Esto que acaba de leer es un testimonio real de una mujer…
Y podría ser el de cualquier persona que sufra retención de líquidos debido a un problema linfático.
Tal vez, incluso, usted se encuentre en una situación similar.
Si es así, si ya no puede soportar su “condena”, siga leyendo, porque al final de este mensaje habrá encontrado una solución natural y efectiva para sus problemas linfáticos.
Retención de líquidos: un problema grave
El sistema linfático es el encargado, entre otras importantes funciones, de eliminar el exceso del líquido que se encuentra entre las células y devolverlo a la sangre a través de los vasos linfáticos.
Por eso, cuando el sistema linfático funciona mal se produce una acumulación de líquidos en el cuerpo, especialmente en las piernas y brazos.
Es lo que se conoce como linfedema y suele ser causado por una obstrucción de los vasos linfáticos.
Si el linfedema no se trata adecuadamente, el líquido, muy rico en proteínas, continúa acumulándose y provoca una aumento de la hinchazón y el endurecimiento de las extremidades, lo cual provoca además la aparición de infecciones y de todo tipo de complicaciones.
La persona que lo sufre ve afectada considerablemente su calidad de vida:
En definitiva, el día a día se convierte en una terrible “condena” cargada de dolor y sufrimiento.
Las tareas más simples, como atarse los cordones de los zapatos o subir unas pequeñas escaleras, llegan a ser una tortura.
Para más inri, la persona afectada tiene que enfrentarse a las miradas curiosas de los que se sorprenden al descubrir la inflamación y tumefacción de sus piernas.
Y por si fuera poco, encuentra dificultades a la hora de encontrar ropa y zapatos que le sirvan, que no le hagan más daño todavía y que disimulen la hinchazón de sus miembros.
Hasta hace poco, la persona que se quejaba al principio padecía esta horrible situación.
Lo había probado todo: diuréticos, masajes especializados, vendajes compresivos, fármacos de todo tipo…
Y nada, sus problemas no solo no se arreglaban, sino que iban a peor.
Pero, como siempre, la Madre Naturaleza dio la solución.
Descubra el poder antiedematoso del meliloto
Hace miles de años Galeno, uno de los padres de la ciencia médica, ya empleaba preparaciones a base de meliloto para curar la inflamación, la hinchazón y las úlceras.
Actualmente, las propiedades curativas del meliloto han sido reconocidas por las principales instituciones europeas de fitoterapia, que han publicado varias monografías en las que se ensalzan sus virtudes antiedematosas.
¿Pero cuál es el secreto que se esconde en sus bonitas flores amarillas y que es capaz de aliviar la hinchazón de piernas y brazos, tal como ya sabían los antiguos griegos y romanos?
Pues se trata de una sustancia orgánica llamada cumarina, que posee numerosas propiedades medicinales. Es antitumoral, antiarrítmica, antiséptica, analgésica, antiinflamatoria y antiedematosa. También se emplea en tratamientos contra la hipertensión, la osteoporosis, el asma y, naturalmente, el linfedema.
El extracto estandarizado de meliloto oficinal se obtiene a partir de las puntas se sus flores secas y suele contener un 18% de cumarina.
Numerosos estudios han demostrado que esta sustancia aumenta la permeabilidad de los capilares linfáticos (los encargados de drenar el exceso de fluidos que se encuentra entre las células), lo que aumenta su capacidad para transportar líquidos y devolverlos al sistema circulatorio.
¿Se imagina? Una planta capaz de que el renqueante sistema linfático de alguien con linfedema haga que los líquidos dejen de acumularse. La Naturaleza nunca deja de sorprendernos con su poder.
La investigación científica ha revelado que la cumarina es capaz de reducir los edemas, aumentando el número de macrófagos (células de gran tamaño encargadas de fagocitar los antígenos) y disminuyendo el exceso de proteínas, lo que reduce la retención de líquidos.
En pruebas realizadas con seres humanos la cumarina extraída del meliloto redujo el linfedema de los pacientes después de 6 semanas de tratamiento y consiguió una reducción considerable al cabo de un año.
Un metanálisis de 51 estudios clínicos realizados en 8 países encontró que los benzopirenos como la cumarina redujeron significativamente el linfedema en un 40-71 % después de un año de administración oral o tópica.
Asimismo, estudios llevados a cabo en Australia, India y China mostraron que en 6 meses el tratamiento con cumarina disminuyó el volumen del linfedema en los brazos en un 40 % y en el de las piernas en un 33 %. Por otra parte, la cumarina potencia y mejora el flujo sanguíneo, por lo que puede ser de gran ayuda en el tratamiento de varices y hemorroides.
(Extraído de https://www.saludnutricionbienestar.com/)