Desde la frontera de Huelva a Sagres, los característicos tonos verdes del Algarve en contraste con el intenso azul del mar son la seña de identidad de este paraíso del sur peninsular. Mundialmente famoso como destino de sol y playa, con sus arenales blancos a veces, dorados otras, y sus aguas siempre cristalinas, el Algarve es el lugar ideal para disfrutar de unas vacaciones primaverales bajo la cálida luz del sur de Portugal.
Y si bien el irresistible clima de la región, su sugerente propuesta de actividades al aire libre, sus pueblos blancos y su exquisita gastronomía lo convierten en un destino perfecto para las vacaciones o una primera escapada a la playa, el calendario festivo de estas fechas es un perfecto aliciente para vivir otro Algarve.
Y es que las celebraciones de Semana Santa y Pascua que se viven en la región en estas fechas constituyen un gran atractivo para dejarse llevar por la llamada del Algarve genuino, desconocido por muchos, el que bebe de tradiciones antiguas y en el que los relojes parecen haberse parado…
Las celebraciones de Pascua representan unas de las tradiciones más arraigadas y antiguas del Algarve.
Una de las más cautivadoras y que más fieles gana año a año es la Fiesta de la Madre Soberana en Loulé, que atrae a miles de peregrinos hacia el que está considerado uno de los epicentros del sentir religioso y cultural del sur de Portugal.
Con más de 500 años de antigüedad, la Madre Soberana, patrona de la ciudad de Loulé, constituye el evento religioso más grande al sur de Fátima. Las celebraciones comienzan el Domingo de Resurrección, 9 de abril este año, con la “Fiesta Pequeña”. Se trata de una procesión en la que los fieles acompañan a la imagen de Nuestra Señora de la Piedad desde su santuario hasta la Iglesia de São Francisco. Allí permanece durante quince días hasta la “Fiesta Grande”, momento en el cual una multitud acompaña de nuevo a su patrona entre vítores, llevada sobre su pedestal por una empinada colina hasta su ermita. Cuando anochece, un espectáculo de fuegos artificiales pone el broche de oro a dos semanas de intensas celebraciones en Loulé.
Visitar Loulé es además siempre una inspiradora experiencia, un descubrimiento en todos los sentidos. Coronada por un castillo medieval y serpenteada por un laberinto de calles estrechas, Loulé es un lugar para perderse. Y encontrarse con pequeños espacios donde los artesanos siguen practicando sus oficios a la usanza tradicional. Y sorprenderse con un increíble mercado en estilo neoárabe, ubicado en un edificio de 1908. Con una historia tan deliciosamente apasionante como los puestos e iniciativas que esconde, el Mercado Municipal de Loulé constituye un planazo en sí mismo en Loulé y una visita obligada en el sur de Portugal.
Antorchas Floridas, color y diversión
También el Domingo de Resurrección (9 de abril) tiene lugar otra cita importante en el Algarve, donde la curiosidad, el color y la tradición llenan las calles en una estampa muy instagrameable: la Fiesta de las Antorchas Floridas.
Este curioso festejo tiene lugar en São Brás de Alportel, muy cercano a Loulé y otra parada indispensable en el mapa del Algarve desconocido de interior. En esta ocasión, lo pagano y lo religioso se fusionan en una miscelánea de colores y alegría, fruto de una larga tradición de celebraciones y su evolución histórica.
Las largas velas de antaño han sido sustituidas en los festejos actuales por largos palos profusamente decorados con flores. Colchas blancas y rojas decoran las ventanas del pueblo y visten el escenario de una colorida procesión en la que se portan antorchas floridas, en representación de la Resurrección de Cristo. Las antorchas más artísticas son premiadas a ritmo de un canto profundo en el que un “Aleluya” retumba en todos los rincones del pueblo…
Bonita, colorido, curiosa y emocionante, esta fiesta es para vivirla en persona. Y llenar los pulmones del aire perfumado por los ramos de espliego, romero y flores silvestres de los adornos de las antorchas. Y saborear las tradicionales almendras tiernas y las almendras de piñón, realizadas de forma artesanal en São Brás de Alportel desde hace más de un siglo por la misma familia.
Otro de los puntos neurálgicos de la Semana Santa algarvía es la famosa localidad de Tavira. Famosa por sus paradisíacas playas, Tavira en Semana Santa tiene también un sabor especial, por su antiquísima tradición religiosa. Según los registros, ésta se remontaría al año 1789, con la celebración de la primera Procesión del Triunfo del Domingo de Ramos por la Orden Carmelita de esta ciudad. Hermosa en cualquier época del año, esta preciosa “joya” del Algarve, atravesada por un río y con un imponente castillo, llegó a tener 37 iglesias, muchas de las cuales hoy siguen en pie. Especial atención merecen la celebración de la Procesión del Entierro del Señor (Viernes Santo) y, el Domingo de Pascua, la Procesión de la Resurrección.
Muy cerca de Tavira, los visitantes más golosos tienen en estas fechas una cita obligada en la localidad de Olhão. Aquí se elabora el famoso Folar de Olhão, un dulce típico de Pascua consistente en una masa enrollada con una mezcla caramelizada y el inconfundible sabor de la canela, hinojo, naranja y aguardiente. Sabores preparados a la antigua usanza, en horno de leña, que honran la gastronomía de la región.