La región al sur de Bélgica es un verdadero paraíso para los amantes del chocolate. Es bien conocido que el chocolate belga es una delicia incluso para los paladares más exigentes, por su alto contenido en cacao y utilizar manteca de cacao pura. Gracias a esta longeva tradición chocolatera, este país es mundialmente reconocido por producir exquisitos y refinados del planeta.
De hecho, este mismo mes, la prestigiosa guía Gault & Millau ha reconocido dos chocolaterías valonas: la Legast, en la provincia de Hainaut, como chocolatería del año 2024; y la Belle et Chocolat, en la provincia de Namur, como el descubrimiento del año 2024. Precisamente por eso y mucho más, en Valonia presenta experiencias únicas para los entusiastas del chocolate, que combina museos interactivos, talleres de degustación y experiencias gastronómicas.
Museos del chocolate en Valonia
Hay más de quince espacios alrededor de la región de valona de Bélgica donde se pueden hacer visitas acerca del chocolate. Se trata de numerosas tiendas y fábricas de chocolate las cuales proponen a sus visitantes talleres para hacer su propio chocolate. Sin duda alguna estos establecimientos se merecen una visita, aunque en una escapada corta a Valonia, será imprescindible elegir alguno de los tres museos de visita obligada. El museo y chocolatería del multipremiado chocolatero valón Darcis, en Verviers, es una de ellas. Este museo ofrece una experiencia inmersiva que recorre la historia y el proceso de fabricación del chocolate. Los visitantes pueden explorar el museo con una audioguía que los lleva a través de los talleres de producción, talleres artesanos, la academia de chocolate y mucho más. La experiencia culmina con degustaciones de una variedad de chocolates exquisitos.
En Cyril Chocolat, en La Roche-en-Ardenne, los visitantes pueden descubrir el arte de la chocolatería en acción. Desde películas informativas hasta la fabricación en directo de pralinés moldeados y recubiertos, esta experiencia es una ventana al mundo del chocolate. Además, los visitantes tienen la oportunidad de degustar las deliciosas creaciones de Cyril y personalizar sus propias tabletas de chocolate.
Otra gran recomendación es la Tienda y Museo del Chocolate en Erezée del emblemático artesano chocolatero Philippe Defroidmont, con dos generaciones dedicadas a la fabricación de chocolates con el mejor cacao, se trata de un lugar fascinante para los amantes del chocolate. Aquí, la pasión por la calidad y la tradición se reflejan en cada dulce bocado. Los visitantes pueden explorar el proceso de elaboración y deleitarse con los sabores excepcionales de sus creaciones.
En el suntuoso y clásico castillo de Seneffe, en la provincia de Hainaut, se ‘esconde’ un comedor del siglo XVIII perfectamente decorado. Allí, los fines de semana y los festivos, es posible tomarse un chocolate caliente y picante, de la misma forma que hace muchos años, lo hicieron los nobles que habitaron la fortificación: vajilla de porcelana, camareros vestidos de la época, etc. En aquel entonces, el chocolate era un producto lujoso y era consumido en ubicaciones exclusivas como el castillo de Seneffe.
Tiendas chocolateras con sello valón
A lo largo y ancho de la región, Valonia cuenta con una impresionante variedad de comercios de chocolate donde los visitantes pueden comprar estas delicias de cacao para llevar a casa. Algunas de las tiendas más destacadas incluyen Darcis (también museo), la chocolatería Ariqua Denis, la Benoît Nihant y la marca Charlemagne Chocolatiers. Cada una de estas boutiques ofrece una selección única de chocolates artesanales que capturan la esencia misma del chocolate belga de alta calidad.