Esta singular propuesta propone visitas a cuatro castillos de la comarca (Concabella, Les Pallargues, Florejacs y Les Sitges) a través de la historia de mujeres reales y de leyenda que han jugado un papel relevante en la historia del territorio
La ruta “Entre Almenas” ha sido concebida para dar a conocer el magnífico patrimonio arquitectónico de la Segarra, representado en cuatro de sus castillos, y también teniendo en cuenta la perspectiva de género, “para crear espacios de reflexión para fomentar nuevas miradas, avanzar en la construcción de relatos más equitativos, adecuarse a la realidad del siglo XXI y, sobre todo, dar voz a las mujeres que han sido silenciadas e invisibilizadas a pesar de que han contribuido a nuestra historia y al desarrollo de la sociedad de la comarca”.
El itinerario recorre cuatro castillos visitables de la Segarra (Concabella, Florejacs, Les Pallargues y Les Sitges) y se puede hacer de forma libre o como ruta guiada. Los castillos están señalizados con paneles explicativos donde, además, hay un código QR que permite acceder a la web de turismo de la Segarra en la que se amplía la explicación. La próxima ruta guiada será el sábado 10 de junio. La iniciativa es un proyecto de las áreas de Servicio de Información y Atención a las Mujeres (SIAD) y de Turismo y Cultura del Consejo Comarcal de la Segarra.
En la Segarra, la existencia de una frontera con el mundo musulmán hizo que las construcciones defensivas fueran muchas, con una función militar primero y, después, de organización del territorio. Esta importancia de la función militar ha hecho que muchos de los estudios de los castillos se hayan decantado hacia el análisis de los aspectos puramente defensivos. Pero el castillo era también un espacio donde organizar el territorio desde el punto de vista social, jurisdiccional, administrativo, político y eclesiástico, además de un sitio donde vivir. Las mujeres tenían un poder destacado en las funciones varias que se ejercían en los castillos.
En los archivos históricos se conservan numerosos documentos que nos muestran una amplia presencia femenina, como condesas que ostentan el poder, damas que gobiernan castillos y campesinas que colonizan, entre otros. Encontramos documentadas estas mujeres en juramentos de fidelidad, crónicas, donaciones, cartas de poblamiento, etc.
En este proyecto, a través de las vidas de ocho mujeres, algunas reales (Aurembiaix de Urgell, Violant de Cabrera, Aldonça Roig de Ivorra, Guinedilda de Cervera, Blanca Alemany y su hija Sibila) y otras de leyenda (la Dama de las Flores de Florejacs y la esposa del barbero de Concabella), el visitante recorre una parte significativa de la Edad Media leridana.
La explicación de los cuatro paneles instalados en el exterior de los castillos puede completarse escaneando los códigos QR, que llevarán al visitante a un contenido web donde, además de ampliar la información, podrá ver cuatro vídeos donde mujeres que actualmente viven y trabajan en la Segarra cuentan su experiencia como artesanas y creadoras.
En el Castillo de Concabella, con el lema Mujeres en lucha (el “ius primae noctis” o el derecho de pernada), se explica que el barbero del pueblo mató al señor del castillo para vengarse, ya que este ejerció el ius primae noctis con su mujer. Aunque en la fachada del castillo de Concabella todavía se conserva la jaula donde se dice que colgaron la cabeza del barbero que fue ajusticiado por haber matado al señor del castillo, parece que todo es una leyenda. Pero sí fue real el caso de Violant de Cabrera, miembro de una importante familia descendiente de la realeza catalana a la que casaron con Rodrigo de Bovadilla, capitán del ejército del rey Juan II.
En el Castillo de Les Pallargues, con el lema El poder de dar vida, se quiere promover la reflexión sobre el hecho de que la capacidad de dar vida está reservada a las mujeres y ha provocado en el otro sexo el deseo de controlarla. La única manera que tenían los hombres de asegurar que su descendencia fuera efectivamente suya implicaba controlar en extremo la vida de las mujeres y por eso la vida femenina transcurría, mayormente, en el ámbito privado. En una sociedad en la que el peso de la familia se transmitía por vía únicamente paterna (apellido), era de vital importancia tener bajo control la descendencia. Este celo fue en detrimento de los derechos y libertades de las mujeres.
En el Castillo de Les Sitges, bajo el lema Mujeres anónimas: el trabajo invisible, se quiere explicar que, más allá del papel de los hombres como guerreros, la documentación del período de la Reconquista de los territorios catalanes que conservamos en la Segarra nos cuenta que también las mujeres cultivaron la tierra y edificaron en los nuevos territorios conquistados. Fueron propietarias de casas, de tierras y de castillos como Blanca, esposa de Ramon Alemany, y su hija Sibila, que fueron señoras de Les Sitges y Florejacs. Esta colonización la hacían muchas veces parejas, pero también hubo mujeres solas que se convirtieron en propietarias, como Guinedilda, primera pobladora de la ciudad de Cervera.