Detrás de su fama, las Islas Baleares aguardan un verdadero tesoro que merece ser descubierto: su naturaleza. Desde majestuosas montañas hasta costas salvajes y paisajes serenos, el archipiélago cuenta con infinidad de rutas de senderismo que invitan a los amantes de la aventura a sumergirse en un paraíso natural. Lugares donde la belleza y la autenticidad se fusionan en perfecta armonía y que revelan la esencia más pura y cautivadora de cada una de las islas.
El paraíso mallorquín para los amantes de la montaña
Mallorca, la mayor de las Islas Baleares, alberga la famosa Serra de Tramuntana declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Se trata del lugar perfecto para poder conocer de primera mano la flora y fauna, así como los valores patrimoniales de la isla, a través de una ruta de aproximadamente 90 kilómetros conocida como Ruta de Piedra en seco (GR 221).
Esta ruta de gran recorrido, que va desde Andratx a Pollença, propone descubrir los paisajes de piedra seca de la Serra de Tramuntana y permite visitar interesantes vestigios históricos, encontrarse con mitos y leyendas, y conocer las tradiciones, la arquitectura, las costumbres y la artesanía de este lugar privilegiado. Un ejemplo de ello es el pueblo de Valldemossa, con su arquitectura tradicional y calles empedradas, donde los caminantes podrán explorar sus pintorescas calles, visitar el famoso monasterio de La Cartuja y deleitarse con la gastronomía local.
Además, el itinerario de esta ruta se acerca a menudo a la costa y en algunos tramos a las cimas más elevadas de la sierra, siendo el punto más alto del recorrido el Coll de ses Cases de Neu, con poco más de 1.200 metros de altura.
Sin embargo, existe en la isla otro sendero que merece ser mencionado: el Camí de l'Arxiduc. Este sendero, que lleva el nombre del archiduque Luis Salvador de Austria, se extiende desde Valldemossa hasta Deià, ofreciendo una experiencia excepcional a lo largo de la costa rocosa. A medida que el caminante avanza por el recorrido, disfrutará de vistas sensacionales del mar Mediterráneo y los acantilados escarpados, y podrá admirar la flora y fauna únicas de la región.
Un recorrido por la costa salvaje de Menorca
Con más de 700 km cuadrados, Menorca es la segunda isla más grande de Baleares y en ella se localiza el Camí de Cavalls, un antiguo sendero histórico que rodea su territorio. Con una longitud de aproximadamente 185 kilómetros, es otra de las rutas de gran recorrido (GR-223) del archipiélago balear que brinda a los excursionistas la oportunidad de explorar la diversidad natural de Menorca a través de 20 tramos que exploran las principales calas, acantilados y hábitats; y que hacen de este lugar Reserva de la Biosfera.
El Camí de Cavalls tiene una rica historia que se remonta a la época medieval, cuando se utilizaba como camino de vigilancia costera para proteger la isla de posibles invasiones. Hoy en día, el sendero ha sido restaurado y señalizado, permitiendo a los caminantes disfrutar de una experiencia inigualable al descubrir la belleza virgen de Menorca. A lo largo de su recorrido, los senderistas atravesarán antiguos asentamientos talayóticos, torres de defensa y otros sitios arqueológicos, que añaden un toque histórico y cultural a la experiencia de caminar por este impresionante sendero.
También el sendero de la Albufera des Grau es una opción fascinante para aquellos que desean explorar la naturaleza en esta bonita isla. Este sendero lo llevará a través del Parque Natural de la Albufera des Grau, una reserva de la biosfera reconocida por la UNESCO. Durante su caminata, podrá disfrutar de vistas panorámicas de la reserva, lagunas, dunas y una gran variedad de aves y vida silvestre.
Ibiza, una combinación entre lo natural y lo místico
Una de las mejores formas de descubrir la Ibiza natural para admirar sus bosques, valles, campos y costas es a través de los senderos, y un ejemplo de ello es la ruta del Ojo de Es Vedrá.
La tranquilidad que alberga en Formentera
Para escapar de las prisas y el ajetreo de las ciudades, Formentera es el destino ideal. En esta isla el tiempo toma otro ritmo y permite perderse en sus paisajes y localizaciones. Con un total de 32 rutas verdes y 130 km de senderos, esta isla es perfecta para recorrerla a pie dando la oportunidad acceder a zonas privilegiadas.
Un ejemplo de ello es el sendero de La Mola, que recorre la parte más alta de Formentera, ofreciendo vistas panorámicas espectaculares del paisaje circundante y el mar Mediterráneo. A medida que uno se adentra en él, se encuentra rodeado de colinas cubiertas de pinos y aromáticas plantas autóctonas, creando un ambiente tranquilo y sereno. Además, este sendero también lleva a descubrir encantadores pueblos y lugares de interés histórico como el Faro de La Mola, un faro emblemático que se alza en un acantilado y regala grandes vistas del horizonte, así como el pintoresco pueblo que le da nombre, con sus calles estrechas y casas blancas típicas de la isla.