Cuando pensamos en Suiza, pensamos en montañas, en nieve, ski, naturaleza y pueblos de casitas de madera. Sin duda la región de Jungfrau aúna todos estos elementos. Esta región es hogar de diversos pueblos con encanto que no te puedes perder en tu próxima visita a los Alpes Suizos. Entre estos destacan Grindelwald, Interlaken, y Wengen, por la magia que los hace imprescindibles, la cual yace en su historia, sus tradiciones y su cultura.
La región de Jungfrau, en Suiza, conformada por aldeas turísticas llenas de naturaleza, está nutrida de una rica historia. En una visita a los Alpes Suizos un viaje a la capital europea de la aventura, Interlaken, un recorrido por la joya turística de Grindelwald, y por la soleada Wengen es una experiencia inolvidable, un viaje a la historia, la cultura y las tradiciones del país helvético.
Interlaken: la capital europea de la aventura con un toque tradicional
Interlaken es la puerta a la región de Jungfrau y es uno de los destinos turísticos más antiguos del país. Este lugar se encuentra rodeado de los vibrantes e intensos azules de los lagos Thun y Brienz. Interlaken es un destino reconocido por ser la capital europea de la aventura y el sitio ideal para quienes buscan vivir y aprender de la cultura suiza. Una población reconocida por sus muchos festivales tradicionales, como el Unspunnen Festival, una celebración que surgió en 1805 con el simple objetivo de unir y crear lazos inquebrantables entre los habitantes de las grandes urbes y las zonas rurales del país. Pero esto no es todo... algunas festividades que valen la pena vivir en Interlaken son: el "Chästeilet", en el que cada año en septiembre los agricultores del Justistal se reúnen para repartir el queso de montaña siguiendo una costumbre centenaria; o la fiesta tradicional "Ausschiesset" de Thun, en la que el popular personaje, El Fulehung, persigue a la multitud por las calles de Thun y reparte caramelos a los niños.
Otra de las tradiciones suizas que jamás echarás en falta en Interlaken es la creación de artesanías, también conocida como Swiss crafting en inglés. Un gran número de instituciones dedican su día a día a mantener viva esta tradición. Ejemplo de ello son la Escuela de Tallado en Madera, la Escuela Suiza de Construcción de Violines de Brienz, y el Museo al Aire Libre de Ballenberg. Este último combina muchas tradiciones en un solo lugar, en medio de un idilio natural. Hay edificios y casas tradicionales de todas partes de Suiza, así como la oportunidad de observar a un experto haciendo demostraciones de una gran variedad de artesanías antiguas, como la forja, la cestería, la talla de madera y la fabricación de queso.
Grindelwald: una joya turística del siglo XIX
Grindelwald es la puerta a la región de Jungfrau, una comuna suiza que cuenta con 200 km de pistas de ski, y con uno de los funiculares más modernos del mundo, el Eiger Express. Es más, uno de los monumentos más emblemáticos y visitados de Europa es Jungfraujoch - Top of Europe. La estación de tren más alta de Europa, a la que también se puede acceder en el Eiger Express y en tren.
Grindelwald es una aldea asentada a los pies del Eiger, que ya a finales del siglo XVIII recibía a viajeros. A mediados del siglo XIX, se comenzaron a realizar actividades de alpinismo en ella, y a finales de este mismo se construyó una carretera y una vía férrea que facilitaron su accesibilidad.
Grindelwald es reconocida por los deportes y la naturaleza, por eso una visita al Grindelwald-First es la actividad ideal para realizar en familia, y disfrutar de momentos repletos de adrenalina. Este es el hogar de las travesías, comenzando con el First Flyer o el First Glider, que te hará volar más rápido que un águila, a 84 km por hora. Y si eres de esos que está más a gusto con los pies en la tierra, el First Mountain Cart, te hará sentir la adrenalina de pies a cabeza, bajando la montaña en sus carritos a la velocidad que tú elijas. También puedes hacerlo en bicicleta, con la Trottibike.
Wengen: la terraza más soleada del Jungfrau
Por último, pero no menos importante, el pueblo de Wengen, de 1.300 habitantes, se encuentra a 400 metros por encima del valle Lauterbrunnen, y al pie del Jungfrau, en lo que algunos definen como una terraza soleada. Es el mismo Jungfrau, el que protege a este pueblo de fuertes vientos y lo convierte en un lugar mágico con temperaturas más altas que se pueden disfrutar en la región.
Wengen es la representación de lo que uno imagina al pensar en una auténtica aldea de montaña, con casas de madera, chalets y hoteles tradicionales. Este encantador pueblito es el sitio ideal para quienes buscan desconectar para conectar con la naturaleza. Además, su acceso es mágico: sólo se puede acceder a la aldea mediante el ferrocarril Wengernalpbahn desde Lauterbrunnen, en uno de los trayectos con mejores vistas de Europa.