La elegancia y la pasión por la cultura están presentes en cada detalle de Qatar, un país que no deja de crecer, pero siempre manteniendo presente la unión de tradición y modernidad. El skyline de Doha refleja este mismo espíritu, con edificios caracterizados por el cuidado en su diseño, la belleza de sus líneas y su trasfondo cultural. En la mayoría de ocasiones, estas obras nutren su original estética con elementos de la arquitectura árabe tradicional.
Siguiendo esta filosofía, algunos de los nombres más relevantes de la arquitectura a nivel mundial han dejado su huella en Qatar a lo largo de los años. Tanto es así, que es posible recorrer Doha en un itinerario compuesto exclusivamente por edificios diseñados por premios Pritzker, considerados el Nobel de la arquitectura. Una ruta arquitectónica por el país del golfo a través de los edificios más impresionantes de su capital:
Jean Nouvel: Museo Nacional de Qatar y Doha Tower
El francés Jean Nouvel, ganador del premio Pritzker en el año 2008, firma dos de los edificios más emblemáticos del país: el Museo Nacional de Qatar y la Doha Tower. El primero, con un diseño inspirado en la formación de cristales conocida como “rosa del desierto” que se puede encontrar en el desierto qatarí, es ya uno de los símbolos del país. Con 11 galerías repartidas en 40.000 metros cuadrados, el museo está dedicado a la historia de Qatar, desde su formación geológica, pasando por su pasado como población nómada en el desierto y pescadores de perlas, hasta su actualidad.
Para la Doha Tower, también conocida como Burj Doha, Nouvel se inspiró en la forma de las torres tradicionales para aves construidas con barro y arcilla, que aún se pueden visitar en algunas de las partes del país, como Katara Cultural Village. Con 238 metros de altura, el revestimiento del edificio imita al mashrabiya, un elemento típico de la arquitectura árabe tradicional. Por la noche, la torre se ilumina con un color naranja para adornar la noche qatarí.
M. Pei: Museo de Arte IslámicoEl arquitecto Ieoh Ming Pei, conocido especialmente por el diseño de la pirámide de cristal del Louvre, se encuentra detrás del reconocido Museo de Arte Islámico de Qatar. Para su creación, el premio Pritzker se inspiró en la mezquita de Ahmad Ibn Tulun de El Cairo, en Egipto, aunque para muchos la parte superior del museo recuerda también a los ojos de una mujer con batula, la máscara tradicional qatarí. El edificio se asienta además sobre una isla artificial de terreno ganado al mar, y funde elementos tradicionales del estilo árabe con otros de diseño moderno.
Rem Koolhaas: Biblioteca Nacional de Qatar
El paraíso de cualquier amante de los libros y el diseño, la Biblioteca Nacional de Qatar es igual de impresionante por dentro y por fuera. Firmada por el holandés Rem Koolhaas, ganador del Premio Pritzker en el año 2000, la biblioteca cuenta con un diseño exterior en forma de diamante, y un interior marcado por sus grandes ventanales que convierten a la luz en el gran protagonista. Una iluminación que realza las estanterías que llenan el espacio y acogen la impresionante colección de libros, manuscritos y documentos de la biblioteca.
Arata Isozaki: Centro Nacional de Convenciones de Qatar y Ceremonial Court
La plaza Ceremonial Court, en la misma zona y del mismo arquitecto, es otro ejemplo más de la unión de diseños cuidados y modernos con elementos tradicionales qatarís. Un espacio al aire libre que llama la atención por sus pérgolas, decoradas por intrincadas celosías que rodean la plaza, completada por una zona de agua, un escenario para eventos y dos torres de iluminación.
El skyline de Qatar y su oferta cultural continúan creciendo sin descanso, marcando el desarrollo de un país que pone en valor su oferta artística y su cuidado diseño. Siguiendo los planes de futuro del país, son múltiples los premios Pritzker que se unirán al listado de grandes nombres con firmas en el horizonte qatarí. Jacques Herzog, autor del Tate Modern de Londres y Premio Pritzker en 2001, se encargará del futuro Lusail Museum; Rem Koolhaas sumará una nueva construcción en Qatar con el Museo del Automóvil; y el chileno Alejandro Aravena, ganador del Pritzker en 2016, estará al frente del nuevo museo Art Mill, dedicado al arte contemporáneo.