Hoy en día, el ritmo de vida que llevamos es absolutamente frenético. Jornadas de trabajo infinitas, gimnasio, familia, amigos, formación complementaria al trabajo,tareas domésticas… un ritmo de vida que no nos permite disfrutar realmente de todo lo que nos hace feliz 100%.
Ansiamos que llegue el deseado fin de semana, el codiciado puente o las planificadas durante todo el año, vacaciones. Ese es el momento en el que nos decidimos a dedicar horas a hacer realmente lo que nos gusta, pero... ¿Y el resto del año? la respuesta es que vivimos amargados.
¿Quién no ha dicho alguna vez estas frases típicas?
¡Dejo todo y me monto un chiringuito en la playa!
¡Dejo todo y me voy al campo a vivir!
¡Dejo todo en la ciudad y me vuelvo al pueblo a vivir más tranquilo!
Pero… a la hora de la verdad.¿Cuántas personas pasan del dicho al hecho realmente?La respuesta es muy pocas y con muchos matices. Entre una de esas pocas, pero sin matices, nos encontramos al protagonista de nuestro siguiente relato viajero.
Su nombre es Angelo Valkenborgh, nacionalidad belga, 31 de edad y fascinado por la naturaleza, excursiones y vida al aire libre.
Nuestro protagonista consiguió todo lo que desde pequeño le enseñaron que tenía que tener en la vida. Conseguir un buen trabajo, casarse y vivir en una preciosa casa. Todo ello, sin olvidar su pasión por los viajes de naturaleza. Viajes y excursiones que realizaba siempre y cuando podía sacar algún hueco en su apretada agenda.
Todo comenzó a torcerse cuando Angelo Valkenborgh, después de volver a casa de un viaje de 3 semanas de duración por el desierto del norte de Suecia, descubre que su mujer no quería seguir con él a causa de su pasión por la naturaleza y la vida al aire libre.
Ese punto fue el comienzo del declive de una vida llena de objetivos pensados, estructurados y conseguidos.
Con el fracaso de su matrimonio, llegaron los problemas de dinero con la casa que habían comprado. Ello provocó que nuestro protagonista tuviera que dedicar su vida exclusivamente a trabajar y ganar dinero, olvidándose de sus pasiones relacionadas con la naturaleza y cayendo en una profunda depresión.
Consciente de su inesperada depresión, consigue salir de ella gracias a lo que durante toda su vida le hizo feliz, la naturaleza. Pero esta vez, no estaba dispuesto a dedicar tiempo contado a su pasión en fines de semana, puentes o vacaciones. Quiso dar un giro radical a su vida, olvidarse de la forma de vida que aprendió y consiguió en el pasado, para volver a pensar, estructurar y conseguir nuevos objetivos y una forma de vida que realmente fuera con él y le hicieran feliz.
Y así fue como dando un paso más a su pasión por la naturaleza, decide vender su casa, pertenencias y desde el 15 de mayo de 2015 trasladarse a vivir a un bosque en Eslovenia.
Como dice él "Me di cuenta de que esto es una parte esencial de lo que soy y lo que me gusta hacer realmente"
En el bosque de Eslovenia Angelo Valkenborgh practica el bushcraft, supervivencia en medios naturales. Además de supervivencia en medios naturales incluye las habilidades y conocimientos antiguos sobre la vida en la naturaleza de forma autónoma, como por ejemplo construir refugios duraderos, herrería, construcción de muebles, utensilios y herramientas, ganadería, caza, pesca, agricultura... Todo ello practicado sin tecnología moderna y con la mayor sencillez.
Angelo Valkenborgh se construyó una cabaña, utensilios de caza y pesca y su forma de vida es similar a la de la prehistoria. En su búsqueda de una vida feliz, se llevó a su perra, un smartphone que se recarga con energía solar y su coche aparcado en mitad del bosque, exclusivamente para emergencias.
Gracias a su smartphone, creó su propio blog llamado "Becomingwildman" donde relata el día a día de como se las apaña en su nueva vida así como una cuenta en Instagram donde sube fotos muy curiosas.