Con unas temperaturas suaves y agradables durante el mes de diciembre, Túnez es un destino ideal para disfrutar de unas vacaciones de Navidad diferentes, lejos de la vorágine que acontece durante estas fiestas.
Desierto, playa y cultura
Una de las opciones más atractivas para escaparse durante esta época del año es adentrarse en el desierto del Sahara y explorar su mar de dunas y sus oasis con una ruta en vehículo 4x4, en quad o en dromedario. Los más aventureros pueden pasar la noche en alguno de sus campamentos –muchos de ellos de lujo–, alojamientos perfectos para dormir bajo un impactante cielo estrellado y apreciar la serenidad y la magia que desprende este singular entorno.
Para completar la experiencia en el sur del país, es muy recomendable probar la gastronomía de la región –como su rico pan horneado bajo la arena–, presenciar músicas y danzas bereberes en directo y visitar los escenarios donde se rodaron algunas de las películas de la saga Star Wars.
Asimismo, en las puertas del desierto, la localidad tunecina de Douz celebrará la 50ª edición del Festival Internacional del Sahara del 28 al 31 de diciembre. Se trata de un acontecimiento de gran magnitud que permite sumergirse de lleno en la cultura y las tradiciones bereberes, ya que se dan cita diversas tribus nómadas procedentes de distintos puntos del país, de Argelia, Libia y Egipto.
Aquellos que prefieran cerrar el 2017 en una atmósfera de relajación y bienestar pueden disfrutar en los centros de talasoterapia que se hallan repartidos por el litoral mediterráneo. Túnez ha sabido aprovechar las virtudes del mar, su clima y su privilegiado entorno para construir estas instalaciones que canalizan el agua desde alta mar y ofrecen tratamientos, masajes y una gran variedad de piscinas.
Los amantes del golf también pueden aprovechar estas vacaciones para dedicarse en cuerpo y alma a practicar su deporte favorito. Los campos de golf tunecinos, diseñados por arquitectos de renombre, destacan por estar bien adaptados al terreno y por permitir diversas fórmulas al turista: estancias que permiten probar varios campos, períodos de prácticas de perfeccionamiento y golf combinado con talasoterapia, entre otras posibilidades.
Si se busca una estancia con tintes más culturales, Túnez dispone de numerosos museos y yacimientos arqueológicos que recogen la historia milenaria del país, en el que se han sucedido diversas civilizaciones, dejando un patrimonio de gran valor. El Museo Nacional del Bardo, las ruinas de Cartago o el anfiteatro romano de El Djem son algunas de las riquezas más representativas.
Por su parte, quienes deseen tener un plan más animado en Nochevieja, pueden sumarse a alguna de las celebraciones para dar la bienvenida al 2018 que se organizan en los restaurantes, hoteles y clubs de Túnez capital, o bien, fuera de ella, en la zona de La Marsa, Gammarth, Hammamet y Djerba, entre otros.