Museo, que es una verdadera consolación para todas las personas con el corazón roto para que sepan que no están solas. Al revés, hay un lugar dedicado a todos los que rompen con su pareja. Y está tan bien estructurado que en 2011 ganó el Premio Kenneth Hudson Museum como el museo más innovador. ¿Cuál es el aspecto más original de este espacio? El hecho de que cualquiera puede colaborar mandando objetos que sean particularmente representativos de una relación ya rota y exhibirlos con una breve descripción de la historia. Después de todo, ¿qué mejor que un museo para proclamar que una persona que no merece la pena pertenece al pasado?
Ámsterdam es una ciudad fascinante, además del Museo Van Gogh, el Barrio Rojo y los coffee shops, la capital de Holanda tiene mucho por descubrir. Aunque nunca la relacionaríamos con gatos, lo cierto es que la llamada “Venecia del Norte” tiene un museo entero dedicado a ellos. Fundado en 1990 por William Meijer en memoria de su difunto gato Tom, este templo gatuno cuenta con esculturas y pinturas dedicadas a los felinos más famosos del mundo. Además, el museo cuenta con cuatro gatitos que puedes acariciar y, dependiendo del humor que tengan, te ronronearán o permanecerán completamente indiferentes, al genuino estilo gatuno.
Es inútil ocultarlo, estamos acostumbrados a oír las rarezas más increíbles que vienen del Imperio del Sol Naciente y los museos no podrían ser de otra forma. No es que haya un museo entero que se dedique al Ramen (sopa japonesa de noodles), sino al Ramen instantáneo, es decir, el que se cocina rápidamente con agua caliente. Dicho de otro modo, es la versión oriental de lo que sería un museo dedicado a la pizza congelada en Italia. Sin embargo, el Momofuku Ando Instant Ramen Museum cuenta con un tamaño y una calidad arquitectónica que podría ser envidiada por muchos museos famosos. Existe también otro aspecto curioso en esta valiosa visita: como souvenir puedes crear tu caja de Ramen completamente personalizada para llevártela a casa; mucho más útil que un imán de nevera.
Reconozcámoslo, en teoría un museo dedicado a coches fúnebres es probablemente una de las atracciones menos atractivas en las que se puede pensar cuando se visita Barcelona. Sin embargo, el Museo de Carroses fúnebres de la ciudad condal se las arregla para sorprender a los visitantes por la calidad de las piezas que expone. Carruajes del siglo XVIII que han transportado los cuerpos de la alta sociedad y obras únicas que merecen la pena contemplar, al menos una vez cuando se viaja a Cataluña.
El museo del Helado de Boloña es un paraíso para los amantes de lo dulce. La visita de este increíble lugar empieza con un recorrido por la Historia del helado, que se remonta al antiguo Egipto y el Imperio Romano. Después, nos explica el secreto para preparar el helado perfecto y, finalmente, llegamos al momento más placentero: la cata de helado. Disfruta de esta experiencia sensorial y culinaria en este rincón de la geografía italiana.
Boston es una de las ciudades más bonitas de Estados Unidos y, además, alberga el Museo de Bellas Artes, uno de los más visitados del mundo, que cuenta con obras de Gauguin y Van Gogh. Pero si el impresionismo te aburre, siempre puedes desplazarte a unos pocos kilómetros de la ciudad, concretamente a Sommerville, donde encontrarás el Museo del Arte Malo (MOBA), en el que se encuentran algunas de las obras más horrorosas que el ser humano haya visto. Abraza el lema del museo “Arte demasiado malo para ser ignorado” y disfruta del horror.