Naturaleza serena, gastronomía tradicional y un apasionante patrimonio histórico son la invitación perfecta para conocer las tierras lusas de Alentejo y Ribatejo. Sus pueblos y pequeñas ciudades llenas de historia y cultura, donde el tiempo parece haberse congelado en la Edad Media, dejan obras arquitectónicas de incalculable valor para los amantes del arte.
Santarém, la capital del gótico portugués
Repleta de iglesias, conventos, monasterios y otros edificios de gran belleza construidos entre los siglos XIII y XIV, Santarém puede presumir de ser la capital del gótico portugués. El recorrido por esta ciudad de Ribatejo, todavía tan desconocida, debe comenzar desde el asombroso jardín Portas do Sol, un mirador natural sobre el río Tajo y su ribera desde el que tomar las mejores panorámicas del lugar.
Continuando hacia su centro histórico, el viajero encuentra a su paso edificaciones góticas como la Iglesia de Santa María de Marvila, cuyo exterior de aspecto sobrio esconde un interior revestido de arriba abajo con azulejos geométricos delicadamente pintados a mano. Frente a ella, la Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia es un perfecto ejemplo del flamígero o tardío, más ornamentado.
Tras cruzar la plaza Sá da Bandeira, el bullicioso centro neurálgico de Santarém, y dejando atrás grandes joyas de etapas artísticas posteriores, como la imponente Catedral de Santarém de fachada manierista, la ruta llega al Convento de San Francisco. Considerado como uno de los templos góticos más importantes de todo Portugal, esta obra magna de la arquitectura conserva la majestuosidad y misticismo de tiempos pasados.
Beja, un escaparate del estilo manuelino luso
A pesar de que Santarém se posicione por la cantidad y calidad de su arquitectura como el destino más icónico del gótico luso, son muchos los tesoros repartidos por toda la región alentejana. En Beja, tranquila ciudad reconocida por su Torre de Homenaje de 42 metros de altura, se sitúa el Convento de Nuestra Señora de la Concepción, considerado como uno de los primeros ejemplares de la arquitectura tardo-gótica en el Alentejo y actual hogar del Museo Regional de Beja. También su Catedral, una auténtica amalgama de estilos con importantes elementos góticos, merece la visita.
Es imprescindible pasar por su Praça da República, rodeada de ejemplares arquitectónicos de estilo manuelino, una variación portuguesa del este estilo medieval desarrollada durante el reinado de Manuel I de Portugal. En sus inmediaciones no faltan tabernas y bodegas en las que saborear la gastronomía local y disfrutar del pausado modo de vida alentejano en compañía de un vino regional. Quienes deseen una experiencia sofisticada, que case la tradición alentejana con técnicas y combinaciones vanguardistas, también pueden visitar el restaurante de Herdade dos Grous.
Un castillo de película en Viana do Alentejo
Es recomendable desplazarse a conocer el sorprendente santuario de Nossa Senhora d’Aires, epicentro de peregrinaje en la región, pero tampoco puede faltar un paseo por el casco antiguo y la plaza central de la localidad, que enamoran con su autenticidad y sus típicas casas encaladas con destaques en amarillo o azul. Aquí se disfruta de la característica quietud de los pueblos alentejanos, en los que el tiempo parece detenerse.