Cada rincón del Alentejo se encuentra cargado de tradiciones centenarias y joyas culturales, arquitectónicas e históricas de tal relevancia que algunas ya han sido clasificadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En un recorrido por esta región lusa, es imprescindible descubrir la riqueza monumental de Évora, la excelencia de muestras artesanales como el arte chocalheira o costumbres tan particulares como las Fiestas de Campo Maior, que encierran en sí el alma alentejana en estado puro.
Centro Histórico de Évora
Évora es la ciudad del tiempo. En ella confluyen el pasado prehistórico de la región, representado en el crómlech de los Almendres; los vestigios de su historia romana, visibles en su impecablemente conservado tempo romano; y la arquitectura medieval de su catedral construida sobre una mezquita. Los viajeros que se acerquen a disfrutar de sus calles tranquilas y cargadas de tesoros del pasado comprenderán por qué esta ciudad actuó como residencia de los reyes de Portugal en el siglo XV y sido catalogada en su totalidad como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Es imperativo dedicarle a Évora al menos un día completo para visitar los imprescindibles de este destino nombrado recientemente Capital Europea de la Cultura en 2027. Entre ellos se cuentan su mística Capilla de los Huesos, la antigua Universidad o su acueducto de casas incrustadas. Al final del recorrido, es el momento de degustar la gastronomía local y los reconocidos vinos regionales.
Con una particular estructura militar en forma de estrella que resulta impresionante desde el aire e imponente desde la tierra, el Forte da Graça de Elvas forma parte del conjunto de fortificaciones Patrimonio de la Humanidad del municipio. Su geometría única, coronada por una ermita, suele ser el punto de mayor interés para los enamorados de la historia medieval, aunque esta ciudad ubicada en la frontera lusa con Badajoz tiene mucho más por ofrecer. Un paseo por este recinto amurallado considerado como el mayor sistema de fortificaciones militares del mundo transporta a los viajeros al pasado a través de sus grandes y majestuosos baluartes, murallas e incluso un acueducto de siete kilómetros y 843 arcos.
La gran riqueza alentejana no solo la encontramos en su arquitectura, sino también en el carácter de sus encantadores pueblos. El cante alentejano, uno de estos bienes inmateriales que ahora también han sido protegidos por la UNESCO, es una demostración única de canto coral a capella tradicional de la región. Tanto hombres como mujeres unen sus voces durante celebraciones y reuniones vecinales para trasmitir melancólicas historias sobre el amor y la vida en el campo. Quienes deseen conocer más pueden visitar el Museu do Cante de Serpa, aunque a lo largo y ancho de la región también se organizan experiencias para presenciar este espectáculo.
Arte chocalheira
Durante siglos, el silencio de las vastas llanuras alentejanas ha sido atravesado solamente por el sonido de los cencerros de ovejas y vacas. Desde 2015, el arte chocalheira, nombre que recibe la tradición de elaborar estos cencerros artesanos que pueden afinarse en diferentes tonos, se encuentra protegidos por la UNESCO. Históricamente, su fabricación se ha concentrado en municipios como Viana do Alentejo, con el epicentro de la producción en Alcáçovas, donde puede adquirirse un ejemplar como original souvenir.
Figuras de barro de Estremoz
Desde el siglo XVI, Estremoz es conocido por sus detalladas figuras de barro que representan motivos religiosos y personajes arquetípicos de la tradición alentejana. En esta localidad todavía puede verse a los artesanos modelando, cociendo, pintando y barnizando estas piezas tan únicas tradicionalmente vinculadas a los elementos naturales y fiestas locales de la región, aunque la visita bien merece la pena por otras muchas razones, como la historia ligada a la producción de mármol de la localidad.
Sin una periodicidad fija, la Fiesta de las Flores de Campo Maior (también llamada Fiestas do Povo o “del pueblo”), se celebra únicamente cuando los habitantes de la localidad se ponen de acuerdo para ello. Una vez se toma la decisión, los vecinos se organizan para un trabajo que dura varios meses y tiene como objetivo adornar la villa con flores de papel dispuestas en composiciones alegres y coloridas. Esta fiesta de gran interés histórico y estético es de las más curiosas que pueden verse en Alentejo.
Cetrería real Salvaterra de Magos
La cetrería, actividad de cazar con aves rapaces entrenadas, fue declarada en Portugal como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2016. Uno de sus mejores representantes es la Cetrería Real de Salvaterra de Magos, en Ribatejo, un palacio datado en el siglo XVIII y dedicado a mantener vivo este legado. Actualmente, allí pueden verse 300 nidos de halcón y 30 especies diferentes, así como demostraciones de vuelo y entrenamientos. La villa de Alter do Chão también es un punto idóneo para entrar en contacto con esta técnica, asistir a talleres o ver exposiciones en la Cetrería de la Coudelaria de Alter y el museo especializado en la historia de esta actividad.