotundidad geométrica del cabecero creando un equilibrio general en el diseño.
En este diseño también encontramos guiños a la tradición artesanal local, como ejemplo el diseño textil tradicional de “Roba de Llengües”, partiendo de su configuración gráfica y cromática, Tomás Alía ha diseñado la gran alfombra dispuesta en la zona de cama de la habitación; mesas de noche diseñadas partiendo de una técnica de cerámica tradicional unida a la calidez de la madera cuyo diseño cilíndrico y texturizado revitaliza estos materiales consiguiendo un resultado contemporáneo.
Otro de los elementos icónicos en este proyecto es la celosía que compartimenta la conexión en los distintos espacios de la estancia, compuesta por madera y metal encastrados entre sí sobre una superficie de cristal traslúcido, que permite la incidencia de la luz entre espacios.
Para concluir esta renovación, desde el estudio de Tomás Alía, se ha hecho un estudio lumínico general y se ha incidido en la retroiluminación del cabecero, el diseño de grandes apliques a cada lado del mismo con una sobre posición de láminas de latón que enmarcan el cabecero y ordenan este alzado. Se han suspendido lámparas de techo identificando las zonas de relax para crear a través de la luz una escena diferenciada.