En boca de Claudio Magris, escritor italiano de prestigio, las aguas del río Danubio nos permiten entender el continente europeo de punta a punta, de oeste a este. A su paso por Budapest, la capital de Hungría, se muestra ancho y caudaloso.
Precisamente nos ocuparemos de esta ciudad en el artículo. Para ser más concretos, haremos un repaso a unos pocos de los muchos atractivos turísticos que posee, y que han convertido a la ciudad del Danubio en uno de los enclaves más demandados del viejo continente para practicar turismo histórico y monumental.
Está ubicada geográficamente en el centro del país, en una zona que en otro tiempo fue imperial, y cuyo territorio ha protagonizado algunos de los episodios más trascendentales (algunos de ellos trágicos) del pasado siglo XX.
En la actualidad, la capital húngara es considerada sinónimo de cosmopolitismo, atrevimiento y modernidad.
Budapest es una de las urbes más bonitas de Europa, y especialmente recomendada para perderse paseando entre imponentes edificios de origen renacentista, tomar algo en los bares y terrazas que se muestran en la misma orilla del río, visitar su enorme elenco de monumentos emblemáticos, o relajarse en una de las varias pozas de aguas medicinales o termas que se expanden por todo el núcleo urbano de la ciudad.
Sin embargo, iremos un poco más allá. Procederemos a enumerarles tres enclaves que consideramos de obligatoria visita, en caso de que usted tenga la intención de visitar Budapest en algún momento de su vida. Se quedarán cosas en el tintero como no puede ser de otro modo, pero tenemos la esperanza de que tales apuntes sean recibidos positivamente por el lector.
Avenida Andrassy: fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2002 (UNESCO). Es un gran bulevar que conecta la plaza de los Héroes con la plaza Erzsébet, valga la redundancia, y agrupa en su recorrido distintos lugares emblemáticos de la población: palacios renacentistas, mansiones, restaurantes, la Ópera, boutiques a la moda, o cafeterías.
Por si fuera poco, es la arteria principal para los ciclistas de Budapest, ya que se trata de una zona ideal para ser recorrida sobre dos ruedas y a pedales.
Parlamento y Puente de las Cadenas: una de las mayores fortalezas de la ciudad es la arquitectura. Y dentro de tal categoría, destacamos el Parlamento como su bastión más reseñable.
Tremendamente majestuoso, y junto al Puente de las cadenas, forman parte de un perfil reconocible en Budapest.
Son dos hitos arquitectónicos de relumbrón, y se muestran singularmente imponentes a partir del anochecer, debido a la iluminación que se imprime sobre ellos, y al reflejo de sus respectivas siluetas en las aguas del Danubio.
Basílica de San Esteban: colosal basílica con aforo para más de 8000 personas. A todos los efectos, la catedral de esta urbe europea. Es, junto con el Parlamento, el edificio de más altura en la ciudad. Está situada muy próxima al Danubio, en una privilegiada posición, y llaman la atención los motivos de su arquitectura eminentemente neoclásica. Estos elementos la convierten en uno de los pasos obligatorios de la capital de la nación.