Cuentan que en la antigua Babilonia, el padre de la novia regalaba a su yerno cerveza de miel durante una luna o un mes como deseo de buenos augurios para la feliz pareja. Dicen, también, que, en la época romana, la madre de la novia dejaba miel cada noche en la habitación de los recién casados para que la piel de la mujer luciera resplandeciente a la mañana siguiente, o que, en algunos de los pueblos nórdicos del siglo XVI, existía la costumbre de que los contrayentes bebieran aguamiel durante la primera luna llena después de la boda. Existen mil y un posibles orígenes del término luna de miel, pero lo cierto es que esta se ha convertido, con toda probabilidad, en uno de los viajes más especiales que cualquier persona puede experimentar a lo largo de su vida.
Por eso, organizarla y diseñarla de la mano de verdaderos expertos que ayuden a potenciar cada destino y a descubrir sus entresijos, como es el caso de la agencia de viajes boutique OCOA, resulta imprescindible. No en vano, en casi dos décadas, esta se ha convertido en uno de los nombres fundamentales del sector, poniendo en valor la figura del travel concierge. “Nuestro conocimiento en destinos y acceso a información como alojamientos especiales, actividades o experiencias a vivir en cada ubicación nos convierte en una herramienta básica a la hora de diseñar una luna de miel. Los novios necesitan que un asesor de viaje les acompañe en la búsqueda de este destino soñado”, explican.
Desde la agencia advierten, que, para plantear este gran viaje -cuya duración óptima sería de 20 días y que debería dar comienzo, al menos, dos días después de la ceremonia para ir lo más descansados posible-, lo ideal es plantearlo, al menos, seis meses antes, puesto que “la organización de la boda requiere mucho tiempo y atención, y tener la luna de miel cerrada con la mayor antelación posible supone que sea una tarea menos de la que ocuparse, además de los beneficios económicos que supone reservar el viaje lo antes posible”.
Además de esa previsión que muchos ya tienen en mente a la hora de plantear viaje de novios, desde OCOA recomiendan llevar un itinerario con visitas y experiencias únicas durante el mismo, pero contar también con tiempo libre para perderse juntos y elegir el destino con el corazón. “Muchas veces tenemos la idea preconcebida de que en nuestra luna de miel íbamos a viajar a ‘x’ destino, y cuando llega el momento de hacerlo realmente, quizás seamos otras personas con otros gustos e inquietudes. Hay que dejarse llevar y escuchar a nuestro corazón, a nuestras apetencias, y no dejarnos arrastrar por ideas preconcebidas ni recomendaciones de allegados”, aseguran.
Entre los destinos más demandados por los recién casados que confían en el buen hacer de OCOA, no faltan Japón, los Safaris por África -en países como Namibia, Tanzania, Botswana, Ruanda o Sudáfrica- Indonesia o Maldivas, un clásico que triunfa entre todos los públicos. Explican, también, que desde la creación de OCOA en 2004 las tendencias en materia de lunas de miel han virado completamente. Y es que “las distancias y los viajes solicitados ahora son más lejanos. Se busca mucho lo diferente, lo único. Hay lugares que antes eran más inaccesibles y a los que ahora se puede llegar manteniendo su exclusividad. Los gustos han cambiado, los alojamientos han ido apareciendo en lugares en los que hace unos años podía ser impensable pasar la noche”.
De esta forma, apostar por las manos de expertas de OCOA se convierte en indispensable para lograr que nuestra luna de miel sea un viaje que no olvidar jamás. Destinos incomparables que se quedarán grabados a fuego en nuestra memoria, experiencias que revivir mentalmente durante el resto de nuestra vida y un trato humano inmejorable. ¿Alguien da más?