CULTURALES

En el Museo Thyssen: Rosario de Velasco

Redacción | Jueves 27 de junio de 2024

Hasta el 15 de septiembre de 2024

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza organiza, junto al Museo de Bellas Artes de Valencia, una exposición dedicada a la pintora figurativa española Rosario de Velasco (Madrid, 1904 - Barcelona, 1991).

Comisariada por Miguel Lusarreta y Toya Viudes de Velasco, sobrina nieta de la artista, la muestra reúne treinta pinturas de los años 20 a los 40 del siglo pasado —los primeros y los más destacados de su trayectoria artística— y una sección dedicada a su trabajo como ilustradora. Junto a pinturas bien conocidas y conservadas en museos, como su famoso óleo Adán y Eva, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con el que obtuvo en 1932 la segunda medalla de pintura en la Exposición Nacional de Bellas Artes, o La matanza de los inocentes (1936), del Museo de Bellas Artes de Valencia, se exponen por primera vez obras guardadas en la familia y en colecciones particulares, algunas hasta ahora en paradero desconocido y que se han ido localizando y recuperando en los últimos años.

A través de esta selección de pinturas, dibujos e ilustraciones, y con un planeamiento que combina aspectos generales de la historia del arte y que explora también conceptos estéticos, sociales y políticos, la exposición pretende redescubrir y poner en valor el trabajo de una de las grandes artistas del arte español de la primera mitad del siglo XX.

Tras su presentación en Madrid, la exposición podrá verse en el Museo de Bellas Artes de Valencia del 7 de noviembre de 2024 al 16 de febrero de 2025.

La obra de Rosario de Velasco es un magnífico ejemplo del denominado “retorno al orden” en España, un movimiento paralelo a la Nueva Objetividad alemana y al Novecento italiano, con un estilo que supo combinar tradición y modernidad. Rosario admiraba a pintores como Giotto, Masaccio, Piero de la Francesca o Mantegna, a Durero, Velázquez y Goya, pero también a los artistas de vanguardia, como De Chirico, Braque o Picasso y a los protagonistas de esa vuelta al orden en Alemania e Italia que conoció a través de revistas y exposiciones celebradas en los años 1920 en Madrid.

En la exposición se muestra también su trabajo como ilustradora, que nos revela a una dibujante de gran versatilidad. Lo vemos, entre otras, en sus ilustraciones para la edición de 1928 de Cuentos para soñar, de María Teresa León, o las de Cuentos a mis nietos (1932), de Carmen Karr.

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