Wempe confiere a su Iron Walker deportivo un nuevo carácter muy expresivo al combinar acero con colores vibrantes como agua marina, rojo fuego y verde esmeralda.
La línea de relojes de Wempe Iron Walker debe su nombre a los intrépidos trabajadores de la construcción que levantaron el esqueleto de acero de los primeros rascacielos de Nueva York hasta alturas vertiginosas. Así pues, el nombre es sinónimo de virtuosismo en el mecanizado del acero y unido a la gran resistencia del material. Los primeros rascacielos fueron, en su aspecto técnico, una muestra de decidida modernidad y una nueva expresión de elegancia icónica que no habría sido posible sin los audaces iron walkers.
Los modelos Iron Walker siguen esta inspiración con pulseras de acero integradas y cajas herméticas que protegen de forma fiable el accionamiento mecánico de alta precisión. La alternancia de perfiles redondos y angulosos, de superficies pulidas y mates, les confieren un gran atractivo visual y hacen que queden igual de bien en ambientes costeros o en oficinas.
En los Iron Walker automáticos 36 o 40 se añaden ahora tres colores frescos y brillantes a la esfera: un vivo azul aguamarina, el brillante rojo fuego y un intenso verde esmeralda. Tonos que llaman la atención y aportan a los relojes una expresividad muy particular. Una expresión
de alegría de vivir, personalidad y, al mismo tiempo, de reconocimiento por la relojería de alta calidad. El color puede encajar con el vestuario preferido o bien servir de enérgico contrapunto.
Para ello solo se necesita un poco de valor... aunque no tanto como los míticos iron walkers de Nueva York.