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Kresala, el nuevo asador vasco de pescado de Gregorio Tolosa y los hermanos López de Viñaspre

Redacción | Lunes 14 de octubre de 2024

Kresala, que en euskera significa "salitre marino", simboliza la profunda conexión entre el hombre y el mar, una relación enraizada en la cultura y mitología vasca. Según esta tradición, el mar posee un alma, y para navegar y vivir de él, es necesario fundirse con su esencia.

Kresala surge de esta visión, centrando su propuesta gastronómica en destacar lo mejor del mar, preparado a la parrilla con mínima intervención, y fusionando a la perfección el entorno de los chefs, el mar que los rodea y la esencia de la tradición vasca.

El proyecto es fruto de la colaboración entre tres figuras clave de la gastronomía vasca: Gregorio Tolosa, maestro de la parrilla en su restaurante Bidea 2 de Navarra, y los hermanos Mikel e Iñaki López de Viñaspre, quienes con 30 años de experiencia en Sagardi, son referentes de la cocina de Euskadi en Barcelona, Madrid, Valencia, Oporto, Ámsterdam, Londres y Buenos Aires. Juntos, han creado un espacio que honra la tradición del asado de pescado, trayendo a Barcelona la esencia de su tierra: fuego, raíz, y pasión, con el mar como hilo conductor.

La parrilla, diseñada en exclusiva junto con Josper, es una obra maestra de 5 metros, adaptada para diversas elaboraciones, con múltiples niveles, inclinaciones, temperaturas e intensidades.

Inspirado en pueblos pesqueros como Orio, Getaria, Hondarribia y Bermeo, Kresala destaca por el fuego y por el producto fresco proveniente de los dos mares que les unen: el Cantábrico y el Mediterráneo, convirtiéndolo en un espacio único sobre el mar.

El restaurante se centra en el pescado y marisco, traído diariamente de puertos como el de Hondarribia, los puertos gallegos y las lonjas de La Barceloneta y Roses. Entre los destacados de la carta se encuentra una cuidada selección de pescados salvajes de distintas tallas, cocinados a la parrilla y servidos a la Donostiarra. Los chefs han perfeccionado diversas recetas para el bogavante y la langosta, dos auténticas joyas del mar que también tienen gran protagonismo en la carta.

Para los carnívoros, destacan el txuleton de vaca premium madurada, marca de la casa, y el wagyu japonés.

Además, en la parte líquida, el restaurante cuenta con una selección de vinos atrevida y cuidadosamente pensada para complementar la gastronomía de la propuesta del restaurante, incluyendo un rincón con botellas con referencias únicas y especiales que ya no se pueden encontrar en el mercado.

Iñaki López de Viñaspre comenta "a Gregorio y a nosotros nos une una larga amistad, forjada entre asados y viajes por el mundo. La idea de Kresala surgió de manera espontánea, como una colaboración entre amigos que comparten la misma pasión." Por su parte, Gregorio Tolosa añade "Lo que más me ilusiona es compartir mi visión de la parrilla con un equipo tan experimentado y en un entorno tan vibrante como Barcelona, especialmente en esta ubicación fantástica donde nos encontramos. Hemos volcado mucha ilusión en este proyecto."

Para el diseño interior, se ha considerado la herencia de Euskadi, a la cual se han incorporado elementos del Mediterráneo y del entorno barcelonés. El espacio está decorado con 8.400 baldosas artesanales esmaltadas en una gama de 21 colores, creando un degradado que inicia con tonos rojos y negros, simbolizando el fuego de la parrilla, y va transitando hacia los azules y verdes que representan las aguas del Mediterráneo y el Cantábrico, para culminar en los cálidos matices de la arena.

Al entrar, los comensales son recibidos por la imponente parrilla de 5 metros, el alma del restaurante, junto a una cava de pescado donde los mejores ejemplares del día flotan suspendidos en el aire.

El ambiente se completa con suelos de madera noble, provenientes de un Palacio de Tolosa que data del año 1810, y con diversas farolas que antiguamente iluminaron la Rambla de Barcelona y la calle del Pintor Fortuny, añadiendo al espacio una dimensión histórica.

Kresala cuenta con un aforo total de 137 comensales, repartidos entre su acogedor espacio interior y una amplia terraza al aire libre. El comedor principal, con 81 asientos, ofrece un ambiente cálido y mediterráneo con vistas directas al mar. Por su parte, la terraza, con capacidad para 56 personas, brinda la oportunidad de disfrutar de una comida al aire libre, envueltos por la brisa marina y con impresionantes vistas panorámicas de la costa de Barcelona.

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