ESTRENO: ABRAZOLAMP 2 (ACORRALADO): LA SECUELA DEL MONÓLOGO CÓMICO QUE PREVIENE CONTRA EL SUICIDIO
"Tuve tendencias suicidas en 1987 y después resurgieron con fuerza en 2020, como Azúcar Moreno en Eurovisión”. Así comienza Abrazolamp 2 (Acorralado), cuyo estreno absoluto acoge el Teatro del Barrio el próximo 8 de septiembre. Es la secuela del monólogo casi homónimo que su autor e intérprete, Javier Corral, estrenó en 2010 para poner humor a sus problemas de depresión.
Así que, mejor, empecemos por ese principio: Javier, que además de actor y director es conferenciante en instituciones vinculadas a la salud mental, como el Colegi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana o el Colegio de Médicos de Madrid tuvo un intento de suicidio siendo muy joven, y una enfermedad algo más tarde. Durante este segundo estadio le ocurrió algo que tampoco nos sorprenderá tanto en una sociedad a la que le cuesta hablar del sufrimiento, del dolor, del duelo, de la muerte: a la gente de su entorno le costaba dar abrazos.
En el montaje pasa revista a la familia y ese efecto olla a presión que contiene, que hace que pueda explotar en cualquier momento llevándose por delante a los seres queridos que se pongan a tiro. También hay una crítica al edadismo, a infravalorar casi para todo a las personas que sobrepasan unas décadas. Hay divulgación (amena y con ironía) sobre el suicidio (el artista se pregunta si su terapeuta debería haberle cobrado por adelantado, por si las moscas). Hay un número de reggaetón que nos recuerda que España es el segundo país en consumo de ansiolíticos. Y hay, por supuesto, humor. Porque el humor, literalmente, le salvó la vida a Javier.
JOSÉ JUAN RODRÍGUEZ, ACTOR DE CABECERA DE PABLO MESSIEZ, EN UN SOLO ESCÉNICO SOBRE LO QUE HACE ESPECÍFICO AL TEATRO: EL ESPACIO
José Juan Rodríguez, intérprete de cabecera de Pablo Messiez, llenará el escenario del Teatro del Barrio, del 13 al 17 de septiembre, con Leyenda del espacio, una creación escénica que él mismo firma e interpreta y constituye una experiencia espacial: solo en el escenario con una bici, textos de Beckett (sobre todo extractos de Textos para nada) y su cuerpo, José Juan da protagonismo al espacio por encima de una historia, de la ficción o de la autoficción. Porque el espacio, estar ahí en ese preciso momento, es la especificidad que convierte al teatro en lo que es. El espacio es el eje de la acción porque existe independientemente de lo que pase en él. ¿Es la nada? Hace tiempo que sabemos que la nada es mucho.
Según expresa el creador, “una persona habla, sola, ante el espacio. En este acto despliega la pregunta o la conciencia de con quién, para qué y el desde dónde. Inicia una serie de movimientos o de quietudes que contribuyen más a esta pregunta que solo se puede contestar, si es que se puede, haciendo el acto. Alguien que busca su existencia actuando, diciendo, moviendo”. Desde el minuto uno, la obra ha tenido público, posiblemente porque sea otro de los elementos que le otorgan sentido. “Un hombre que afirma su ser a través de la experiencia espacial, topándose con el tiempo, la gravedad, el sonido de las palabras, el sentido o sinsentido de las mismas, los recuerdos o el movimiento. Un hombre en el mundo que lucha por existir en ese instante que dura la pieza. Una existencia plena en ese instante de vida”.
‘CABEZAS DE CARTEL’, UN SÚPER ÉXITO TEATRAL QUE PIENSA POR QUÉ ATRAE LA FAMA
El argumento nace en territorio teatral, incluso tiene algo de autoficción, pero se hace extrapolable a cualquier otro ámbito: una compañía de teatro está en plena sesión de trabajo. Preparan una función que habla de ser libres haciendo lo correcto. Sin embargo, viven un momento crítico en el que se enfrentarán los principios éticos con la necesidad de sentirse importantes.
Porque todos sentimos la necesidad de ser importantes. El relumbrón nos deslumbra. Y Perigallo decide que, con este montaje, no tienen más remedio que reírse de eso, porque es muy ridículo el ridículo que hacemos. Además, la fama es un poderoso imán cultural. ¿Por qué funcionan más en taquilla las producciones con nombres conocidos, con estrellas cuyo comportamiento incluso copiamos en el día a día? La obra lo analiza sin paños calientes para nadie: ¿por qué se ha perdido a parte del público en ese camino, porque se han invisibilizado a sus ojos artistas que cotizan menos en la industria teatral?
Ese relumbrón nos hace olvidar muy a menudo cuáles son nuestros valores y cuáles eran nuestras prioridades. Mucha pose y poco poso.