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Sicilia. La isla Infinita

Redacción | Miércoles 15 de junio de 2016
Gracias a su estratégica ubicación se convirtió en el asentamiento de las grandes culturas clásicas en sus circunnavegaciones por las costas del Mare Nostrum. Fenicios, cartagineses, griegos y romanos quedaron seducidos por sus riquezas naturales, y por sus muchos encantos, como el magma de sus volcanes o el azul de un mar quizá testigo e inspirador de los relatos que conforman la extensa mitología griega. La aridez de paisajes insalubres como Vulcano, o la ferocidad de otros como el Etna, o los fuertes vientos de las Eolias, sirvieron para dar rienda suelta a las aventuras de héroes y dioses.
Sicilia es una de las joyas del sur de Italia, que se puede descubrir, conocer y vivir a través de una serie de rutas alternativas, dependiendo de las preferencias del viajero, naturaleza, historia o tradición.

La naturaleza parece haber dotado a esta tierra de autenticas maravillas: montañas, colinas y, especialmente, el mar, que con sus increíbles colores, la transparencia del agua y la belleza de sus fondos marinos, además aquí el Mediterráneo ofrece escenarios que sólo un entorno incontaminado es capaz de brindarnos, ejemplo de ello son las islas que rodean a Sicilia: Lipari, Egadas, Pelagias, Pantelleria y Ustica.

No nos podemos olvidar de sus volcanes, uno de los símbolos de su prodigiosa y exuberante naturaleza, algunos de los cuales, hoy por hoy, siguen en activo, como el Etna y el de Strómboli.

El atractivo de Trinacria, que es el antiguo nombre de Sicilia se ve enriquecido por los restos arqueológicos, que nos hablan de sus orígenes, además de sus numerosos monumentos, que son el testimonio de un arte que ha sabido cimentarse a través de los siglos.
Palermo: su capital
Su capital, Palermo, es una ciudad rica en historia y monumentos árabes y barrocos, entre los que destacan el Palacio Real o de los Normandos, en cuyo interior se encuentra la sala Roger decorada con mosaicos y la Capilla Palatina, también rica en mosaicos bizantinos. Saliendo nos encontramos frente a la Porta Nuova, del siglo XVI, con su majestuosa cúspide de azulejos. La ciudad de Palermo posee un gran número de Iglesias: San Giovanni degli Ermiti, con un claustro en forma cuadrada, San Giuseppe dei Teani y Santa Caterina, de estilo barroco, la Iglesia de San Cataldo, Santa María degli Ammimiraglio y San Mateo entre otras.
Palermo alberga una fascinante arquitectura tatuada por impactos de bala, una atmósfera que rezuma decadencia, cierta intriga –todavía hoy ciertos asuntos resultan innombrables-, una magia que hace honor a su leyenda y un espacio que alberga reliquias que narran la historia de esta isla, el Museo Arqueológico que para los amantes de la prehistoria es una visita obligada.
Ruta por Sicilia
A unos 10 Km. de Palermo nos encontramos con la ciudad de Monreale y su espléndida catedral decorada con mosaicos que relatan pasajes del Antiguo y del Nuevo Testamento, y a unos 70 Km. por la costa, Cefalú, un importante centro de veraneo, con una de las catedrales normandas más hermosas de Italia.
Bordeando la costa occidental, llegamos a Segesta, donde se conserva uno de los templos griegos más impresionantes y un bello teatro con preciosas vistas al mar. Si por el contrario prefiere visitar palacios y castillos medievales, hay que dirigirse a Erice. Después se puede hacer un alto en la localidad de Marsala, para saborear su famoso vino dulce de intenso color.
Continuamos hacia el sureste, hasta llegar a Selinunte, extraordinario conjunto arquitectónico de época griega que conserva integro uno de sus 7 templos. A unos 100 Km. surge Agrigento, con su valle de los templos, ejemplo de las huellas de la cultura grecolatina: donde se encuentran: el templo de Hércules, uno de los más antiguos, con 8 columnas, el templo de la Concordia, de estilo dórico y el templo de Júpiter, uno de los mayores de Sicilia. No puede faltar en la ciudad, la visita al Museo Arqueológico Nacional y al barrio helenístico y romano.
Al este de Sicilia se encuentra la ciudad de Siracusa, fundada por los griegos, y que llegó a ser la ciudad más rica de la Magna Grecia, donde destaca su piazza del Duomo con la catedral y el Museo Nacional, el Parque Arqueológico, con ruinas de un anfiteatro romano y un teatro griego, y las ruinas del templo de Apolo de estilo dórico. Siracusa cuenta con uno de los teatros al aire libre más fascinantes del gran legado cultural griego, con embriagadoras vistas al Mediterráneo en su tramo Jónico donde se congregó lo más granado de la sociedad helena.
Saliendo de Siracusa por la costa, encontramos Catania, la segunda ciudad más importante de Sicilia, con espléndidas obras de arte medieval, ciudad natal del compositor Bellini.
Dejando atrás el Monte Etna, uno de los volcanes más activos de Europa, llegamos a Taormina, un escenario de ensueño en lo alto de una colina famosa por sus acantilados sobre el mar y las vistas del Etna desde el teatro griego.

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