Su estratégica ubicación, entre el Valle del Ebro y el mar Cantábrico, regala a Navarra una enorme variedad de climas y paisajes. Una tierra fértil que permite criar productos de calidad excepcional, todos ellos son los ingredientes básicos de un riquísimo recetario lleno de matices, enriquecido a lo largo de los siglos con la influencia de la cocina de las comunidades vecinas y Francia.
La oferta de experiencias gastronómicas alcanza hasta el último rincón de Navarra, que en primavera y verano se llena de celebraciones gastronómicas en las que se homenajea a los productos de temporada, además de mercados y ferias en las que los productores dan a probar y venden el fruto de su trabajo.
Para que nadie se pierda ante tanta oferta, Turismo Navarra propone cinco rutas diferentes para disfrutar de su despensa catando las mejores experiencias de gastroturismo.
La Ribera, un oasis de verdura
Las Bardenas Reales, parque natural y reserva mundial de la biosfera, es el paraje más emblemático de la Ribera de Navarra. La empresa de actividades Activa Experience (www.activaexperience.com) propone descubrirlas en buggies o en 4x4, vehículos que muy pronto serán eléctricos. La flora, fauna, geología, historia, trashumancia e incluso anécdotas de las películas rodadas en uno de los desiertos más extensos de la península casan perfectamente con una degustación de productos locales como espárragos, pimientos del piquillo y queso de Roncal acompañados, por supuesto, del mejor vino de la D.O Navarra.
En toda Navarra, y en la Ribera particularmente, gusta mucho comer bien. Las opciones para degustar verduras, que pasan de la huerta a la cocina, y a la mesa en pocas horas, son infinitas. El tour de Activa Experience continúa en el casco viejo de Tudela, el lugar perfecto para combinar patrimonio cultural y gastronomía, disfrutando de una ruta de pinchos y tapas en bares emblemáticos.
Los pinchos pueden ser solo un aperitivo antes de comer en un restaurante. El Treintaytres, inventor del menú degustación de verduras, en Tudela; El Lechuguero en Cascante y el restaurante de la Bodega Pago de Cirsus, en Ablitas son tres de las referencias que se pueden incluir en este viaje que termina visitando Artajo, almazara de cultivo ecológico en la que se hace una cata lúdica de AOVE navarro y se conoce su proceso de producción.
Zona Media, el país del vino
Moverse en coche eléctrico por Navarra es fácil, ya que son cada vez más los alojamientos que incluyen un punto de recarga en su oferta. Pamplona Food (www.pamplonafood.com) propone un recorrido circular por la Zona Media usando uno de estos vehículos. Esta aventura por una de las subzonas más emblemáticas de la D.O, empieza con una visita a la bodega y trujal de Nekeas en Añorbe, incluyendo un paseo por el viñedo y el olivar.
La vecina Valdorba es uno de los valles con más encanto de toda Navarra. A la belleza natural y tranquilidad que se respira ahí, hay que añadir las abundantes muestras de románico rural: iglesias, ermitas con misteriosas tallas y hasta un hórreo. En este entorno está el Hotel Valdorba en Sansoáin, donde se realiza una degustación/showcooking del 'diamante negro' de la Valdorba, la trufa. El hotel es miembro de Reckrea, asociación que aúna a los hoteles rurales con encanto de Navarra, todos ellos comprometidos con el producto local, columna vertebral de su carta.
Por la tarde, en Lerga, Pamplona Food propone crear tu propio vino asistido por el saber hacer de Raquel, enóloga de Bodegas Caudalía, empresa familiar que está sacando adelante viñedos centenarios en la Baja Montaña. Para cerrar el círculo enoturístico hay que pasar por San Martín de Unx, municipio que respira vino por los cuatro costados. Allí está la Bodega Máximo Abete, donde se prueban sus vinos rosados y tintos hechos con la mejor de las garnachas.
El recorrido termina en la villa medieval de Ujué, uno de los Pueblos más Bonitos de España, donde hay que hacer parada en Casa Urrutia, un obrador en el que la misma familia lleva elaborando repostería tradicional desde hace tres generaciones. En su comedor sirven un menú con todas las opciones gastronómicas de Navarra en el que nunca faltan las migas de pastor hechas con su propio pan.
Pintxos y buena carne en Pamplona y los valles del noroeste
Por todos es sabido que Pamplona es sinónimo de buen comer, claro, pero donde más se lucen los hosteleros de la ciudad es en las barras de pinchos, una modalidad gastronómica que no para de crecer ayudada por la convocatoria de "semanas" dedicadas a los pintxos, la croqueta o la tortilla, entre otras.
Para facilitar el trabajo a los visitantes, la empresa de guías Destino Navarra (www.destinonavarra.com) ha creado una Ruta de Tapas y Pintxos, un recorrido propio en el que se visitan cuatro establecimientos del Casco Viejo, para comer una variedad de pintxos tradicionales con un toque de "autor".
Después de comer, siempre viene bien un poco de ejercicio, así que nos desplazarnos a Lekunberri, el lugar idóneo para alquilar unas bicicletas eléctricas y recorrer la Vía Verde del Plazaola. Además del paisaje siempre verde y sus bellísimos pueblos, en el Valle de Larraun podremos visitar a productores locales de queso así como de la mejor carne de la pío negro o euskal txerri, raza porcina recuperada que tiene en la tienda del restaurante Maskarada su mejor escaparate.
Ederbidea, camino bonito en euskera, es el nombre del proyecto transfronterizo que une a través de un gran itinerario ciclable los Pirineos Atlánticos franceses con Gipuzkoa y Navarra. Uno de sus tramos conecta las vías verdes del Plazaola y Bidasoa a través del valle de Malerreka.
Para recibir a los ciclistas de Ederbidea, Donamariko Benta, restaurante Bib Gourmand Michelin, ha instalado puestos para la reparación de bicicletas y ofrece a sus clientes el servicio de ducha si quieren comer en el restaurante.
Además de en bici, este es territorio para disfrutar caminando. Uno de los senderos más populares es la Ruta del Agua, entre Zubieta y Doneztebe siguiendo el curso del río Ezkurra. En el itinerario está el restaurante Altxunea de Ituren, un asador con parrilla de carbón vegetal que ofrece chuletón de vaca pirenaica con curación propia.
El Camino gourmand en Tierra Estella
Antes de retomar el camino se pueden reponer fuerzas en Parranda Wine Bar, la vinoteca de Bodegas y Viñedos Quaderna Vía, el lugar perfecto para catar uno de sus vinos ganadores del Challenge Millésime Bio, concurso de vinos eco más importante del mundo.
Para probar el plato fuerte de este Camino enológico hay que desviarse hasta Arínzano, una de las bodegas más prestigiosas de Navarra. En esta exclusiva finca a orillas del Ega se disfruta de un paseo en 4x4 por los viñedos donde tiene lugar una cata-maridaje de vinos y vistas a la propiedad, que combina edificios históricos de un antiguo señorío con otro de vanguardia diseñado por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo. De regreso a la bodega nos espera una mesa repleta de quesos con D.O Idiazábal, ensalada de tomate de la huerta sazonada con sal de Salinas de Oro, espárragos si es temporada y jamón iberico, todo ello acompañado de vinos de Arínzano.
El broche final a esta intensa jornada por Tierra Estella la pone un postre en líquido, una copa de pacharán en Destilerías Zoco. Ubicada en los jardines del Palacio de la Condesa de la Vega, en Dicastillo, la bodega explica el innovador sistema de cultivo de endrinos y propone al visitante participar en un taller de coctelería con pacharán.
Pirineos, sostenibilidad como modo de vida
Irati e-Bike (iratiebike.com) propone una ruta en bici eléctrica por los paisajes más espectaculares del Pirineo navarro, desde Roncesvalles hasta los cromlechs de Azpegi pasando por la Selva de Irati y la Fábrica de armas de Orbaizeta.
El toque gourmet a esta experiencia lo ponen los restaurantes de Garralde y Garayoa, donde sirven la mejor carne ecológica de la Cooperativa Trigo Limpio, una agrupación de ganaderos de diversos puntos del Pirineo navarro que han apostado por la comercialización directa como única arma para conservar los modos de vida en los pueblos de montaña.
Rodeados de robles y hayas, encontramos en esta zona algunos de los hoteles más singulares, iglús de madera con vistas a la Selva de Irati o cabañas encaramadas a los árboles en el valle de Arce.
La zona de la baja montaña también ofrece varios planes interesantes. En Lumbier, además de visitar la famosa foz, hay que conocer la finca Josenea, un proyecto social y de economía circular donde se cultivan de manera sostenible plantas aromáticas y medicinales que venden en su propia tienda; y la Bodega Azpea, donde sirve sus vinos ecológicos dentro de un menú que incluye foie casero, merluza a la brasa y chuletón.