El Principado de Asturias es un auténtico paraíso como destino para una escapada de fin de semana o unas extraordinarias vacaciones. Un lugar de maravillosos paisajes y contrastes, en los que las altas cimas se combinan con verdes praderas, abruptos acantilados y hermosas playas. Un territorio que fue pionero en un tipo de turismo que hunde sus raíces en la autenticidad de los pueblos y en la naturaleza, el denominado turismo rural, que comienza en los 80, y que ha ido extendiéndose a lo largos de los últimos años.
Asturias, brinda al turista un entorno rural incomparable en belleza, tranquilidad y diversidad, ofreciendo increíbles lugares para visitar y una maravillosa gastronomía para degustar.
Un maravilloso entorno, que unido a un hospedaje confortable, hará de Belmonte un destino inolvidable
En esta ocasión, ponemos nuestro punto de vista en a la localidad de Belmonte de Miranda, situada a escasos kilómetros del Parque Natural de Somiedo, un lugar perfectamente conservado, con una importante masa arbórea, donde abundan las zarzas y los helechos y habitan especies como lobos, zorros y osos pardos.
Un maravilloso entorno, que unido a un hospedaje confortable, hará de Belmonte un destino inolvidable. Hay tres alojamientos rurales perfectos para pasar unos días en plena naturaleza, disponiendo de todas las comodidades necesarias.
Son tres hoteles gestionados y dirigidos por la propia familia, en los que se recibe un trato personal y cercano, lo que hace muy agradable y placentera la estancia. Esto se refleja en los comentarios, de carácter muy positivo, que los clientes dejan en los portales más importantes de turismo, como Tripadvisor.
Estos alojamientos rurales son, Hotel Las Cruces, Gran Hotel Rural Cela y el Hotel Rural Calzada Romana, tres hoteles diferentes, que bajo una misma gestión, son ideales para pasar unos fantásticos días. Además, si se quiere viajar con mascota, decir que en los tres se admiten animales de compañía, previa solicitud y un coste de 5 € por noche.
Vamos a conocerlos un poco mejor.
Tiene una ubicación perfecta para explorar todos los alrededores y disfrutar a la vez de una estancia relajante. Se encuentra entre una exuberante campiña, en la hermosa localidad de Belmonte de Miranda, a pocos kilómetros del Parque Natural de Somiedo. Los huéspedes pueden practicar una gran variedad de actividades de montaña y gozar de un impresionante paisaje. El parque natural es el hábitat de osos pardos y de los ciervos más grandes de Europa. Además, los hermosos lagos, de las tierras altas, ofrecen un entorno perfecto para caminar o pasear en bicicleta.
El Hotel Las Cruces es un moderno edificio, en pleno centro de Belmonte de Miranda, junto al Ayuntamiento, con 20 habitaciones, amplias zonas comunes, y una cafetería con salón para ver la televisión, juegos de mesa, etc.
Un alojamiento que ofrece habitaciones modernas, elegantes, con impactos cromáticos llamativos. Todas son exteriores y muy luminosas. Se trata de dormitorios individuales, dobles y suites, que garantizan estancias cómodas y llenas de confort. Disponen de baño completo, televisión, caja fuerte, cuarto de estar y teléfono. En las espaciosas suites se incluye una zona de estar adicional con escritorio.
En cuanto a los servicios disponibles, los clientes pueden disfrutar de un salón comunitario con televisión, sala de juegos, snack-bar, aparcamiento en la calle y conexión wifi disponible en todas las instalaciones.
Hotel Las Cruces, un alojamiento que ofrece habitaciones modernas, elegantes, con impactos cromáticos llamativos
Se trata de una casona típica asturiana, situada en el Camin Real de la Mesa, de Belmonte de Miranda, construida en 1902. Fue una fonda emblemática en esta zona, hasta el 2003, año en el que se hizo una reforma total, para dar servicio como hotel rural de tres estrellas, restaurante y cafetería.
En este hotel se podrá gozar del confort además de degustar platos asturianos tradicionales (como la fabada, la pota de berzas, el cabrito asado y las carnes de caza local).
Todas las habitaciones están equipadas con las mejores comodidades: Wifi gratuito, secador de pelo, y en las habitaciones de categoría doble superior disponen de bañera de hidromasaje. Además cuenta con una suite con jacuzzi y un apartamento suite, para aquellos que deseen una mayor comodidad. Además, ofrece un completo servicio de masajes, terapéuticos, descontracturante, relajante, anticelulíticos, etc.…, un capricho que si se prueba, sin duda se agradecerá.
Y por último, si se busca algo más económico, está el Calzada Romana, un hotel low cost.
El Hotel Rural Calzada Romana se encuentra entre las montañas, a 40 minutos de Oviedo y a una hora de Gijón. Su privilegiada situación hace de él un alojamiento idílico para realizar multitud de actividades de turismo activo, organizadas y gestionadas desde el propio hotel, senderismo, paseos en bici, a caballo, espeleología, barranquismo, escalada, descenso en canoa…
Gran Hotel Rural Cela, cuenta con una suite con jacuzzi y un apartamento suite
Sus 15 habitaciones disponen de televisión y zona de estar. Incluyen baño privado con secador de pelo y artículos de aseo gratuitos.
Este alojamiento ofrece estilo y elegancia, además de unas vistas espectaculares y un entorno impresionante.
http://www.hotelruralcalzadaromana.com
Actividades al aire libre que pueden realizar los clientes
Belmonte de Miranda ofrece a los amantes de la naturaleza un interesante abanico de posibilidades, como caminar por valles, desfiladeros, montañas y praderas. La Calzada Romana o Camín Real del Puerto de La Calzada son rutas recomendables, al igual que la Ruta Vaqueira, un hermoso itinerario a través de los pueblos habitados por vaqueiros, por la Sierra de Begega. Los aficionados al montañismo pueden realizar la subida al pico Peña Manteca. Y para relajarse, en la parroquia de Leiguarda se puede acceder a un área recreativa, con un gran número de castaños centenarios, conocida como el área de Vigonzález, en la ribera del río Pigüeña.
Para los aficionados a la caza o a la pesca, Belmonte es un lugar con mucho atractivo, ya que tiene entre su fauna especies muy apreciadas, tanto en caza (jabalí, corzo, perdices) como en pesca (salmón en el Narcea y truchas en el Pigüeña).
Asimismo, esta localidad que cuenta con La Casa del Lobo, un maravilloso centro de interpretación, para visitar también con niños, que pone en valor una de las especies más emblemáticas de Asturias, el lobo ibérico, desde una perspectiva naturalista y dando importancia a la educación ambiental y la protección de la biodiversidad, el animal más popular de esta zona. La visita a La Casa del Lobo puede completarse con un paseo guiado de 1,5 Km aproximadamente a orillas del río Pigüeña hasta el cercado donde habitan tres ejemplares de lobo ibérico y se puede ver de primera mano lo explicado en el centro. Durante la visita se explica, además del origen de esos tres lobos, los rastros de animales y ejemplos característicos de la flora y la fauna autóctonas que se encuentran a lo largo del recorrido, destacando algunas especies de alto valor biológico.
Un maravilloso entorno
Belmonte de Miranda se encuentra a 56 kilómetros de Oviedo. Limita al norte con Salas, al este con Grado, al sur con Somiedo y Teverga y al oeste con Tineo. Su capital, Belmonte, se halla a 200 metros sobre el nivel del mar. Tiene un espacio privilegiado desde el punto de vista medioambiental, con numerosos espacios vegetales y autóctonos. El sector suroriental forma parte del Parque Natural de Somiedo.
Está compuesto por cuatro valles principales, que corresponde a los cuatro rios mas importantes que surcan el territorio, el Somiedo, el Pigüeña, el Valle y el Saliencia. Existe, además, numerosos lagos y lagunas, entre los que destacan, los lagos de Saliencia (La Cueva, Calabazosa y Cerveriz) a 1.600 metros de altitud, y el Lago del Valle. Este último es el más extenso de Asturias situado a 1.580 m de altitud al pie de los picos Albos y la Peña La Mortera.
El Hotel Rural Calzada Romana low cost se encuentra entre las montañas, a 40 minutos de Oviedo
La pronunciada diferencia altimétrica de la zona, que oscila entre los 2194 metros del pico El Cornón y los 400 m de Aguasmestas, conjugada con la climatología, han dado como resultado un territorio que brindó ya a sus primeros pobladores unos hábitats concretos en los lugares más resguardados de los duros inviernos y una naturaleza que ha determinado unas formas de vida basadas en la agricultura de montaña y la trashumancia.
Algo de historia
Son escasas las noticias sobre los primeros pobladores que habitaron estas tierras, pero se tiene constancia de la existencia de una necrópolis en Balbona, aunque no se encontraron restos de ajuares. El hallazgo más importante es la aparición de un ídolo en Llamos, aunque sin contexto arqueológico, y es difícil su datación, únicamente comparándolos con otros similares que se podrían datar en la Edad de Bronce.
Su cultura castreña tiene pocos restos, identificándose en el pico Cervera un castro que quizás sea una antigua torre romana. Si hay muchos restos romanos, tal vez debido a toda la explotación aurífera llevada a cabo en esta zona. Hay una calzada romana que unía Asturias con la Meseta, fue anteriormente una vía natural, ya utilizada por los astures. Esta vía fue el más importante cruce de cultura, por ahí pasaron: centurias romanas, huestes peregrinación jacobea, etc.
La historia de este concejo está unida a la construcción de un monasterio, La Villa Lapideum, fundado por la reina Velasquita esposa del rey Bermudo II de León. Bermudo III permutó esta propiedad con los Condes Pelayo Froilaz e Idontio Ordoniz, por otra de éstos que estaba en Galicia. Dichos condes fundaron un monasterio, pero sus descendientes disgregaron el patrimonio, que más tarde sus herederos lo aumentarían y simultáneamente el Rey Alfonso VII lo puso bajo su protección acrecentando aún más su patrimonio y consolidándolo como señorío territorial y jurisdiccional. De este Monasterio de Lapedo, no queda piedra alguna. Determino la historia del concejo y su predominio sobre el resto de monasterios de la zona.
La historia de este concejo permanece unida al monasterio hasta el siglo XIX, monopolizando los monjes, no sólo tierras sino también sojuzgando a sus habitantes, dándose el caso de que sus colonos no podían contraer matrimonio sin el permiso de los abades. En aquellas circunstancias muy pocas familias eran libres y las que eran pertenecían a la nobleza secundaria. El mayor colectivo lo constituían, los vaqueiros de alzada, a quienes los propietarios cedían la explotación de pastos y rebaños, que fueron ascendiendo progresivamente a la condición de propietarios de rebaños, más que de tierras, sobre todo porque los pastos adquirieron propiedad comunal, al subir todos a los mismos pastos de la montaña.
El Oro de Belmonte
Los romanos codiciaron su oro y lo explotaron. Belmonte de Miranda lleva en su singular estela la impronta de la ‘fiebre del oro' que los romanos desataron en el inmenso occidente asturiano. El oro de Belmonte no es una leyenda, es una realidad histórica y actual, explicada en su Aula del Oro, y perfectamente visible en lugares como Villaverde, Boinás o la Sierra de Begega.