Un itinerario para descubrir la estética del movimiento rupturista, capitaneado por grandes nombres como Gaudí o Domènech i Montaner, que salpicó la ciudad con construcciones que continúan deslumbrando a sus visitantes
Palma es un destino idóneo para una escapada urbana. Además de tener un clima envidiable, excelente gastronomía y una amplia oferta cultural y de ocio, cuenta también con un legado arquitectónico de diversos estilos; entre ellos, destaca el modernismo. Un movimiento artístico que tiró de nuevas formas y colores para romper con el clasicismo imperante a principios del siglo XX.
En el caso de Palma, la ciudad cuenta con ejemplos vivos y deslumbrantes de ese movimiento rupturista, marcado por grandes nombres como Antoni Gaudí o Domènech i Montaner. Sus calles empedradas albergan un sinfín de joyas arquitectónicas que narran la historia de una época vibrante y creativa. Estas son cuatro de las más destacadas de la capital balear.
La fachada del Gran Hotel, con sus detalles intrincados y su elegancia atemporal, es un testimonio de la grandiosidad y la opulencia de la época modernista. Situado en pleno centro de la ciudad y sede actual del CaixaForum de Palma, se trata de una de las primeras construcciones modernistas de la ciudad (1903), proyectado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner. Su interior es visitable porque es sede de exposiciones temporales y de una permanente del pintor modernista Hermen Anglada Camarasa.
La ruta modernista por Palma tiene en el edificio Casasayas y la pensión Menorquina uno de sus referentes visuales; conocidos por sus magníficas fachadas y su notable estilo modernista. Los dos edificios son de idéntica factura, simétricos, separados por la calle Santacília. Fueron construidos a instancia de Josep Casasayas Casajuana, propietario de la pastelería Can Frasquet, y cuentan con una exquisita combinación de hierro forjado, cerámica vidriada y elementos decorativos florales.
En pleno corazón de Palma, en la plaza de Cort, se levanta uno de los edificios más originales de la ciudad: Can Corbella. Proyectado por el arquitecto Nicolau Lliteres, se trata de un magnífico edificio de estilo premodernista y neomudejar construido a finales del siglo XIX; con una elegante mezcla de elementos góticos y modernos. Dos elementos destacan sobre el resto en esta construcción, uno arriba y otro abajo: la torre octogonal que corona el inmueble y las vidrieras de colores de los bajos, enmarcadas por arcos de herradura.
La ciudad, con su atmósfera mediterránea y su rica herencia cultural, proporciona un telón de fondo perfecto para continuar la ruta y descubrir otros edificios modernistas como Can Canals, Can Roca, Almacenes El Águila o Forn des Teatre. Este último alberga en su interior Fornet de la Soca, un horno que, además de elaborar con mimo panes y pasteles, se dedica a recuperar recetas de repostería tradicional mallorquina.