QUE DE NOCHE LE MATARON
AL CABALLERO
LA GALA DE MEDINA
LA FLOR DE OLMEDO.
¿Quién amante del teatro clásico no reconoce estos versos?
Pues sobre estos versos y otros más, todos correspondientes a "El caballero de Olmedo", tragicomedia de Lope de Vega, Julieta Soria firma su versión bajo el título "Que de noche lo mataron" .
Y el teatro Fernán Gómez presenta esta función, dirigido por Ainhoa Amestoy.
Este montaje, que se podrá ver del 27 de abril al 21 de mayo de 2023 en este espacio, está interpretado por Juan Cañas, quien asume los dos papeles protagonistas: el mecánico-motorista actual y el caballero de Olmedo que recita los versos lopescos.
Porque en esos dos roles protagónicos está la vuelta de tuerca cortazariana que Julieta Soria hace en su argumento. Un caballero a la clásica usanza (de Olmedo) y un motorista contemporáneo (también de Olmedo) .
Todo ello en esta versión inusual de 'El caballero de Olmedo', un suceso real que la literatura mantuvo vivo para el pueblo en el mundo de la ficción y que continúa vivo en el presente, revelando la dimensión circular y universal de la literatura. Una historia misteriosa en la que acompañamos catárticamente a los personajes en sus respectivos caminos hacia la muerte; una estremecedora cuenta atrás donde no falta ni la comedia ni la tragedia.
La puesta en escena apuesta por el actor: el cuerpo, la poesía, la emoción, el vertiginoso ritmo del siglo XXI y la precaria salud mental que aqueja a la sociedad contemporánea. El hombre está solo en una carretera abstracta, absurda y mágica, donde, con pocos elementos minimalistas, se visualiza el caballo, la moto, el toro, las armas, etc.
La luz diferencia los dos tiempos, configurando las atmósferas que propone el texto: niebla, oscuridad, plaza de toros, taller, bar, etc.
El vestuario mezcla prendas y telas más clásicas, con prendas y telas modernas. De esa manera se conjuga el vaquero negro y el cuero con el vaquero, el cuero y la capa.
En resumen:
En Que de noche lo mataron se entrecruzan dos historias, en una de ellas don Alonso emprende a caballo, en su última noche, el camino de Medina del Campo a Olmedo; en la otra, un joven motorista hace el mismo camino, a la misma hora. A lo largo del viaje desgranan sus respectivas historias que formulan solos, en alto, como un conjuro contra el miedo que persigue a ambos como una suerte de pesadilla.
El juego entre ambos espacios y tiempos recorre toda la obra y nos muestra a los dos protagonistas como personajes dobles. Así como dobles son asimismo sus razones: el amor, los celos, la envidia, el éxito social, el supuesto enemigo, las sombras, la soledad, el temor irracional, el temor real, el destino común, que se ignora y se presiente, lo fatal.
Y tal como lo explica su directora, a lo largo del desarrollo de la obra se pueden ver las analogías entre el caballero de ayer y el motorista de hoy, aunque el primero sea un héroe, que sabe que lo es, y el segundo, que es un antihéroe que presume de ello. Siempre respetando los versos clásicos de Lope, en el personaje del caballero; y creando el lengauje en el caso del motorista.
Una vuelta más sobre los clásicos.