Relajación, calma y ritmos pausados: cada vez son más los viajeros que eligen escapar del bullicio de la vida cotidiana durante sus vacaciones. Con sus diáfanos espacios naturales, eternas costas que se extienden hasta el horizonte y viñedos que, además de su gran belleza, atesoran excepcionales frutos, el Alentejo se presenta ante el visitante como un remanso de paz idóneo para pasar unos días de desconexión. Esta región lusa, afianzada como uno de los máximos exponentes del slow travel, ofrece múltiples opciones para descansar y buscar un equilibrio entre cuerpo, mente y alma.
Conectar con la naturaleza alentejana para desconectar del mundo
Para dejar atrás el estrés, no hay nada como sustituir el ajetreo de las grandes ciudades por el silencio de los tupidos bosques, las suaves colinas y las anchas llanuras del Alentejo más rural. Las diferentes rutas que discurren por senderos y los espacios protegidos como el Parque Natural de la Sierra de São Mamede, en Portalegre, son un escenario excepcional para largos y distendidos paseos entre castaños y alcornoques, disfrutando de las posibilidades del paisaje y la fauna local.
Si bien el encanto del entorno se ve potenciado por la especial luz de los atardeceres, las caminatas nocturnas guiadas también suponen una opción fantástica para despejar la mente. Al caer la noche los cielos alentejanos ofrecen toda una nueva oportunidad para maravillarse ante la quietud e inmensidad del Universo. La reserva de Dark Sky Alqueva, próxima al gran lago de Alqueva, en el lugar ideal para la observación de los astros, puesto que la escasa contaminación lumínica de la zona la posiciona entre los destinos Starlight más relevantes a nivel mundial.
Beneficiarse del poder terapéutico del mar
El suave sonido de las olas, el cielo azul que se funde con el océano Atlántico en el horizonte, y la fresca brisa marina de las playas alentejanas conforman el fondo perfecto para elegir un lugar cómodo, cerrar los ojos e iniciar una sesión de meditación. Ya sea en grupo o en absoluta soledad, la costa alentejana y el tranquilo modo de vida de sus pequeños pueblos pesqueros representan un destino perfecto para un retiro, pues allí el tiempo se detiene y el viajero puede entregarse al relax absoluto.
Alojarse en un oasis de paz y descanso
Un viaje de autocuidado no puede estar completo si no se acompaña también de descanso físico, por lo que el alojamiento elegido juega una parte muy importante para conseguir la tranquilidad del espíritu. El hotel Sleep & Nature, situado entre los serenos paisajes de Mortemor-o-Novo, estructura su propuesta alrededor de las terapias de sueño. Centrándose en este poder reparador, el espacio ofrece todo lo necesario para descansar de manera auténtica, incluyendo servicios y prácticas que inducen a los huéspedes a estados de equilibrio mental y profunda relajación.
Y, si lo que se desea es participar en un retiro de varios días para conectar con uno mismo, Quinta da Comporta organiza jornadas combinando disciplinas como yoga, pilates y técnicas de meditación para ayudar a alinear cuerpo, mente y espíritu. Adicionalmente, el hotel ofrece servicios de spa con exclusivos productos hechos a medida y experiencias gastronómicas para deleitarse en la riqueza de la cultura alentejana.