A tan solo 40 kilómetros de Lisboa, en la costa portuguesa bañada por el Atlántico, se encuentra uno de los secretos mejor guardados del país vecino: Setúbal. La naturaleza de la región y el encanto de la ciudad marinera son algunos de los reclamos que enamoran a cada viajero que pisa el conocido como “rincón azul de Portugal”. Más allá de sus paisajes de postal, este municipio es un destino gastronómico clave que no puede faltar en el itinerario de cualquier foodie que se precie. Un auténtico mundo de sabores espera a los viajeros en Setúbal, donde el pescado fresco de primera calidad, las ostras de producción local o una de las siete maravillas gastronómicas de Portugal son algunos de los platos locales que sí o sí hay que descubrir –e incluso celebrar.
Choco frito, un crujiente regalo para el paladar
Un plato que se ha convertido en símbolo absoluto de su ciudad, el choco frito no puede faltar en Setúbal. La sepia es el manjar por excelencia de la región, que se prepara en su forma tradicional con un crujiente rebozado y un toque de limón. La fama de este alimento típico lo convierte en uno de los imprescindibles de viajeros y vecinos por igual, donde cada restaurante prepara su propia versión. Una variedad de elaboraciones que no ha dejado de crecer desde que se popularizara, especialmente entre las zonas frecuentadas por los marineros setubalenses.
Si bien el choco se come y disfruta todo el año, durante una semana pasa a convertirse en el protagonista indiscutible de la ciudad. Del 6 al 15 de abril, la Semana del Choco puede plantearse como una excusa maravillosa para dar un salto a Setúbal. El municipio saca su ambiente festivo y los restaurantes de la región se unen para presentar diferentes elaboraciones de su plato más característico, para delicia de los viajeros. Una oportunidad para descubrir las recetas de choco más innovadoras, revelando nuevos matices y posibilidades del plato que simboliza la auténtica esencia de la ciudad.
Si hay un manjar que llama la atención de los viajeros en Setúbal, son sin duda sus ostras, donde los nutrientes del estuario del Sado crean el entorno perfecto para su producción. Más allá de los grandes restaurantes de la ciudad donde degustar este sabor único, en Setúbal es posible probar sus ostras incluso en llamativos foodtrucks a pie de playa. Una experiencia inolvidable para degustar el producto regional –ideales “al natural” con unas gotas de limón− con vistas a la costa y acompañado de una copa de uno de sus exquisitos vinos locales.
Sardinas de Setúbal, una de las siete Maravillas de Portugal
El océano Atlántico que baña las costas de Setúbal aporta el mejor producto fresco a la gastronomía local. Entre las incontables opciones para disfrutar de pescado de primera calidad, las sardinas de Setúbal son otro de los sabores estrella del municipio. Nombradas como una de las siete Maravillas de la Gastronomía de Portugal, son una importante parte del legado culinario del municipio y vertebran desde hace siglos su economía y tradición pesquera.
Aunque las sardinas sean uno de los sabores más valorados, la oferta de pescado fresco en Setúbal va mucho más allá. Como toda zona marinera que se precie, el producto local conforma uno de los mayores reclamos del municipio y el pescado se convierte en un imprescindible en el menú: salmonete, caballa, pulpo, besugo, jurel, rape… Incontables opciones donde escoger, pero con el sabor a mar siempre muy presente. Solo hace falta una visita al Mercado do Livramento local para quedar fascinado con la variedad de gusto y producto de calidad.
Sin olvidar el maridaje o el postre
Si el mar destaca como uno de los protagonistas en la mesa de Setúbal, tampoco puede faltar en el menú su compañero de la sierra. La naturaleza del municipio se refleja en su gastronomía, y al producto local del Atlántico se suman otros sabores de la tierra, como el queso de Azeitão, producido de forma artesanal en la sierra de Arrábida y reconocido con Denominación de Origen Protegida. El maridaje ideal se encuentra también en sus viñas, donde las bodegas locales producen tintos, rosados y blancos de calidad para acompañar a cualquier plato, y el Moscatel de Setúbal, el gran vino de la región, pone el toque dulce final a un menú de ensueño.