PERSONAJES

Alain Schroeder: Hace 12 años vendí todo y me dediqué a viajar

Redacción | Miércoles 25 de septiembre de 2024

“He sido fotoperiodista durante 45 años y hace 12 años decidí, junto con mi mujer, vender todas nuestras pertenencias para dedicarnos a viajar.”

Quien así habla es Alain Schroeder, un fotógrafo de origen belga, que en estos días expone en B TRAVEL XPERIENCE una muestra sobre las HAENYEO, mujeres buceadoras de la Isla de Jeju (Grandma Divers) …

Uno de los viajes que hicimos fue por Corea del Sur, y así conocí la Isla de Jeju y conocí la existencia de estas mujeres-abuelas buceadoras

Nacido en 1955, el fotógrafo belga Alain Schroeder lleva más de cuatro décadas trabajando como fotógrafo. En la actualidad, viaja por el mundo fotografiando temas de carácter social y retratando a las personas en su entorno. «No soy fotógrafo de una sola imagen. Suelo pensar en series», afirma. Y añade que le gusta contar historias que se puedan plasmar 10 o 15 fotografías para capturar la esencia de un instante con una luz y un encuadre determinados, como ocurre con el trabajo de las haenyeo de la Isla de Jeju.

Uno de los viajes que hicimos fue por Corea del Sur, y cuando viajamos intentamos meternos en la cultura del país en el que estamos, y así conocí la Isla de Jeju y conocí la existencia de estas mujeres-abuelas buceadoras y ahí está el origen de esta exposición.

Con este hombre fotógrafo y aventurero pudimos conversar en la presentación de esa muestra, para ello contamos con la inestimable ayuda de Gabriela Díaz – traductora e intérprete - .

¿Cuánto tiempo tuvo que estar trabajando con ellas para sacar adelante esa idea?

Primero estuve en marzo del 2018, pero no era el momento adecuado porque hacía mucho frío. Volví en septiembre y me quedé allí dos semanas, y acababa de pasar un temporal muy fuerte y el mar estaba muy revuelto, con lo cual tampoco estaban saliendo a bucear, así que lo que quería hacer, que era un reportaje foto periodístico de todo lo que hacían, el buceo, la pesca… como no estaban saliendo por esas condiciones del mar, no pude hacer eso que tenía pensado. Me tuve que replantear qué hacer, y se me ocurrió, porque solo me quedaba una semana de estar allí, hacer estos retratos. En el making off se puede ver que hace muy mal tiempo, que está lloviendo… así que compré una tela negra para poner de fondo, y con un guía del país conseguí que ellas aceptaran posar y así cambié la perspectiva del reportaje hacía ese tipo de retratos que se pueden ver en la exposición.

¿Le costó mucho ganarse la confianza de esas mujeres?

En el tiempo que estuvimos allí solo vimos a tres o cuatro más jóvenes que se dedicaran a esta profesión

Se puede decir que me gané algo su confianza gracias a que estaba trabajando con ese guía, que era un muchacho coreano, de 25 años, que hablaba el dialecto de esas mujeres, porque en la isla se habla un dialecto y no se habla el coreano digamos oficial, y este joven hablaba los dos idiomas, y gracias a él conseguí hacer las fotos. Pero la confianza como tal no la conseguí, son unas mujeres, que, quizá por la edad, son, digamos, algo gruñonas y desconfiadas, así que eso hacia muy difícil conseguir retratarlas, y las fotos las tuve que hacer muy rápido, entre 15 segundos y un minuto para cada una. Ellas se ponían delante de la tela negra, y las pedía a través del guía-traductor, que hiciesen algún tipo de gestos que tuviese que ver con su trabajo, como ponerse o quitarse las gafas de buceo, quitarse la capucha, que mostrasen su pesca, … porque me parecía interesante los rostros que conseguía con eso… pero poco más, ellas lo hacían, estaban unos segundos, posaban y ¡adiós! se iban. Vamos que si no hubiese sido por el guía no lo hubiese conseguido, pero tener su confianza, nunca.

¿Cuántas mujeres hay que se dedican a esto?

Hace años llegaron a ser unas 15.000 o 20.000, pero en la actualidad apenas quedan unas 3.000 y la mayoría pasa de los 60 años. En el tiempo que estuvimos allí solo vimos a tres o cuatro más jóvenes.

¿Hay relevo?

No, está desapareciendo esa práctica. En el tiempo que estuvimos solo vimos a tres mujeres jóvenes, y la mayoría, que son de 60 años o más, dentro de 20 años, tendrán ochenta y así no es posible que esa profesión exista en el futuro.

¿Se apuntan mujeres de otros lugares?

No, es un trabajo peligroso y muy duro y se consigue poco dinero, por lo que la mayoría de las mujeres que lo hacen tienen que compensar con otros trabajos en agricultura, en el campo … durante el resto del tiempo, cuando no pueden pescar. Además cuando hablabas con ellas te decían que no animaban a sus hijas a que hiciesen este trabajo. Y en Seúl, si te fijabas en las cafeterías, los jóvenes siempre están estudiando porque a lo que aspiran es tener un buen trabajo, académicamente ser exitosos y luego tener una buena posición. Es una sociedad muy joven y muy competitiva. Siempre ves a los jóvenes en los cafés estudiando, estudiando, estudiando, nada de tomar copas y charlar, solo estudian. Es lo que vi cuando estuve allí editando las fotos, estaba rodeado de gente joven que lo que hacían era estudiar.

La exposición se compone de 16 fotografías en blanco y negro de gran formato.

La idea de que las fotos que están en la exposición tengan ese tamaño ¿es suya? ¿Por qué?

Sí es mía. Para las exposiciones siempre utilizo este tipo de formato porque tienen más fuerza. En este caso son de 120 centímetros de largo, podía hacer sido un poco más largos, pero he utilizado una cámara pequeña y no permite ampliar mucho más, entonces he utilizado este tamaño porque lo veo poderoso y además es, más o menos, el tamaño de las mujeres retratadas, como si fuera a tamaño real, con lo cual todo encaja.

¿Y en blanco y negro?

Sí, me parece muy interesante porque así se ven mucho mejor todas las texturas, las gotas de agua en el traje, las arrugas del traje y los brillos del neopreno. Además la tela negra que está de fondo permite acentuar más los detalles y los gestos de sus caras.

Trabajo en blanco y negro porque así se ven mejor todas las texturas

Estéticamente es mucho más interesante el blanco y negro, la percepción es mucho más potente y aunque muchas veces los fotógrafos empiecen con el color, cuando prueban el blanco y negro comprueban que es mucho más poderoso y más interesante que el color.

Y el fondo negro está elegido a propósito. Hay fotógrafos que prefieren un fondo blanco para los retratos, pero creo que con un fondo negro se resaltan mucho más los detalles.

Proyectos… que se puedan contar…

Se ríe y afirma…

Voy a contar un proyecto en el que estoy trabajando actualmente y es sobre cómo está afectando el nivel del mar en diferentes países, por el cambio climático, y uno de esos países es Indonesia, donde con la subida del nivel del mar hay pueblos que están desapareciendo prácticamente y otros que han tenido que construir puentes de madera sobre las calles, que ya no existen, por esa subida de las aguas. Y este proyecto me ha llevado también a Bangladesh…

Nos muestra unas fotos en su móvil, en las que se puede apreciar esas localidades anegadas y en las que solo se puede ver los tejados de esas casas emergiendo entre las aguas.

Las nuevas tecnologías ¿buenas o malas para la fotografía?

Adopte las nuevas tecnologías en 2003, en concreto la fotografía digital, ya que publicaba libros y la calidad del archivo fotográfico digital no tiene que ver con la calidad del papel, porque es mucho mejor. Además mi próximo trabajo creo que lo voy a hacer con el iPhone nuevo, porque he estado utilizando uno de un amigo y me gusta.

Hace muchos años que hacíamos selfies sin saber que eran selfies, las llamábamos autofoto

Antes había que trabajar en un cuarto oscuro para revelar las fotos, ahora también está el Photoshop, y la combinación del archivo fotográfico y el Photoshop hace que los trabajos sean magníficos, pero cuando digo Photoshop no me refiero a retocar ni modificar las fotos, soy fotoperiodista y he ganado varios premios world press y cuando ganas un premio te piden los archivos originales y así pueden ver que no hay trampa ni cartón en las fotografías.

A lo largo de su trayectoria, Alain ha ganado numerosos premios internacionales, incluidos Nikon Japón, Nikon Bélgica, TPOTY, Estambul Photo, Days Japan, Trieste Photo, PX3, IPA, MIFA, BIFA, PDN, the Fence, Lens Culture, Siena, POYI y World Press Photo.

Y por último la locura de los selfies…

Hace muchos años que hacíamos selfies sin saber que eran selfies, las llamábamos autofoto – se cogía la cámara se la daba la vuelta y nos enfocábamos y disparábamos, pero no se llamaban selfies. (Risas)

Poque al final no vemos el paisaje, estamos pendientes de hacernos selfies…

Sí, así es… Mi manera de trabajar es lo opuesto a eso, por ejemplo tengo un proyecto que es Salvar orangutanes, que en seis meses solo he hecho diez fotografías, es lo contrario de venga a hacer fotos y venga a hacer selfies…

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