Nunca faltan motivos para viajar a San Juan de Luz, una tierra llena de contrastes, o a Hendaya, con su espectacular playa, pero existen muchas otras razones para viajar a estas dos maravillosas y sorprendentes localidades vasco-francesas. Aquí se detallan nueve pretextos para acercarse (desde España o cualquier otro lugar) a descubrir y disfrutar de estos pueblos costeros.
Su cercanía con España
A ambas localidades, situadas a unos pocos kilómetros de la península, se puede llegar de multitud de maneras:
Ambas localidades, situadas a unos pocos kilómetros de la península
Por carretera, a tan solo 5 horas en coche desde Madrid, o 6 desde Barcelona.
En avión, con vuelos directos al aeropuerto de San Sebastián, situadas a 5kms de la frontera.
En tren, desde Madrid o Barcelona hasta la frontera francesa con precios económicos para después enlazar con los ferrocarriles franceses (SNCF).
Su gastronomía: Despertar el paladar
Como el resto del País Vasco, estas localidades poseen un producto local y una gastronomía de alta calidad. Se trata de zonas costeras, así que no es de extrañar que tanto marisco como pescado sean frescos y deliciosos. Un plato muy especial y muy típico al mismo tiempo es el ttoro (sopa de pescado), otros platos típicos incluyen el bonito a la luzienne, la merluza koskera y las sardinas asadas.
Con una fuerte tradición culinaria, la gastronomía en San Juan de Luz y Hendaya destaca no sólo por sus restaurantes con Estrellas Michelin, como El Kaïku o el restaurante L'Océan del Grand Hotel, sino también por sus productos autóctonos, entre los que cabe destacar los típicos macarons y Pastel Vasco de Adam Etxea, los kanougas de la Maison Paries, el salchichón vasco del cerdo negro del Valle de los Aludes, o el pimiento de Espelette, entre otros productos.
Cuidar la salud: Mimarse con la Talasoterapia,
La región es considerada como la meca francesa de la Talasoterapia en las que poder relajar cuerpo y alma en centros especializados como:
La región es considerada como la meca francesa de la Talasoterapia
Loremar o Thalazur en San Juan de Luz o Serge Blanco en Hendaya, donde disfrutar de tratamientos naturales basados en el uso de agua de mar, algas y barro.
Vibrar al ritmo de las tradiciones
Lugares donde se mezclan tradiciones vasco francesas y se puede disfrutar de los torneos de pelota vasca, en los trinquetes, Jai Alai y frontones de los pueblos. También se puede descubrir el Toro de Fuego, un toro de madera con antorchas a modo de astas, llevado a hombros por las calles, que debe ser evitado por la multitud y, para finalizar escuchando el corazón del pueblo vasco representado por sus coros masculinos conocidos internacionalmente, que cantan a capella acompañados por la flauta y el tambor desde la Edad Media.
Viajar al pasado
Con las siguientes visitas se podrá retroceder en el tiempo y conocer el fabuloso pasado de San Juan de Luz y Hendaya.
El Castillo de Abbadia del siglo XIX, en Hendaya, diseñado por Viollet le Duc sobre un acantilado y residencia del científico Antoine d’Abbadie.
Acercarse al pintoresco puerto pesquero de San Juan de Luz donde los antiguos armadores vascos que salían a la pesca ballenera, edificaron sus palacetes frente al mar. A la iglesia de San Juan Bautista, donde Luis XIV contrajo matrimonio con María Teresa de Austria, Infanta de España en 1660. O visitar la casa donde nació el compositor Maurice Ravel así como la casa donde vivió el pintor Henri Matisse en 1940 en Ciboure.
Practicar el golf
La espectacular calidad del Green de 18 hoyos, uno de los mejores de Francia y la relevancia de los torneos que se celebran en el Club de Golf Chantaco, perteneciente a la familia Lacoste, han otorgado a este lugar una fama internacional.
En Hendaya, donde se encuentra la que es considerada como la sexta playa más bonita de Francia
Un entorno lujoso y tranquilo donde los golfistas podrán practicar o mejorar su técnica a un precio asequible.
Practicar o iniciarse en el surf
En Hendaya, donde se encuentra la que es considerada como la sexta playa más bonita de Francia, con olas asequibles para todos y para todas las edades. Es un destino perfecto para familias. Para los más diestros en la materia, recomendamos la Belharra entre Hendaya y Uruñe, una de las olas más grandes de Europa que ha atraído a la elite mundial del surf.
Hacer senderismo
Como la llamada Ruta de la Cornisa, unos acantilados que se extienden desde Hendaya hasta San Juan de Luz a lo largo de un litoral preservado y único donde no se puede edificar. Un costa moldeada por el Atlántico y los Pirineos desde hace millones de años, cuya riqueza geológica es mundialmente reconocida y que podemos descubrir en la Casa Asporotsttipi también llamada la casa de la cornisa.
Y por último…
Sus espectaculares vistas desde las cornisas tanto al mar como a la montaña, donde rodeados de la familia o amigos se puede disfrutar de una inmensa paz y tranquilidad.