Brindos, Lac & Château, la Maison Millésime con lago privado y cabañas flotantes en el País Vasco francés, propone sus lodges flotantes para un verano insólito. Estas cabañas sobre el agua tienen el nombre de las hadas del lago, una historia mágica que se repite cada 14 de septiembre a medianoche, como Flora, Aveline, Morgane o Melusine, entre otras. Desde este tipo de habitación el huésped puede disfrutar de la intimidad en el corazón del lago, admirando su belleza desde el interior, escuchando el chapoteo del agua y relajándose con la naturaleza que les rodea.
La leyenda del lago de Brindos
Había una vez, en el tiempo en el que aún hablaban los animales, una mendiga muy, muy anciana que vivía en una cabaña de madera a la orilla del lago de Brindos. Nadie sabía quién era ni de dónde venía. Ella nunca salía durante el día ni en las noches sin luna. Pero en cuanto las nubes se rasgaban y permitían llegar a la superficie de las tranquilas aguas el más mínimo rayo plateado, la anciana se dejaba ver. La mujer caminaba con su largo bastón nudoso en la mano, el cabello gris caído sobre el rostro, más arrugado que una manzana seca, e iba a sentarse junto a los rosales. Y allí esperaba, murmurando extraños conjuros. A veces encendía con ramitas una hoguera cuyo humo subía en una columna recta, muy recta, incluso cuando hacía viento, cosa que inquietaba a los pescadores que vivían en las inmediaciones.
Uno de ellos, más curioso y resuelto que los demás, decidió una noche ir a vigilar de cerca a la anciana. Era una noche de luna llena, y el lago centelleaba bajo una luz fría. No se movía ni una hoja de los árboles. La anciana llegó cojeando al borde del agua y se sentó. Sonó la medianoche. La mujer se levantó y extendió los dedos descarnados en dirección a los nenúfares, pronunciando algunas frases en una lengua que el pescador no supo identificar.
En aquel momento, se realizó un prodigio: de cada nenúfar surgió una mujer, bella como el día, vestida con velos más finos y claros que las alas de una mariposa. Primero dos mujeres, luego tres, cuatro, veinte, cien. El lago se pobló de hadas deslumbrantes que se pusieron a bailar. Sobre el lago encantado y ante los ojos maravillados del pescador, escondido tras un árbol, comenzó una danza incomparable bajo la mirada atenta de la Luna. Se dice que, desde aquella noche, el prodigio se repite una vez al año, cada 14 de septiembre, a medianoche.
Brindos, Lac & Château cuenta con tres tipos de lodges flotantes, todos ellos para disfrutar de una desconexión inmediata tras llegar a ellos en sus barcas eléctricas.
Maïa, Flora, Aveline, Titania, Christaline, Navi... Estas hadan dan nombre a los lodges Cocons. Ideales para parejas, estas cabañas cuentan con 30 metros cuadrados de habitación y 25 de terraza sobre el agua.
Los lodges Intemporales tienen el nombre de las hadas Maeva y Morgane. Diseñados para familias o dos parejas, estos refugios de 49 metros cuadrados tienen dos habitaciones con cama doble, salón y una terraza de 25 metros.
Por último, la joya de la corona, los dos lodges Millèsime se llaman El Hada del Lago y el Hada Melusine. En esta ocasión, los viajeros disponen de 47 metros cuadrados, una habitación, un salón y una terraza de 25 metros con un toque especial, un baño noruego desde el que relajarse en plena naturaleza.