El próximo domingo toda la familia puede disfrutar de la mayor colección de aviones históricos en vuelo realizando siluetas y ruidos de motores caídos en el olvido, si las condiciones atmosféricas lo permiten.
¿Por qué?
Porque la Fundación Infante de Orleans saca toda su colección poblando el cielo de la Comunidad de Madrid de siluetas y ruidos de motores caídos en el olvido.
¿Dónde?
En el Aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid).
¿Cuándo?
Pues eso, el domingo día 6 de noviembre.
11:00 Inicio de la exhibición estática.
11:15 a 12:15 Visita guiada.
12:30 a 13:00 Desalojo del público de la zona de exhibición estática, puesta en marcha y rodaje de los aviones.
13:00 Vuelta del público a la zona de exhibición estática y comienzo de la demostración aérea.
14:00 Fin de la demostración aérea y despedida.
¿Qué es la FIO?
La Fundación Infante de Orleans, es un museo de aviones históricos en vuelo cuyo origen se remonta a 1984, cuando un grupo de profesionales de la aviación creó la Sección de aviones Históricos del Aeroclub José Luis Aresti.
Para consolidar esta iniciativa se constituyó en 1989 la Fundación, con el objetivo de contemplar la más amplia colección posible de aviones que han jugado un papel prominente en el desarrollo de la aeronáutica española.
La colección de aviones de la Fundación cuenta en la actualidad con 43 ejemplares de 32 modelos diferentes, que representan un periodo muy importante de nuestra historia aeronáutica, en perfectas condiciones de vuelo.
Entidad colaboradora del Instituto de Historia y Cultura Aeronáutica y acreedora del Diploma de Honor de la Federación Aeronáutica Internacional, la Fundación Infante de Orleans amplía su campo de actividad a todas aquellas acciones que tienen por objeto difundir la cultura aeronáutica española.
Patrocinio
“Durante 25 años la Fundación Infante de Orleans (FIO) viene cumpliendo un fin de interés general inédito, hasta su creación, en España.
Los aficionados a la aeronáutica se veían obligados a peregrinar a otros países si querían ver aviación histórica en vuelo, y el gran público, en general, a relacionar la historia de la aviación con imágenes envejecidas en los textos o estáticas en los museos.
La FIO, con la ayuda de patrocinadores, mecenas y sus más de 3.000 donantes, ha logrado revertir la situación, situándose hoy entre las colecciones más valoradas de su entorno europeo.
La singularidad de los museos volantes despierta el interés del público, que se convierte en expectación, cuando muestran en directo, con total elocuencia, cómo se dieron los primeros pasos en el arte de volar.
Y este atractivo del avión que conserva su condición de vuelo no decae con la creciente separación temporal con el visitante. Al contrario, crece cuanto más alejados se hallan en el tiempo.
La función de comunicar, pues, cuenta con enormes posibilidades para los museos volantes y sus patrocinadores, que pueden convertirse en ventajas para ambos mediante una gestión competente.
Así, las posibilidades de retorno a la acción de patrocinio que un museo “vivo” ofrece son amplias y muy convenientes para la divulgación de la labor de interés general que la FIO realiza.”
Carlos Valle Torralbo
Presidente del Patronato
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