Antonio Najarro es director del Ballet Nacional de España desde abril de 2011. Hasta ese momento y desde el 2002 tenía su propia compañía de danza, que ha tenido que dejar para centrarse en su actual labor. En Madrid presentó su último espectáculo “Alento y Zaguán”, y posteriormente ha llevado a Barcelona, la exitosa creación “Sorolla”.
Es un hombre con porte elegante, de movimientos armoniosos que dejan claro que estás delante de un gran profesional de la danza. De gesto risueño e ideas muy claras en lo que respecta a esa bella arte, a la que ha aportado una visión muy personal…
¿Cómo llegaste a ser director del Ballet Nacional?
-Estaba dirigiendo mi compañía privada y surgió la noticia de que por primera vez el INAEM iba a hacer un consejo de expertos de la danza, de la música, del teatro, que iban a ser los que iban a evaluar los proyectos que podían presentar de forma totalmente libre los directores que se consideraran aptos para dirigir el Ballet Nacional. Y esa idea de que fuera un concurso abierto en el que pudieras presentar un proyecto me pareció muy interesante, porque no había ocurrido antes. Entonces decidí confeccionar uno y hubo una selección de proyectos, creo que de todos los que se presentaron tres quedaron finalistas, y después de entrevistas y todo me eligieron a mí.
¿Qué diferencias encontraste entre dirigir tu propia compañía y el Ballet Nacional?
-Muchísimas diferencias. Primero el formato, mi compañía eran unas 25 o 28 personas viajando y aquí somos 70 personas y, bueno, en mi compañía era un poco más inmediato todo lo que yo quería hacer, las ideas que yo tenía de un día para otro las cambiaba, en mi compañía llevaba casi todo lo que es la distribución, la prensa, todo estaba bastante centralizado en mí, porque era una compañía muy de autor, y en el Ballet Nacional tengo la suerte de tener un equipo que me ayuda, tanto con la prensa, la producción, la distribución y aunque tengo mucha más responsabilidad pero también tengo mucho más apoyo de un equipo que lleva los diferentes factores que necesito.
¿Hasta cuándo puedes ser director del Ballet Nacional?
-De momento hasta septiembre de 2016, que es cuando cumple mi contrato de cinco años, pero puede ser prorrogado…
¿Y si no te quedas?
-Seguramente retomaría mi compañía, que dejé antes de coger el Ballet Nacional.
¿Cómo la retomarías tras estar aquí?
-Con muchísima ilusión, muchísimas ganas. El tratamiento, la forma y la filosofía con que estoy llevando el Ballet Nacional es la misma, exactamente la misma que cuando dirigía mi compañía privada, es una manera de dirigir muy cercana, muy rigurosa, con mucho respeto, con mucha disciplina, pero al mismo tiempo con mucho ánimo, muy de tú a tú con todos los trabajadores del Ballet Nacional y pienso que eso es lo que está haciendo que el Ballet Nacional tenga ahora la calidad y la repercusión en la danza que tiene, precisamente porque lo que se desprende en el escenario es una energía de equipo, de piña y de familia, y eso es lo que pretendo.
Tengo entendido que el Ballet Nacional no se prodiga todo lo que sería deseable, ¿es cierto?
-Así es. Y debería prodigarse mucho más, pero en eso estoy luchando y no se puede hacer de un día para otro. Desde que comencé mi dirección en 2011 hasta ahora, el avance y la visibilidad del Ballet Nacional ha sufrido un cambio que se puede ver con cifras y números, a nivel publicitario, a nivel de aficionados y no aficionados, que conocen muchísimo más el Ballet Nacional, todas las temporadas que hemos hecho, todas las funciones las hemos llenado. Hemos hecho mucha incidencia en que se nos vea en otras expresiones artísticas, en desfiles de moda, en la Mercedes Benz-Fashion Week también estuvimos, en concreto en el desfile de Duyos, que tuvo la repercusión mediática más grande que ha tenido cualquier unidad de producción del INAEM. Hemos hecho desfiles propios con vestuario nuestro, del Ballet Nacional, los propios bailarines han hecho una certamen que se llama “los bailarines del Ballet Nacional de España crean”, donde han presentado sus propios proyectos coreográficos, han participado en una colección de fotografías de David Palacín en el Museo Sorolla durante tres meses. Intento por todos los medios que el Ballet Nacional no se relacione solo al espectáculo que hay en el escenario sino que se pueda unir a otras vertientes artísticas…
“LA MODA SIEMPRE HA IDO ACOMPAÑANDO MI CREACIÓN”
Das mucho importancia a la moda por lo que dices, ¿por qué esa implicación?
-Primero, porque pienso que en España, ya no solo en la moda, sino en cualquier vertiente artística, hay muchísima calidad, muchísima y en muchos casos no está valorada, ni se ve lo que se tendría que ver. Hay muchos artistas españoles que están fuera de nuestro país triunfando y en nuestro país no tienen la repercusión que deberían tener, y ya solo por eso, con la posibilidad que tengo de dirigir al Ballet Nacional, voy a hacer y estoy haciendo todo lo posible por hermanar vertientes artísticas de calidad de nuestro país y unirme a ellas y que ellas se unan a nosotros, para que tengamos más repercusión. La moda para mí, desde que comencé a crear con 15 años mis primeras coreografías, ha sido algo que siempre ha ido acompañando a mi creación, he dado muchísima importancia a cómo van vestidos los bailarines, pienso que es primordial…
Por otro lado, mi tipo de coreografía es muy vanguardista y muy relacionada con la moda y es muy arriesgado el espectáculo de esta temporada, “Alento y Zaguan”. Venimos de “Sorolla”, donde hemos recuperado danzas folclóricas como la jota, la muñeira gallega, danzas salmantinas, extremeñas, todo muy tradicional. Hemos hecho espectáculos de nueva creación, ballets como “Medea”, “paso a cuatro” de Antonio el bailarín, muy tradicionales y ahora he visto que la compañía está preparada para presentar y afrontar el riesgo que está en mis coreografías, es una propuesta muy arriesgada porque lleva un sello muy personal, muy vanguardista… y esto es el Ballet Nacional de Danza, no es mi compañía privada, pero he querido asumirlo y el resultado ha sido estupendo.
¿Hacen falta más ayudas a la danza?
-Por supuesto que hacen falta más ayudas. En nuestro caso hemos sufrido los recortes como todo el mundo, y eso nos limita bastante, pero nos hace estrujarnos más la cabeza para sacar buenas producciones con menos presupuesto, pero sobre todo hacen falta más ayudas para las compañías de creadores privados que tienen un talento inmenso y que necesitan apoyos para poder presentar sus propuestas.
“SE NECESITAN MÁS AYUDAS Y MÁS REPERCUSIÓN MEDIÁTICA”
¿Se hace bastante por la danza española a nivel público?
-Se ayuda lo que pueden, pero creo que necesitamos mucha más ayuda, ya no solo económica, sino de repercusión mediática. Pienso que deberíamos tener, no ya mucho, sino algo de cabida, que actualmente prácticamente no hay, en los medios de comunicación, tanto en radio, en televisión, para que sea mucho más visible lo que es nuestra danza, como se está haciendo en otros países, por ejemplo en Rusia, donde hay un porcentaje de cabida en los medios de comunicación de ballet, del Ballet de Bolshoi, del Ballet de Kirov de San Petesburgo, enorme, hay programas exclusivos de ballet, y eso tendría que ocurrir en un país donde la danza española es única en el mundo.
¿Tendría que existir un centro, un gran teatro para la danza?
-Por supuesto.
Pero no lo hay…
-Es que así nosotros no tendríamos que estar viniendo al Teatro de la Zarzuela, tendríamos que tener un teatro o ser la Compañía Nacional residente en el Teatro de la Zarzuela, por ejemplo, como en todos los países, que la compañía nacional de danza tiene su sede en uno de los teatros del país correspondiente.
¿El Ballet Nacional sale al extranjero bastante?
-Muchísimo. Hemos estado en Japón, en Estados Unidos, Francia, Rusia…
¿Y dónde se le recibe mejor?
-En todos los sitios.
Japón es un país de referencia en el flamenco, ¿para bien o para mal?
-Japón. Son unos apasionados, están locos con el flamenco y la danza española, locos realmente, de hecho un gran porcentaje de estudiantes que ahora vienen a España son japoneses que bailan flamenco de maravilla, hay cantaores de flamenco, guitarristas, hay una afición enorme, pero sinceramente a todos los sitios donde vamos el éxito es el mismo, reciben muy bien la danza española.
Tú has recibido muchos premios, ¿qué suponen para un artista?
-Es un reconocimiento al esfuerzo y a tu carrera. A todos nos gustan que nos premien por nuestro trabajo, que nos reconozcan, ya no es solo el premio, sino el reconocimiento a tu trabajo, para mí supone un empujoncito más para seguir luchando en mi carrera.
En estos momentos no bailas ¿Cuándo no bailas que haces?
-Decidí dejar de bailar para dirigir el Ballet Nacional, porque si quería realmente posicionar al baile donde yo quiero que esté, sé que si tuviera que bailar no podría dedicar la atención que le tengo que dedicar, para bailar necesito tener una concentración en mí mismo que no podría tener… no podría hacer todo…
¿Pero volverás a bailar?
-Claro que sí, sí… Ahora mismo querría haber empezado a bailar, pero es que si quiero que el espectáculo tenga el éxito que está teniendo es porque hay mucho, mucho cuidado… Todas las funciones las veo desde fuera y cuido hasta el último detalle, cualquier mínimo fallo se corrige, y si estoy bailando no puedo hacerlo… Siento que tengo en mis manos una gran responsabilidad con la compañía de danza más importante de nuestro país y posiblemente hasta que no deje de dirigir el Ballet Nacional no volveré a bailar.
¿Da miedo el público cuando van a lanzar un espectáculo?
-Mucho miedo.
Porque puede surgir cualquier contratiempo…
-Eso es. Donde peor en mi vida lo he pasado no ha sido encima de un escenario, ha sido sentado en una butaca viendo el espectáculo, porque ahí ya no puedes hacer nada.
¿Cuándo ves la reacción del público, que se siente? Imagina que es una reacción fría, indiferente…
-Hummm… de momento no la he tenido así…
(Risas)
-Gracias a Dios…
Eso tiene que ser un orgullo.
-Sí, es un gran orgullo, sí…
¿Qué es más importante para ti, ser coreógrafo o bailarín?
-Las dos cosas, siempre he llevado las dos cosas con un gran equilibrio… ahora mismo la faceta de bailarín no la estoy desarrollando, pero hago mis clases de ballet todos los días, pero no me estoy desarrollando, estoy más inmerso en la coreografía y la dirección porque, para mí, el coreógrafo tiene que tener mucho contacto con el escenario para poder, ya no solo montar una coreografía de movimiento, sino para poder expresar y pasar el relevo y las sensaciones de lo que se siente en el escenario al intérprete, para mí es fundamental.
Y UN POCO DE RELAJACIÓN…
¿Y qué haces, para relajarte, fuera del teatro?
-Me gusta mucho el cine, me gusta mucho la moda, la pintura, ver museos, cualquier exposición que haya, aquí en España tenemos exposiciones maravillosas, eso me ayuda mucho, pero todo lo que hago siempre está muy relacionado con el arte.
Antonio Najarro vive en Madrid aunque para descansar y recargar las pilas:
-Voy a Málaga, que tengo allí a toda mi familia, voy al mar, tengo una casa al lado del mar, y veo a mi familia, que los veo muy poco porque viajo muchísimo y aunque viva en Madrid, siempre que puedo me escapo.
¿Qué sitio te gustaría visitar fuera de España?
-Ninguno. Es que visitar… llevo desde los 15 años viajando y he visitado prácticamente todo el mundo, me quedan muy pocos países por visitar y estoy un poco cansado de aviones, entonces, cuando puedo, con irme a mi Málaga y estar allí tranquilito, para mí es lo que más vida me puede dar…
¿Y hasta cuándo va a durar Antonio Najarro en el baile, ya sea como bailarín o como coreógrafo?