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Conservar y proteger la naturaleza para el futuro

Redacción | Miércoles 21 de agosto de 2024

El ecoturismo es mucho más que una forma de viajar; es un compromiso con la naturaleza y las comunidades que la habitan. Desde Soy Ecoturista, se invita a los viajeros a adoptar los valores del buen ecoturista, para que cada paso en un entorno natural protegido se convierta en un acto de respeto, preservación y amor por nuestro planeta.

Porque el ecoturismo, efectivamente, no es solo una forma de viajar, sino que es una filosofía de vida. Cada visita a un espacio natural protegido debe dejar una huella positiva, tanto en el propio espacio como en sus comunidades.

"A medida que el ecoturismo gana popularidad, es fundamental que no perdamos de vista su verdadero propósito: conservar y proteger los entornos naturales que visitamos. Desde Soy Ecoturista, buscamos inspirar a los viajeros a ser más conscientes y responsables en sus escapadas y actividades de ecoturismo. Queremos que cada ecoturista se convierta en un defensor activo de la naturaleza, adoptando prácticas que no solo minimicen su impacto, sino que también contribuyan positivamente al bienestar de los ecosistemas y las comunidades locales”, comenta Amanda Guzmán, gerente de la Asociación Ecoturismo en España.

Y es que el ecoturismo tiene el poder de cambiar la forma en que se ven y se disfruta de los espacios naturales protegidos. Si cada visitante adopta los valores del buen ecoturista, se estará dando un paso crucial para garantizar que las maravillas naturales de España sigan siendo un tesoro para las generaciones futuras. No se trata solo de disfrutar de la naturaleza, sino de entender que tenemos la responsabilidad compartida de cuidarla y protegerla.

Así, desde Soy Ecoturista, se destacan algunos de los principios que deberían guiar a todo ecoturista, con la esperanza de que sirvan de inspiración y guía en cada escapada:

Respeto por la naturaleza: El buen ecoturista es consciente de la fragilidad de los ecosistemas que visita. Entiende que cada planta, animal y paisaje tiene un papel vital en el equilibrio natural. Por ello, camina con cuidado, no deja rastro, y evita cualquier acción que pueda dañar el entorno. Para ello, además, se preocupa por conocer las normas de visita de los espacios protegidos creadas, precisamente, para ayudar al ecoturista a respetar la naturaleza.

Apreciación del silencio y la tranquilidad: Los espacios naturales protegidos son santuarios de paz. Un verdadero ecoturista disfruta del silencio y respeta el entorno, evitando ruidos innecesarios que puedan alterar la vida silvestre o la experiencia de otros visitantes.

Consumo responsable y sostenible: Viajar de forma sostenible implica ser consciente de nuestras decisiones de consumo. Un buen ecoturista opta por proveedores y productos locales, apoyando a las comunidades y reduciendo la demanda de recursos que deben ser transportados desde lejos. Al elegir alimentos y artesanías producidos de manera sostenible, se contribuye al bienestar de las economías locales y se fomentan prácticas responsables que respetan el medio ambiente. En cada destino Soy Ecoturista se fomenta este principio con la participación de empresas acreditadas entre las que hay restaurantes, comercios, alojamientos, y otros proveedores de servicios y productores locales.

Minimización de la huella de carbono: Un ecoturista comprometido también se preocupa por reducir su impacto ambiental en términos de emisiones de carbono. Esto implica optar por medios de transporte más sostenibles, como el uso de transporte público, bicicletas, o caminar siempre que sea posible. Además, considera la eficiencia energética y busca alojamientos que implementen prácticas ecológicas, con el objetivo de minimizar la huella de carbono durante todo el viaje. Así, en Soy Ecoturista se pueden reservar experiencias y actividades que fomentan este principio, y reservar alojamiento en establecimientos ecoturistas acreditados que son garantía de respeto al medio ambiente.

Educación y sensibilización: La experiencia ecoturista va más allá de la simple observación. Un buen ecoturista se informa sobre el lugar que visita, comprende su historia, su cultura y los desafíos que enfrenta. Además, comparte este conocimiento con otros, promoviendo una mayor conciencia sobre la importancia de proteger estos lugares. Muchas de las empresas adheridas a Soy Ecoturista, proponen actividades estrechamente ligadas a este principio, con rutas interpretativas de la naturaleza, talleres ambientales y, además, los espacios naturales cuentan con centros de interpretación para informarse y sacar el mayor partido al destino que se visita.

Apoyo a las comunidades locales: El ecoturismo también es una herramienta de desarrollo sostenible para las comunidades rurales. Al elegir productos y servicios locales, el ecoturista no solo contribuye a la economía local, sino que también fomenta la preservación de las tradiciones y el patrimonio cultural. En la plataforma Soy Ecoturista se pueden reservar actividades como se apicultor por un día, aprender a realizar cestas de mimbre o tejer como antaño, o incluso pasar el día con un pastor, entre otras muchas.

Por último, sólo cabe añadir que el ecoturismo es, en esencia, un acto de conservación. No en vano, uno de los requisitos de las empresas de Soy Ecoturista es contribuir directamente a la conservación de la naturaleza, colaborando con entidades, fundaciones o proyectos locales. Esta condición no sólo fomenta la participación del ecoturista en la preservación del entorno, sino que también asegura que lo haga de la mano de empresas certificadas. Porque cada uno de los ecoturistas que disfrutan de nuestros espacios naturales protegidos tiene el poder de marcar la diferencia, viajando de manera consciente y respetuosa, para que las maravillas naturales de España puedan ser disfrutadas por las generaciones futuras.

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