Esta región belga se alza sobre una imponente naturaleza de bosques y prados, haciendo de esta época del año uno de los mejores momentos para visitarla.
La estación primaveral da lugar a nuevos colores y sensaciones, además que viene acompañada de un clima más agradable, también en los países centroeuropeos. Por eso, un destino como Valonia, la zona que se halla al sur de Bélgica, se alza como candidato para viajar esta primavera, por el cúmulo de paisajes, colores y experiencias que ofrece:
Un paseo tranquilo alrededor del Castillo de Vêves
Una ruta que transcurre por uno de los parajes más bonitos de Valonia, y que está al alcance del público más familiar. El punto de partida es el bucólico pueblo de Celles, uno de los más bonitos de la región y toda la ruta trasciende alrededor del imponente Castillo de Vêves, rodeado de una atmósfera mágica que quita el aliento. A lo largo de 6,5 kilómetros, el turista pasea entre senderos llanos rodeados de altos árboles, peldaños y una ermita, todo ello, en un bonito valle que se puede descender con tranquilidad.
Un recorrido casi acuático por los jardines de Annevoie
Considerados patrimonios de Valonia, son un espacio magnificente en el cual el agua fundiéndose con el verde de la naturaleza es su gran reliquia. En su gran extensión, hay doce puntos de interés entre los cuales se encuentran cascadas de agua, túneles construidos con plantas enredaderas, un jardín de flotes, unos pasos de agua construidos en 1760 que son los más antiguos de Bélgica -e incluso de Europa- y también, un castillo rodeado de agua. Los jardines cuentan con un pequeño alojamiento para alojarse, ya que es una visita imprescindible merecedora que se le dedican unas cuantas horas de un agradable paseo.
Un excelso gusto de cacao firmado por grandes maestros chocolateros
Es imposible viajar a Bélgica sin probar su famoso chocolate. El país, también la región de Valonia, tienen un gran número de talentosas personas que siguen explorando con el auténtico chocolate belga. Jean-Philippe Darcis es uno de los nombres más conocidos, pero en esta región se esconden otras joyas como la chocolatería Cyril, en el pueblo de Samrée, en lo alto de La Roche-en-Ardenne.