Si bien la Asociación Española de Amigos de los Castillos tiene inventariados unos 10.300 castillos, se cree que en nuestro país hay un total de 20.000 castillos. Símbolo de la Edad Media, las continuas luchas que se produjeron durante los más de siete siglos que duró la Reconquista son la causa de que en la Península Ibérica se construyeran numerosos castillos y fortalezas. Cada uno de ellos tiene su propia historia, y es que, además de haber sido testigos de grandes gestas épicas, muchos de estos castillos guardan entre sus muros historias de fantasmas, misteriosas leyendas de encantamientos y brujería que harán estremecerse al más valiente.
Para los amantes del misterio, Yescapa, empresa europea en alquiler de autocaravanas y furgonetas camper, te propone para el puente de los Santos un itinerario por algunos de los castillos “embrujados” y más fantasmagóricos de nuestro país. Sin duda una ruta ¡escalofriante!
Castillo de Trasmoz (Zaragoza)
Situado en la provincia de Zaragoza y en las faldas del Moncayo, nos encontramos con el pueblo de Trasmoz, que es el único pueblo “excomulgado” de España. De apenas 100 habitantes, Trasmoz está envuelto en un halo de misterio, que se ve incrementado por las historias que afirman que en el siglo XIII se llevaban a cabo ritos paganos, de brujería y aquelarres en la villa. Al parecer el castillo de Trasmoz no era ajeno a esas prácticas y entre sus muros se reunían brujas que celebraban sus rituales.
En la actualidad, el interior del castillo alberga el Museo de la Torre, el Caballero y la Brujería, en el que se recogen objetos aparecidos en las excavaciones realizadas en el lugar, además de estar dedicado a las brujas y a las supersticiones que dan fama al pueblo desde tiempos inmemoriales.
Castillo de Villaviciosa de Odón (Madrid)
En 1758, tras la muerte de su esposa, la reina Bárbara de Braganza, el rey Fernando VI se recluyó en el Castillo de Villaviciosa de Odón. El monarca, que sufría de trastornos mentales, permaneció en él hasta su muerte en 1759. Cuentan que Fernando VI enloqueció completamente y que llegó a pensar que si cerraba completamente los ojos, se moriría al instante.
Lo cierto es que muchos empleados del complejo aseguran haber visto vagando por el castillo la figura fantasmal de Fernando VI y escuchar alaridos y gritos enfermizos.
Castillo de Trigueros del Valle (Valladolid)
Este castillo encantado es una fortaleza del siglo XV que tiene la peculiaridad de estar habitada por seres y criaturas fantásticas. A poco más de 20 kilómetros de Valladolid, este castillo se ha convertido, gracias a sus propias leyendas, en una de las atracciones turísticas más visitadas de la provincia y un plan imprescindible para niños y adultos.
Sus pasadizos ocultos llevan a los visitantes hasta las mazmorras habitadas por dragones, un laberinto donde se realizan todo tipo de experimentos o incluso una sala con animales mágicos, así como un torreón fantasma.
Castillo de Topas (Salamanca)
Conocido también como el “Castillo del Buen Amor”, fue el escenario de amantes muy famosos, como es el caso del arzobispo Alfonso de Fonseca, que llegó a tener cuatro hijos con Teresa de las Cuevas y fue excomulgado precisamente por esa razón.
La leyenda dice que los espíritus de estos dos amantes todavía se encuentran en el lugar, específicamente en la habitación número ocho, en donde se escuchan voces, jadeos e incluso ocurren cosas más escalofriantes, como encenderse la televisión sola. De estilo renacentista y declarado Monumento Nacional desde 1931, los actuales propietarios convirtieron al castillo hace ya veinte años en un hotel con 41 habitaciones de lujo.
Castillo de Sotomayor (Sotomayor, Vigo)
La leyenda dice que en sus muros está el fantasma conocido como “El Alemanote”, un hombre nacido y educado en Alemania y que fue maestro del sobrino de uno de los anteriores propietarios del castillo. Afirma la leyenda que en los sótanos instaló un laboratorio donde descubrió la fórmula para fabricar el arma definitiva que decantaría la I Guerra Mundial a favor de Alemania. Sin embargo, el hombre murió en una salida a caballo antes de probarla. Un día, un periodista de la época que visitó el castillo, invitado por aquel entonces los propietarios, los marqueses de Ayerbe, escuchó la historia de boca del propio fantasma, que se le apareció en uno de los salones, y cumplió su petición de destruir la fórmula.