Escritores, pensadores, cineastas y artistas de toda índole han elegido este país latinoamericano como fuente de inspiración.
No solo muchos famosos y artistas de ahora ven México como un lugar ideal para pasar sus vacaciones o desarrollar su carrera profesional. El país latinoamericano siempre ha sido la casa de todos y ha acogido con los brazos abiertos a artistas e intelectuales extranjeros. Un lugar hasta el que llegó desde Costa Rica la cantante Chavela Vargas o hasta el mismísimo Fidel Castro.
En el caso de España, México también fue el refugio de muchos intelectuales españoles tras la Guerra Civil. Es por eso que muchas de sus huellas y legado quedaron aquí haciendo sentir al viajero español más cerca de casa cuando visita esta tierra. A continuación se detallan algunos de los lugares más míticos donde estuvieron personajes de la talla de Luis Buñuel, María Zambrano o Luis Cernuda.
Esta filósofa malagueña (Premio Príncipe de Asturias en 1981 y Premio Cervantes en 1988) dejó parte de su huella en Michoacán y Ciudad de México. Invitada por el Colegio de México (antigua Casa de España), María Zambrano y su esposo partieron en 1939 para México. Allí trabajó como profesora en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo en Morelia (Michoacán), una institución académica cuyos inicios se remontan al siglo XVI. Allí publicó “Filosofía y poesía y Pensamiento y poesía en la vida española”. María Zambrano fue una firme defensora de la II República española, cuyo gobierno tuvo sede también en Ciudad de México. La sala de Cabildos del antiguo ayuntamiento ubicado en la Plaza de la Constitución (conocido como “El Zócalo”), donde se reunieron las Cortes republicanas en 1945, ha sido testigo de la historia más reciente de España.
Uno de los cineastas españoles más reconocidos internacionalmente nació en Teruel, pero falleció en Ciudad de México debido al exilio de la dictadura franquista. Durante su etapa en Ciudad de México desarrolló gran parte de sus mejores producciones cinematográficas, como “Viridiana”, que fue una coproducción hispano-mexicana. Buñuel también estuvo en contacto con otros artistas del surrealismo como Edward James, creador de Las Pozas, el jardín surrealista más bonito de México, que se encuentra en el pueblo mágico de Xilitla (San Luis Potosí). Buñuel consiguió la nacionalidad mexicana y fue ganador del Premio Nacional de Bellas Artes, otorgado por el Gobierno de México, en 1977.
Este ingeniero madrileño participó en la construcción de algunos de los edificios más importantes de México. Entre ellos, destacan el Auditorio Nacional de Ciudad de México, el principal recinto de representaciones del país y uno de los más importantes del mundo; la nueva Basílica de Guadalupe, uno de los mayores lugares de peregrinación y más significativos del turismo religioso; así como el Estadio Azteca, el undécimo estadio de fútbol más grande del mundo. Entre sus trofeos se puede ver el Premio Nacional de la Academia Mexicana de Ingeniería.
Luis Cernuda realizó varios viajes a México, donde conoció a otros exiliados como María Zambrano. En México vivió una de sus historias de amor más pasionales con el culturista Salvador Alighieri. Trabajó en la Universidad Nacional Autónoma de México y colaboró en varias revistas mexicanas. El poeta sevillano también se reencontró con el Premio Nobel de Literatura mexicano, Octavio Paz, y su mujer escritora Concha Méndez, a cuya casa de Coyoacán, el barrio en el que vivió Frida Kahlo, se mudó a partir de los años 50. Sus restos descansan en El Panteón Jardín, un cementerio de la Ciudad de México, donde están enterradas numerosas personalidades.
Este poeta de la Generación del 27 vivió en México la mayor parte de su madurez literaria y allí falleció. México le acogió admirablemente y supuso para él una etapa muy importante. Allí trabajó como bibliotecario en Veracruz y también impartió un curso sobre El Quijote, además de publicar varias obras. Hoy, se levanta una estatua que le rinde homenaje en el que se considera uno de los sitios más concurridos de Ciudad de México, el parque de Chapultepec, que acoge el Museo Nacional de Antropología y uno de los mayores bosques urbanos.