Muchos estudiantes en este momento están empezando el curso y eligiendo delegado de clase, pero en sus cabezas sólo hay un mensaje… ¡ESTE AÑO ES EL ÚLTIMO! Así que, como es habitual en estas circunstancias, la primera reunión que convoca el delegado sólo tiene un propósito: elegir destino del viaje de fin de curso.
En otros tiempos un viajecito a Torremolinos hubiera sido un plan de lo más aceptable, pero hoy en día una semana en Riviera Maya suena mucho mejor. Y claro… no van a irse a la Riviera con el bañador del año pasado, con la maleta mediana que tienen sus padres en el altillo y sin dinero para traer recuerdos para todos…
¡Qué follón! Ya iban a tener que convencer a sus padres con el tema de un lejano destino, y ahora encima el problema de un precio que se les escapa por completo. Surge entonces el dilema ¿Qué pueden hacer los estudiantes para conseguir el dinero de su viaje?
Pues aunque los viajes han cambiado, hay algo que no cambia nunca. Los viajes se pagan vendiendo chocolatinas a vecinos, primos, tíos, amigos de los tíos, abuelos, vecinos de los abuelos… y todo aquel capaz de sensibilizarse cuando un estudiante pone la cara del gatito de Shrek. Y es que esta es una técnica que lleva años demostrando su eficacia.
¿Qué puntos deben analizar los estudiantes para elegir la empresa que le suministre los productos?
1. Que los productos que oferten sean novedosos y originales. En este punto es importantísimo un buen packaging, es decir, un envoltorio atractivo para la gente. Por ejemplo, muchos estudiantes logran vender chocolates a gente sólo porque vienen en una caja tipo joyero preciosa.
2. Que añadan algún factor de motivación a la venta. Cuando los estudiantes se inician a vender, el objetivo del viaje de fin de curso aún queda muy lejos, por eso es interesante encontrar premios más cercanos. Hay empresas que ofertan regalos una vez conseguido cierto número de ventas.
3. Que tengan la opción de vender papeletas. En muchas ocasiones la gente no puede contribuir con cantidades que superen los 10 euros porque tienen la necesidad de contribuir en la causa de más de un estudiante, esto hace a la papeleta la forma perfecta de ayudar de un modo asequible. Las papeletas siempre tendrán un carácter atractivo dado que se aspira a un premio muy superior a su costo, además del carácter suerte que siempre intriga.
4. Que la misma empresa se encargue de todo. Algunas empresas, además de ofrecer estos servicios, también tienen la opción de organizar el viaje, facilitando ofertas y promociones especiales a los estudiantes. Unificarlo todo en la misma empresa tiene muchas ventajas, y es que una vez que se empieza a organizar el viaje de fin de curso, y con la cantidad de opiniones que surgen de diestro y siniestro, la falta de una buena organización puede hacer que todo se torne en caos.
Como punto de partida, un ejemplo de una buena empresa que lleva dedicándose más de 15 años a este sector y no para de innovar es
MI VIAJE DE FIN DE CURSO.
Además, en esta era de la tecnología, la web ofrece una opción muy interesante; y es que se puede ver perfectamente desde el móvil y descargar su catálogo. Esta opción cobra sentido en el momento que el estudiante olvida llevar el preciado catálogo en papel a la típica reunión familiar. Esto en otros tiempos hubiera sido para darse chocazos con la pared, pero en cambio ahora puede sacar su móvil y sobre la marcha enseñar el catálogo online, incluso pasarlo por WhatsApp.
Por último, todos los estudiantes deberían tener muy en cuenta una cuestión; ¡aquellas clases cuyo delegado aún no ha propuesto el tema del viaje de fin de curso deberían cambiar de delegado! La Navidad es la fiesta estrella para las ventas y está a la vuelta de la esquina.