Desde el pasado marzo el Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social ha venido desarrollando en Villena un proyecto de investigación sobre la demografía de las últimas poblaciones de cazadores y recolectores de la Prehistoria y cómo el cambio climático afectó al grupo.
Este estudio, financiado por El Consejo Europeo de Investigación con una ayuda económica que asciende a 1.460.000 euros, supone un impulso en el conocimiento y puesta en valor del patrimonio prehistórico de la ciudad alicantina, generando oportunidades de trabajo para jóvenes arqueólogos de la comarca.
Bajo la mirada del Castillo de la Atalaya, durante el frío invierno de 1963, cuando la tarea encomendada era acometer unas obras en un solar de Villena, llegaron de forma repentina los regalos de Navidad: se encontró el Tesoro de Villena. Uno de los principales hallazgos arqueológicos de oro de España. Está custodiado en el Museo Arqueológico José María Soler, ubicado en los bajos del mismo ayuntamiento. Una auténtica maravilla que tiene más de 3.000 años de antigüedad y que hace algo más de 60 forma parte del patrimonio de nuestro país. Y es que si por algo es famosa Villena es por su gran riqueza arqueológica. Uno de los yacimientos de referencia es el de Cabeza Redondo, un poblado de la Edad del Bronce de unos 3.500 años de antigüedad. Sin embargo, hay otros periodos anteriores que hasta ahora no se habían podido estudiar con profundidad.
Desde primeros de marzo el IPHES, Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social, ha venido desarrollando en la localidad un proyecto de investigación sobre la demografía de las últimas poblaciones de cazadores y recolectores de la Prehistoria que consiste en la reconstrucción de las dinámicas demográficas durante el periodo que transcurre desde el final de la última glaciación hasta la aparición de la agricultura.
Un proyecto arqueológico que tendrá una duración total de cinco años y que está financiado por el Consejo Europeo de Investigación, el órgano más prestigioso que subvenciona este tipo de estudios en toda Europa. En la actualidad, en España, solamente hay otros dos que cuentan con este tipo de ayuda. En este caso es de 1.460.000 euros, y estará dirigida, sobre todo, a la contratación de personal investigador.
Los resultados tendrán grandes implicaciones en Villena. Por un lado, una inyección de recursos y de dinero público destinados al conocimiento del patrimonio arqueológico local. Por otro lado, se contribuye al fomento de la empleabilidad.
Además de un amplio equipo formado por 14 personas, entre ellas investigadores, especialistas en geoarqueología o en reconstrucción paleoambiental, también se ha contado con 20 estudiantes voluntarios de varias universidades españolas y con la contratación de personal recién licenciado de Villena, Novelda y Biar con el objetivo de que, según las palabras de Javier Fernández, “conozcan y tengan la oportunidad en los inicios de su carrera profesional de entender el tipo de arqueología que se está llevando a cabo en la localidad. Este trabajo nos ha dado la oportunidad de ofrecer empleo a otros investigadores o arqueólogos más jóvenes que se están formando”.
Este proyecto ampliará el conocimiento sobre la herencia histórica de Villena. Las conclusiones resultantes de este estudio formarán parte de la propia cadena de valor del patrimonio histórico de la localidad.