TURISMO INTERNACIONAL

Azeitão, lugar de descanso de la nobleza portuguesa desde el siglo XV

Viernes 22 de diciembre de 2023

Hay destinos en los que el tiempo parece detenerse y hacen de cualquier escapada una experiencia maravillosa. Una sensación así es la que se experimenta al adentrarse en Azeitão, en el municipio de Setúbal y a tan solo 40 minutos de Lisboa. Lugar predilecto de antiguos nobles y duques portugueses, en Azeitão no pasan desapercibidas las quintas, palacios y alquerías que, desde el siglo XV, acogieron a las grandes familias aristocráticas. Un remanso de tranquilidad perfecto para desconectar y empaparse del espíritu portugués más tradicional. Así, perderse a pie por sus calles tranquilas, observar sus fachadas de colores y los azulejos que recubren sus preciosos edificios históricos o degustar sus sabores son imprescindibles cuando uno pisa la bucólica Azeitão.

Bodegas, palacios y moscatel

No hay viaje a Setúbal que se precie sin catar sus vinos, y en Azeitão se encuentran algunas de las bodegas locales más reconocidas. No solo es una oportunidad de saborear sus blancos, rosados o tintos, o descubrir el auténtico Moscatel de Setúbal: las bodegas de la zona son preciosos edificios repletos de historia.

La Casa Museo - José María da Fonseca llama la atención por su fachada tradicional y sus jardines, que en esta época se tiñen de tonos ocres, naranjas y marrones. Fundada en 1834, la de José María da Fonseca es una de las bodegas con más trayectoria de la región. Una visita a su interior permite dejarse seducir por el aroma del célebre moscatel entre barricas con más de cien años.

Un vino que no es posible probar, pero sí conocer su historia, es su Moscatel Torna Viagem. Para crear este caldo único, las barricas de moscatel viajan a bordo de barcos de la marina portuguesa como antaño hicieran durante la época de comercio marítimo, un recorrido que aporta nuevos aromas y sabores al vino. Lo que comenzó como un descubrimiento curioso ha pasado a ser tradición familiar, que se repite con distintas añadas para conservar a posteriori en la Casa Museo de Azeitão.

A muy poca distancia, el Palacio de Bacalhôa es un auténtico recorrido por la historia de Portugal. Considerada una de las fincas del siglo XV más bonitas que se conservan en el país, el palacio y sus jardines parecen directamente sacados de un paisaje de postal. Con influencias de Europa, África y Oriente y azulejos portugueses de los siglos XV y XVI, el conjunto arquitectónico es una obra de arte en sí mismo. Los jardines de esta antigua propiedad de la familia real portuguesa son uno de los platos fuertes de cualquier visita, que rematar con una cata de moscatel y un paseo por sus viñas.

La Quinta das Torres, por su parte, destaca por sus imponentes torreones y su lago de más de 900 metros cuadrados, con las enredaderas y hiedras decorando el edificio del siglo XVI. Su patio exterior, sus reconocidas fuentes y sus cúpulas hacen de esta quinta un espacio de ensueño.

Entre quesos y dulces

Además de por su pasado aristocrático y sus preciosas calles, Azeitão es conocida por sus platos estrella. Esta región aporta algunos de los bocados más famosos de la gastronomía de Setúbal, empezando por su famoso Queijo de Azeitão, similar a una torta del casar portuguesa con Denominación de Origen Protegido en Europa. Tan delicioso que acaba por convertirse en uno de los souvenirs más deseados por los viajeros. Pero Azeitão es también tierra de dulces, como demuestra su Torta de Azeitão, un bizcocho con toques de canela y limón, o las Esses de Azeitão, unas sencillas pero deliciosas galletas de canela.

Tradición azulejera

Como toda región portuguesa que se precie, Azeitão presume de clásicos azulejos con siglos de historia en sus mosaicos y decoraciones. La Iglesia de S. Simão, originaria del siglo XVI, es testigo vivo de esta tradición, al igual que lo son los talleres que continúan produciendo a mano azulejos portugueses.

Una oportunidad única para conocer de primera mano en una visita las técnicas centenarias tanto de los típicos azulejos blancos y azules del país vecino, como también de variedades árabes y asiáticas. Con distintos colores, motivos y diseños, estas pequeñas obras de arte encarnan el espíritu de la región, y aquí es posible participar en actividades, aprender a pintarlos y conseguir un recuerdo personal de Azeitão.

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