Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Y no hay mejor manera para cuidar estos tesoros que organizar un buen viaje en el que pasar tiempo de calidad en la mejor compañía. En este sentido, las Islas Baleares siempre son una gran elección, pues todas ellas cuentan con una variedad infinita de planes que prometen hacer de cada escapada con amigos una experiencia inolvidable.
Mallorca para los amantes de la adrenalina
Mallorca es la más grande de las Islas Baleares, por lo que tiene mucho que ofrecer. Una ruta en kayak para descubrir calas secretas, una excursión en bici por el corazón de la Serra de Tramuntana, hacer una ruta gastronómica por Palma, dormir en un refugio de montaña o disfrutar de un día de playa en un rincón paradisíaco… En Mallorca, la emoción está garantizada.
Entre los planes más destacados para los amantes de la adrenalina se encuentran los paseos en globo y el ala delta, dos formas de explorar la belleza natural de la isla desde una perspectiva completamente nueva. Desde el cielo, los globos sobrevuelan la famosa Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofreciendo vistas panorámicas de sus montañas, pueblos y valles. Por otro lado, en el ala delta se pueden surcar los cielos la costa de Alcudia o El Arenal, contemplando desde lo más alto sus aguas cristalinas y sus formaciones rocosas.
Creando recuerdos imborrables en Ibiza
Viajar a Ibiza con amigos es una experiencia que une para siempre. Y es que la isla espera a cada grupo de viajeros con todo preparado para disfrutar de unos días repletos de aventura y emociones con actividades que van más allá de la diversión deportiva.
Una opción diferente es realizar la ruta de las iglesias blancas, un recorrido para conocer el encanto histórico y arquitectónico de las islas con paradas en la emblemática Catedral de Santa María, ubicada en el casco antiguo de Ibiza, o en la iglesia de Sant Antoni de Portmany.
Además, una visita obligada para los amantes del vino es la bodega Can Rich de Buscatell. Situada entre viñedos y olivares, esta bodega ofrece visitas guiadas para aprender todo sobre la cultura vinícola local y degustar una selección de sus vinos premiados.
Menorca, la isla de la cultura
En Menorca, los viajes con amigos ofrecen una combinación perfecta de aventura, cultura y diversión, siendo el Camí de Cavalls una opción imprescindible. Este antiguo camino costero que rodea la isla ofrece espectaculares vistas al mar y oportunidades para explorar calas escondidas y paisajes naturales vírgenes, explorando así la naturaleza e historia de Menorca de una forma especial.
Otra opción perfecta para sumergirse en la historia y cultura de la isla es realizar un recorrido por la ciudad portuaria de Ciutadella, pues rebosa de calles empedradas, plazuelas y edificios históricos. Además, durante las fiestas de Sant Joan, que se celebran a finales de junio, la ciudad cobra vida con desfiles, espectáculos de caballos y fuegos artificiales.
Y para aquellos que buscan una aventura submarina, no hay nada como embarcarse en un crucero con vistas submarinas por el puerto de Mahón. Desde la comodidad de un barco con fondo de cristal se puede disfrutar de las maravillas del mundo marino, observando peces tropicales, corales y otras criaturas marinas en su hábitat natural.
Formentera, mil experiencias por compartir
Cada escapada a Formentera es impactante, ya sea en solitario o con amigos, pues su acceso limitado, la buena conservación de su entorno natural y la apuesta por un turismo sostenible, la convierten en el último paraíso del Mediterráneo.
De esta manera, uno de los planes que no pueden faltar en el itinerario de la isla es un recorrido por la Playa des Migjorn, que abarca desde La Mola hasta el Cap de Barbaria, siendo así la más extensa de Formentera, y donde los viajeros se verán rodeados de exuberantes bosques de pinos y sabinas. Además, es uno de los mejores enclaves de la isla para fondear, por lo que ofrece la oportunidad de bucear en sus cristalinas aguas y descubrir sus fondos marinos cubiertos por extensas praderas de posidonia.
Y para terminar la jornada de actividades acuáticas, descansar en uno de los restaurantes situados a lo largo de la playa y saborear los platos típicos de la zona, como la ensalada payesa con peix sec, es el mejor plan para poner la guinda final a una escapada por la isla.