¿Te apetece escaparte a un lugar donde el invierno se convierte en una experiencia única? ¿En el que puedes disfrutar del calor de una chimenea, de la belleza de un paisaje nevado o de la intimidad de una escapada romántica?
Alojamientos con encanto Rusticae para este invierno, donde encontrarás el refugio perfecto para desconectar y relajarte.
A continuación algunos de estos hoteles para escaparse en esta época del año y qué actividades puedes hacer en sus alrededores.
Un refugio de paz y quietud en el Bajo Ampurdán
En Cruïlles, en el corazón del espacio de interés natural de Les Gavarres, te espera Can Font de Muntanya, un coqueto hotel con mucho encanto que cuenta con siete amplias habitaciones, varias zonas de comedor, salones comunes, piscina, cuadras de caballos, huerto ecológico y una gran extensión de terreno que rodea al hotel que, incluso, puede reservarse íntegramente para eventos familiares, de empresa, reuniones de amigos, etc.
Además, Can Font de Muntanya es autosuficiente en la producción de energía eléctrica, agua y calefacción. Generan electricidad mediante captación de la energía solar, agua a través de los 5 pozos centenarios que posee la finca, y calefacción mediante la quema de madera obtenida limpiando el bosque, colaborando así en la prevención de incendios forestales. Disponen también de un generador para garantizar el suministro eléctrico, así como de un depósito de gas.
Un refugio en un iglú de madera
Empaparse de naturaleza y disfrutar de su silencio es fácil en Irati Barnean. Un alojamiento único que nace con vocación sostenible, donde prima la utilización de energías renovables, el uso eficiente de los recursos y el consumo de productos Km 0, fomentando así el comercio local. Además, sus huéspedes pueden practicar diversas actividades que ofrece el glamping en colaboración con empresas de turismo activo locales.
Un refugio en el Pirineo aragonés
El Acebo de Casa Muria ocupa la que fuera una antigua casa de labor del siglo XVIII ubicada en el Valle de Benasque. Jennifer y José Luis, sus propietarios, rehabilitaron con cariño y de manera artesanal la casa, preservando su espíritu y su personalidad. El resultado es este precioso hotel de montaña de siete habitaciones con vistas a la inmensidad del Valle de Benasque y fascinantes montañas como El Posets y El Gallinero y, en el otro lado de la casa, a un maravilloso bosque de alta montaña.
Su jardín es un remanso de paz, incluso en los días de invierno gracias a su orientación sur. Para su diseño contaron con la inestimable ayuda de del escultor Vicente García Plana, quien creó un concepto nuevo en el Pirineo Oscense (land art), compuesto por grupos escultóricos de nombres tan sugerentes como «Los Yunques de las Nubes de Renanué» o «Los Espanta Brujas Móviles de Renanué».
El hotel, cuenta además con un Museo Ducati, con una exposición de motos de la mítica marca italiana única en el mundo y que se ha convertido, por derecho propio, en el orgullo de este establecimiento y en el objeto de admiración de quien la conoce. Esta exposición es fruto de la pasión de su propietario por las motos y además de ésta tiene otra razón de ser: por las inmediaciones del hotel pasa una de las más interesantes rutas para los amantes de las dos ruedas: la ruta N-260, que une el Mediterráneo con el Cantábrico.
Y, por supuesto, tu refugio en una casa rural
Como es probable que prefieras la intimidad que ofrece crear tu refugio particular en una casa rural, tenemos una propuesta que te va a encantar en la tranquila localidad segoviana de Casla pero que, a su vez, está muy cerca de dos de los grandes atractivos de la zona: Riaza y Pedraza. En Casa Rural La Cija y La Tena – Rusticae te esperan no una, sino dos casas rurales con mucho encanto en las que encontrarás paz, campo, paseos, siestas, libros, chimeneas y bellos rincones para disfrutar en familia o con amigos.
La Cija tiene cinco habitaciones dobles con baño y capacidad para 10 personas, con posibilidad de 2 más en camas supletorias. Cuenta con dos salones con chimenea, un comedor, una cocina, una sala de juegos con futbolín y juegos de mesa y un patio. Mientras que La Tena tiene capacidad para 6 personas con posibilidad de ampliar a 7 en sus tres habitaciones dobles. La casa tiene dos baños, un salón-comedor con chimenea y cocina incorporada y un jardín. Las casas pueden alquilarse por separado o en su conjunto uniendo las dos casas, en cuyo caso la ocupación podría llegar hasta las 16 personas o 19 si se aprovechan las tres camas supletorias.
Por su ubicación a los pies de la Sierra de Somosierra, en pleno Sabinar de Casla y pegado al Acebal de Prádena, las casas se configuran como el destino ideal para los que buscan una escapada en la que además realizar actividades como senderismo, parapente y ala delta, rutas en bici, a caballo o en quad. En invierno es posible practicar esquí en La Pinilla o esquí de fondo y paseos con raquetas en Navafría.