Seguro que ha oído hablar de la sensibilidad al gluten. O quizá incluso usted mismo la sufra (o cree que la sufre).
El gluten es una proteína difícil de digerir, llamada gliaden, que se encuentra principalmente en el trigo. El gliaden no siempre se descompone por completo y, como consecuencia de ello, causa daños internos a algunas personas.
¿Cuál es el problema? Que evitar el gluten hoy día es complicado. El trigo se ha introducido en miles de alimentos altamente procesados que abarrotan los estantes y congeladores y, por tanto, la mesa de las personas del mundo occidental.
Hasta tal punto es así que estos falsos alimentos llegan a constituir entre el 60 y el 70% de la dieta diaria de muchos.
Gluten: ¿está seguro de que no está afectando a su salud?
Preste atención a esta lista de afecciones:
Si no lo tiene realmente claro, le animo a plantearse de nuevo la pregunta que da título a este texto. Pero esta vez desde una nueva perspectiva.
Sobre todo si alguno de los síntomas indicados parece que no responde a ningún patrón concreto… y por ello es probable que su médico no haya dado con una solución definitiva.
Si es su caso, sepa que no es el único al que le ocurre.
Y que es muy factible que detrás de esos trastornos (y de muchos otros que se siguen investigando) se encuentre un problema relacionado con el gluten.
La enfermedad de las mil caras
Generalmente asociada a trastornos de tipo digestivo, como por ejemplo dolor abdominal, estreñimiento, diarrea o gases, lo cierto es que la conocida como “celiaquía” también lleva asociados muchos otros síntomas que de entrada nada tienen que ver con el aparato digestivo.
Son los que le he mencionado antes, los cuales se denominan “atípicos” precisamente para diferenciarlos de los “clásicos” con los que suele relacionarse esa afección.
Pues bien, estos síntomas son, en realidad, bastante más frecuentes de lo que se creía. De hecho, se estima que el 1% de la población mundial sufre una celiaquía “clásica”, mientras que nada menos que el ¡5%! sufre una variante más atípica.
Esta es la razón, precisamente, por la que algunos expertos prefieren usar el término de “espectro celíaco” para referirse a la multitud de problemas que pueden darse frente al consumo de gluten.
Es problema es que muy pocos (incluidos numerosos médicos) saben de la existencia de esos otros síntomas no digestivos, por lo que jamás relacionarán esa cefalea o dermatitis que tal vez padece con un trastorno debido al gluten.
Y, mientras, usted seguirá desesperándose por no hallar una solución. ¡Peor aún! Seguirá con su dieta habitual, sin prescindir de esa proteína, lo que solo servirá para empeorar aún más su estado de salud (sin saberlo) y aumentar el riesgo de sufrir otras graves complicaciones asociadas: polineuritis, problemas de tiroides e incluso linfomas en los casos más graves.
(Extraído de https://www.saludnutricionbienestar.com/gluten-salud/)