Cada una de las Islas Baleares tiene sus propios lugares singulares para disfrutar de la salida y la puesta de sol. Y es que, en este archipiélago bañado por las aguas del Mediterráneo, ya sea por sus paisajes imponentes, sus impresionantes acantilados o la serenidad de sus aguas, contemplar cómo el sol amanece cada madrugada y se despide al atardecer tras el horizonte se convierte en una experiencia clave para comenzar el otoño en las islas.
La golden hour más especial en Mallorca
Mallorca, la joya más grande del tesoro de las Islas Baleares, regala una mezcla única de playas de arena dorada, montañas y pueblos pintorescos, convirtiéndola en un paraíso para aquellos que buscan contemplar el mejor de los atardeceres.
Algunos de los rincones estratégicos de la isla se encuentran a lo largo de toda la escapada costa de la Serra de Tramuntana, como el Port de Sóller, un lugar mágico para ver cómo el sol se despide en un abrazo con el mar y experimentar la serenidad de la "hora dorada" del día. A medida que el sol desciende en el horizonte, el entorno se sumerge en una atmósfera de tranquilidad que permite a los visitantes disfrutar de la naturaleza en su forma más pura.
Por su parte, aquellos madrugadores que esperan cada mañana para contemplar la salida del sol, lo podrán hacer desde la costa norte de Mallorca. Con todo el recorrido desde Cala Rajada hasta el Cap Formentor, así como las bahías de Alcúdia y Pollença, que en días de clara visibilidad deja ver el perfil de la vecina isla de Menorca al fondo.
Belleza natural e historia en el corazón de Menorca
Más allá de su rica historia y sus paisajes naturales, la isla de Menorca es ese destino del Mediterráneo que se convierte en testigo de un espectáculo natural que pinta el cielo con tonos pastel al caer el sol.
En un pequeño rincón secreto a cuatro kilómetros al sur de Ciutadella, en el extremo norte de Cala Blanca, se encuentra Es Clot de Sa Cera. Se trata de una playa de acantilados en una tranquila zona residencial que suele estar alejada de las multitudes, ofreciendo uno de los mejores lugares para nadar, bucear, hacer snorkel o simplemente relajarse al sol. La mejor manera de disfrutar de este paraíso es esperar en el agua a la increíble puesta de sol que se observa desde aquí, con Mallorca al fondo y las rocas que rodean esta joya mediterránea.
Por su parte, El Castell de Sant Nicolau, en pleno corazón de Ciutadella, ofrece un atardecer urbano con una pizca de historia y un toque de lo más fotogénico. Estratégicamente ubicado en la boca del puerto, esta fortaleza del siglo XVIII fue construida para defender la ciudad de los ataques marítimos. Los cañones que hoy flanquean la entrada antaño se encontraban en la terraza de la torre, desde donde se repelían los asedios hostiles.
Los amaneceres en Menorca también son un espectáculo digno de admirar, especialmente en el Puerto de Maó, desde Es Castell hasta la Fortaleza de la Mola, pues al ser el punto más oriental del país la mañana comienza más temprano y permite a los más madrugadores disfrutar de los primeros rayos de sol.
La magia de los atardeceres ibicencos
Ibiza también es un gran destino de desconexión que brinda algunas de las puestas de sol más fascinantes del archipiélago balear. El litoral junto a Cala Benirrás, situada en el norte de la isla, es conocida por sus aguas tranquilas y su ambiente bohemio. Durante el atardecer, los acantilados que rodean la bahía se visten de unos colores anaranjados y rosados que crean una imagen única.
Un espectáculo natural en Formentera
En el punto más meridional de las Islas Baleares, la isla de Formentera se trata de un lugar donde la serenidad y la belleza natural se unen para poder presenciar la magia del atardecer.
En el extremo sur de Formentera, Cap de Barbaria es un rincón donde la naturaleza se convierte en protagonista. Sus acantilados y su famoso faro brindan el escenario perfecto para disfrutar de la caída del sol que tiñe el cielo de tonos pastel y en el que los visitantes pueden contemplar las mejores vistas del Mediterráneo.
Por su parte, el Mirador de La Mola, ubicado en el punto más elevado de la isla, es el lugar idóneo para disfrutar de una vista panorámica de 360 grados de Formentera en su totalidad y junto a la Platja de Llevant, uno de los lugares idóneos para ver despertar Formentera.