El cantaor, muy emocionado, ha dado una clase magistral sobre lo que es el cante jondo: «Una forma extrema de expresión de los sentimientos, que nos hace ser mejores»
La Caja de las letras del Instituto Cervantes se ha abierto para recibir el legado de un conmovido Antonio Fernández Díaz, Fosforito («Mi corazón ya no está para estos sorpresones», declaraba a sus casi 92 años): la réplica del Llave de Oro del Cante, galardón que recibió en 2005, y un libro para popularizar el flamenco entre los más pequeños, Fosforito, un genio musical, de Álvaro de la Fuente Espejo.
Fosforito (Puente Genil, Córdoba, 1932) también ha entregado un CD con cantes diversos interpretado junto a Paco de Lucía, que contiene letras de, entre otros, el poeta Antonio Murciano, y un pequeño libreto que acompaña al CD con poemas de este último. Los objetos se han depositados en el cajetín 1090 de la antigua cámara acorazada y se abrirán dentro de 100 años por deseo del cantaor, que definía al cante como «ese volcán que te explota en la garganta y le canta con el corazón dolorido».
En el acto, la secretaria general del Cervantes, Carmen Noguero, ha confesado que el Instituto tenía una deuda pendiente con el mundo del flamenco. En 2022, Carmen Linares abrió el camino, que prosiguió el pasado mes de febrero con el legado in memoriam de Enrique Morente. «Y hoy tenemos el gusto de agrandar con el gran maestro Fosforito», quien «ha regado como pocos el árbol del flamenco» y «ha hecho grandes aportaciones a la música», el cantaor «ha convertido al taranto o a la petenera en señas de identidad de su repertorio», afirmó.
Uno de los grandes letristas del flamenco
Noguero, tras repasar la trayectoria del homenajeado, ha señalado que Fosforito es «un autor que consideró la autoría propia de las letras flamencas como un signo distintivo del cantaor». Además, le agradeció «que las puertas del cante sean cada vez más accesibles y estén más abiertas a las generaciones futuras».
Fosforito, que se despidió en 1999 de los escenarios. Agradeció al Cervantes «que esta catedral de las letras abra sus puertas a este viejo cantaor, que durante tiempo se ha ido dejando el corazón a pedazos pregonando las esencias jondas del cante que aún vivo con la misma calentura que cuando empezaba».
Recitando a Lorca o citando a María Zambrano, el de Puente Genil ha ido desgranando qué es para él el cante: «Lo jondo no se explica sino que se expresa con el sentimiento más profundo del alma» y siguió contando que «lo jondo no solo se canta, si no que estremece, se llora y se ríe al compás, porque cantar jondo no es solo cantar flamenco correctamente sino mirarse dentro y dejar que hablen las entrañas».
El cantaor también recordó a su gente a través de la definición del flamenco, «que transmite los sentimientos más desgarradores de un pueblo que supo construir su música, su cante, con su propio dolor y creó una cultura jonda llena de poesía, que hace que afloren las emociones, que sea imposible el olvido de nuestras propias raíces».
«Cantar jondo de compartir»
Por último, tuvo palabras para sus seguidores: «Porque cantar jondo es compartir el dolor y las emociones con quien te escucha. Cuando suena jondo nos abraza la emoción, es un sentimiento a flor de piel que compartimos con los aficionados».
En la entrega, el cantaor ha estado acompañado por su mujer, Maribel Barrientos; por su hijo, Antonio Fernandez; por la segunda teniente de alcalde de Puente Genil, Tatiana Pozo, y por el director del Instituto Cervantes de Palermo, Juan Carlos Reche, entre otros amigos.
Amplísima discografía
Durante las décadas de los años 50 y 60, fosforito trabajó mano a mano con maestros como Pepe Pinto o Juan Valderrama; le cantó en América a Manuela Vargas y recorrió en 1964 toda la costa americana con motivo de la exposición universal junto a su guitarrista y compadre Juan Habichuela.
El cantaor es autor de sus propias letras y compositor para otros muchos cantaores, como Camarón de la Isla, que utilizó sus versos en el inicio de su carrera artística. Su discografía tiene carácter enciclopédico, pues es el cantaor con más amplio registro de su época: más de 500 obras registradas a su nombre.
Entre los premios que Fosforito ha recibido a lo largo de su carrera destacan el Premio Ondas (1988) por su larga trayectoria, el Pastora Pavón — en su primera edición de 1999, máximo galardón que otorga la Junta de Andalucía a los artistas flamencos— la V Llave de Oro del Cante (2005) o la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007).