URBANAS

Astorga, una ciudad romana, emblema histórico y artístico de León

Palacio Episcopal
Redacción | Miércoles 29 de noviembre de 2017

Astorga, la bimilenaria ciudad, cabecera administrativa de la comarca de la Maragatería, rebosa historia en cada calle, plaza y esquina que se esconde dentro su muralla. Toda una serie de acontecimientos históricos que han dejado su huella; desde sus orígenes como campamento militar romano y posterior urbe encargada de la gestión de las explotaciones de oro del noroeste de la provincia, pasando por la consolidación del Cristianismo, que dio lugar a la extensa diócesis que hoy conocemos; el auge del Camino de Santiago y la creación del marquesado de Astorga en la Baja Edad Media y en el s. XIX la llegada del ferrocarril, el desarrollo de importantes industrias chocolateras y el comienzo de la construcción de uno de sus edificios más relevantes, el Palacio Episcopal.

Pasado Romano de Astorga

La Ruta Romana es la mejor manera de conocer el pasado romano de Astorga. Partiendo del Museo Romano y a través de una visita guiada, es posible conocer los restos arqueológicos que se ha conservado en el centro histórico y que dan forma a uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad. Hace un recorrido por el Foso, que formaba parte del sistema defensivo del campamento; las Termas Menores, El Aedes Augusti, templo dedicado a la memoria del emperador y punto de reunión de la curia, así como los restos del pórtico de la zona sur. Ruta que se completa con el recorrido por el interior de un tramo del sistema de cloacas y la visita a una lujosa casa, cuyo propietario podría pertenecer a uno de los grupos sociales más importantes de Asturica Augusta. Y para finalizar, podremos recorrer la muralla, construida a finales del siglo III d.C.

La Ruta Romana es la mejor manera de conocer el pasado romano de Astorga

Una muestra interesante del patrimonio material que se ha recuperado de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la ciudad y alrededores la encontramos en el Museo Romano. Erigido sobre un impresionante pórtico abovedado, conocido como la “Ergastula” que formaba parte de una construcción monumental ubicada en el foro de la ciudad antigua, alberga una importante colección epigráfica donde destacan diferentes lápidas funerarias, así como las pinturas pompeyanas descubiertas a mediados del siglo pasado. La numismática romana está representada por un áureo del emperador Tiberio y un tesorillo de denarios.

Muy cerca del Museo Romano se encuentra la Plaza Mayor, asentada sobre una parte del antiguo foro romano y que lleva siendo plaza pública desde hace más de 2.000 años. Espacio porticado de encuentro de los astorganos, cobra especial vida cada martes con la celebración del mercado desde la época medieval. Presidiéndola se encuentra el Ayuntamiento con su fachada típica del barroco civil leonés. En lo alto del consistorio el reloj marca los tiempos de la ciudad flaqueado por los famosos maragatos Juan Zancuda y Colasa, que desde el siglo XVIII golpean la campana con las señales horarias. A sus pies, una completa oferta de bares en los que poder hacer un alto y degustar la sabrosa variedad de tapas, nos servirán de preámbulo antes de sentarnos a degustar las sabrosas propuestas de la gastronomía astorgana y maragata.

En el entorno de la catedral se concentran varios edificios sumamente interesantes. La propia Catedral de Santa María, cuya construcción se inició en el año 1471 con la remodelación de la antigua catedral románica que ya existía. En ella destacan la fachada renacentista de los Obispos, la principal de estilo barroco, el retablo Mayor, las imágenes de la Virgen de la Majestad y la Inmaculada, sin olvidarnos de la sillería del Coro y el retablo hispano flamenco de San Miguel.

En su interior, el Museo Catedralicio guarda una interesante y variada colección de arte sacro que incluye pintura, escultura, orfebrería religiosa, así como vestimenta y ornamentos litúrgicos.

Gaudí en Astorga

Al otro lado de la calle está el reconocido Palacio Episcopal, obra de Antoni Gaudí. Se trata de una de los tres edificios que proyectó fuera de Cataluña y fue mandado construir por el obispo Juan Bautista Grau Vallespinós encargándoselo a su amigo, el arquitecto catalán. Proyecto que Gaudí abandono tras la repentina muerte del obispo, siendo retomadas las obras el año 1913 por el arquitecto Ricardo García Guereta. Si el exterior impresiona, el interior no lo hace menos, siendo una auténtica maravilla en la que destacan los trabajos al fresco del pintor Fernado Villodas, las vidrieras del maestro francés José Maumejean y las esculturas del artista Enrique Martín.

Muy cerca del Museo Romano se encuentra la Plaza Mayor, asentada sobre una parte del antiguo foro romano

Este genuino edificio tendrá un protagonismo especial el próximo año con la celebración en Astorga del 3er Gaudí World Congress, un congreso que reunirá a estudiosos de todo el mundo de la obra del insigne arquitecto, y que compartirá sede con las ciudades de Barcelona, Pekín y Rancagua (Chile).

Este notable edificio alberga desde 1964 el Museo de los Caminos, donde se exponen numerosas y destacadas piezas procedentes de la Diócesis de Astorga, y que van desde la prehistoria pasando por la epigrafía y numismática romana y el arte religioso hasta obras contemporáneas.

Museo del Chocolate

Uno de los motores económicos de Astorga a finales del siglo XIX y principios del XX fueron las industrias chocolateras que algunos visionarios pusieron en marcha, y que todavía hoy sirve de sustento para diversas familias. La importancia del sector chocolatero en Astorga se ve reflejado en el hecho de que en 1925 existían en la ciudad un total de 51 fábricas, algunas de ellas, de las más importantes de España. Tradición que tiene su espacio propio en forma de Museo del Chocolate ubicado en un palacete de principios del siglo XX que fue residencia, almacén y fábrica del chocolatero D. Magín Rubio.

Colección museística única en España, en la planta baja además de la recepción, que recrea una antigua tienda de chocolate, encontramos la “Cámara de las Maravillas” en la que se muestran curiosas piezas relacionadas con la publicidad. Desde aquí accedemos a la sala “El cacao y los orígenes del chocolate” donde se presenta de una manera interactiva y lúdica el principal ingrediente del chocolate, así como sus orígenes y valores históricos, su cultivo, los países productores y consumidores y las especies más características. La siguiente sala es la dedicada a la “Elaboración del chocolate”, donde se muestran las dos formas de elaboración de chocolate en Astorga, una interesante colección de piezas y utensilios relacionados con la elaboración manual conocida como “a brazo”, y las primeras máquinas de principios del siglo XX con las que se elaboraba “a la piedra”. Todas estas piezas expuestas convergen al fondo de la sala con el moldeado, momento el que el chocolate adquiere su forma final. La visita en la planta baja se completa con la Sala de Usos Múltiples donde se proyecta un audiovisual sobre las dos formas de elaboración del chocolate.

El Palacio Episcopal, obra de Antoni Gaudí. Se trata de una de los tres edificios que proyectó fuera de Cataluña

En la planta primera se encuentran otras cuatro salas. La primera nos cuenta “El consumo del chocolate” a través de diferentes objetos relacionados con la preparación y el consumo del mismo. La siguiente sala dedicada a la “Publicidad” nos muestra las diferentes soluciones publicitarias de la época para incentivar el consumo del chocolate y que fueron uno de los aspectos más artísticos de esta industria. De aquí pasamos a la sala dedicada a las “Familias de Chocolateros”, lo que nos permite conocer a las familias más reseñables de Astorga, algunas de las cuales fueron distribuidoras de la Casa Real, alcanzando reconocimiento en exposiciones nacionales e internacionales. La última sala es la dedicada a la “Imprenta y la litografía” y en ella se exponen piedras litográficas y planchas de zinc, así como sus correspondientes impresiones.

La visita finaliza nuevamente en la tienda donde se puede hacer una cata-degustación de los chocolates de Astorga y su entorno.

Astorga, ciudad jacobea por excelencia donde se juntan el Camino Francés con la Vía de la Plata, se convierte para el visitante en un mundo de sensaciones en el que se mezclan la historia, el patrimonio y las tradiciones con la más sabrosa gastronomía.

Gastronomía

Oferta culinaria que tiene su máximo exponente en el Cocido Maragato, cuya peculiaridad es que se come al revés empezando por las carnes, para continuar con los garbanzos de la variedad autóctona Pico Pardal acompañados de berza y patatas y por último la sopa. Experiencia gastronómica que tiene su colofón con el postre: las deliciosas natillas acompañadas de un bizcocho denominado “roscón”.

Uno de los motores económicos de Astorga a finales del siglo XIX y principios del XX fueron las industrias chocolateras

El patrimonio gastronómico astorgano y maragato se vio enriquecido por la actividad arriera que, durante siglos, transportó en carros tirados por bueyes todo tipo de productos del interior de la península a la costa y viceversa, y que ha provocado que de las cocinas astorganas y maragatas salgan otras delicias más típicas de otras latitudes como son el bacalao, el pulpo y el congrio que en esta tierra se elabora al estilo “arriero”. Destacables son también la exquisita cecina de vaca que tiene la Indicación Geográfica “Cecina de León” y las carnes rojas que se crían en las faldas de la Sierra del Teleno. Productos todos estos que se pueden degustar en los restaurantes de todo el municipio tanto en sus formas más tradicionales como en recetas evolucionadas.

La tradición repostera también es importante en Astorga, destacando las mantecadas, los hojaldres, el tradicional chocolate “a la taza” y los merles.

No podemos abandonar estas tierras sin hacer una visita a la pequeña población de Castrillo de Polvazares. Situada a pocos kilómetros de Astorga, es, sin ningún género de duda, una de las poblaciones más genuinas y atractivas de la Maragatería y de toda la provincia de León. Declarado Conjunto Histórico, es una magnífica muestra de la arquitectura popular arriera, en cuya tipología destacan los grandes portalones necesarios para permitir el paso de los carros con los bueyes y que daban acceso a un gran patio. Macizas construcciones de piedra con galerías de madera pintadas en color verde, al igual que puertas y ventanas, y rematadas con un marco blanco que las rodea.

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