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El teléfono móvil… ¡otro riesgo para su corazón!

Redacción | Jueves 17 de agosto de 2023

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y muerte prematura en todo el mundo. Se calcula que el 24,1% de los hombres y el 20,1% de las mujeres la padecen.

Los especialistas se dejan la piel en identificar más y más factores que la provoquen y que sean modificables, para así mejorar la prevención y reducir la carga de la enfermedad en su estadio grave.

Pero para encontrar una nueva explicación sobre la tensión alta no hace falta irse muy lejos. Está más cerca de lo que cree… concretamente en su teléfono.

Sí, lo ha leído bien. Esa maquinita, sin la que tantas personas no pueden vivir, contribuye a elevar su tensión arterial.

Daños en el ADN

Los teléfonos móviles se han convertido en un dispositivo cotidiano en todo el mundo. Se estima que hay 8.200 millones de “smartphones” es decir, existen más teléfonos que habitantes en el planeta Tierra.

Desde que irrumpieron en el mercado se plantearon muchas dudas sobre su seguridad. Sobre todo, para usuarios frecuentes.

Algunos estudios en animales o en células humanas, por ejemplo, sugirieron que la exposición prolongada a campos electromagnéticos de radiofrecuencia, como los emitidos por los teléfonos móviles, estaba relacionada con varias afecciones graves: estrés oxidativo, aumento de la inflamación y daño en el ADN.

Pues bien, todo ello podría conducir al desarrollo de hipertensión.

En concreto, lo que se ha encontrado ahora es un riesgo significativamente mayor de hipertensión de nueva aparición (es decir, que no se debe a factores genéticos) en aquellas personas que pasan más de 30 minutos a la semana hablando por teléfono en comparación con quienes están menos de ese tiempo. Y el riesgo es nada menos que un 12% mayor.

¿Hay alguien hoy día que no pase más de media hora a la semana hablando por el móvil?

Cuántos más minutos más riesgo

Además, los investigadores han observado que lo decisivo para la salud del corazón es la cantidad de minutos que las personas pasan hablando por teléfono móvil. Y más minutos significan un mayor riesgo. Pues si el tiempo de uso es de más de 6 horas, el riesgo es un 25% mayor.

Eso sí los años de uso de este aparato o el empleo de una configuración de manos libres no influyen en la probabilidad de desarrollar presión arterial alta.

En otras palabras: se puede hacer un uso saludable del teléfono móvil sin que aumente el riesgo de hipertensión, siempre que se utilice durante no más de 30 minutos a la semana.

Pues bien, varios estudios previos al que le comento han examinado la asociación del uso de teléfonos móviles con la hipertensión y los niveles de presión arterial. Algunos informaron de mayor tensión arterial en mujeres que utilizaron sus teléfonos durante al menos 8 horas.

Sin embargo, no se encontró una asociación significativa en los hombres.

Otro análisis concluyó que la adicción al teléfono se asoció con una prevalencia significativamente mayor de hipertensión en adolescentes.

Una vida más fácil ¿y saludable?

Las nuevas tecnologías se supone que han llegado a nuestra vida para hacerla más fácil. Pero ya ve que hay que tener cuidado con cómo las usamos, ya que pueden repercutir en nuestra salud.

Está comprobado que un uso excesivo del teléfono móvil puede motivar la aparición de daños en la vista: picor de ojos, fatiga visual, visión borrosa y que ello derive en dolores de cabeza.

Hay personas incluso a las que las llamadas telefónicas les producen ansiedad y por ello no contestan.

Pero no demonicemos a nuestros preciados “smartphones”. Tenga en cuenta también que el estudio sobre la relación entre el uso del móvil y el aumento de la tensión arterial que le comento determinó que el aumento de la presión arterial se detectó en apenas un 7% de los participantes. Es decir, no es que el dispositivo sea el culpable directo de este aumento en todos los casos.

Hay otros factores relacionados con ese mayor riesgo como el estrés de las conversaciones que mantenemos o realizar varias tareas al mismo tiempo que usamos el móvil o la necesidad de estar comunicados de modo permanente. Todo esto influye a la hora de afectar a la tensión arterial.

Eso sí, parece prudente mantener las llamadas de teléfonos móviles al mínimo para preservar la salud del corazón.

(Extraído de https://www.saludnutricionbienestar.com/)

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