Batman y Superman, probablemente los dos superhéroes más importantes y populares de la historia, aterrizan en CutreCon 12, Festival Internacional de Cine Cutre de Madrid, con dos de sus filmes más esperpénticos y delirantes: ‘Batman: La película’ (Leslie H. Martinson, 1966) y ‘Superman IV: En busca de la paz’ (Sidney J. Furie, 1987). Y es que estos dos superhéroes no solo comparten una extensa filmografía con éxitos millonarios como pueden ser Superman (1978), El hombre de acero (2013), Batman (1989) o la reciente trilogía de El caballero oscuro (2005-2012) sino que, a lo largo de los años, también han protagonizado auténticas locuras fílmicas
Esto último es el caso de Superman IV: En busca de la paz, que se proyectará en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid (Avenida Complutense, 3) el próximo jueves 26 de enero a las 12:00 del mediodía en una sesión gratuita con entrada libre hasta completar aforo. Se trata del último filme del hombre de acero protagonizado por Chistopher Reeve como Superman y Gene Hackman en el papel de Lex Luthor, cuyo resultado fue tan desastroso que dejó a la franquicia en el limbo durante casi dos décadas. Y es que por allí apareció un enemigo aún más fuerte y mortífero para Superman que la kryptonita: la productora Cannon Films.
Esta productora, conocida por sus películas de acción de calidad dispar protagonizadas por Chuck Norris (Delta Force), Sylvester Stallone (Yo, el halcón), Jean-Claude Van Damme (Contacto sangriento) o Charles Bronson (Yo soy la justicia); se hizo con los derechos de Superman y, con apenas medios y presupuesto —estaba prácticamente en la ruina—, se embarcó en el rodaje de una película que necesitaba una producción mucho más ambiciosa.
El resultado es un esperpento de serie B en el que la calidad de los efectos especiales es inexistente, donde las escenas de vuelo, casi diez años después de la primera entrega dirigida por Richard Donner, sufren una cómica involución y que, en vez de tapar sus evidentes carencias, decide tener como escenarios la Muralla China, la Estatua de Libertad o la Luna, con maquetas de cartón-piedra que parecen sacadas de un mercadillo. Mención aparte merece el volcán Etna, en el que se desarrolla una “espectacular” secuencia de acción con una maqueta que parece directamente robada de un concurso de ciencias de educación infantil de un colegio americano.
Para colmo, el actor Christopher Reeve tenía por contrato el derecho de elegir el argumento de la película, e impuso una trama relacionada con la amenaza nuclear, tan presente en aquellos tiempos, que tuvo como consecuencia la creación de uno de los villanos más patéticos que se hayan enfrentado a un superhéroe: el Hombre Nuclear, un mastuerzo de dos metros con el carisma de una patata que solo emite gruñidos y que ataca a Superman con sus uñas postizas de color dorado.
Aunque la falta de recursos y el escaso presupuesto del filme son evidentes, no es menos cierto que sus responsables eran plenamente conscientes de sus limitaciones y entendían perfectamente que su público potencial eran los niños, por lo que su disparatada trama y sus cómicas escenas no dejan de ser un reflejo del tono infantil de la propia serie de televisión. De hecho, se dice que el propio Adam West animó a que se sacara partido de la escasez de recursos para hacer la película más divertida para los padres que acompañaban a sus hijos, por lo que se mostraron sin tapujos y de forma deliberada algunos trucos y efectos especiales que no deberían salir en el plano.
Un buen ejemplo es la ya mítica escena en la que Batman y Robin escalan la azotea de un edifico y en la que se observa perfectamente cómo los actores están realmente en posición horizontal, con cuerdas que tiraban de las capas de sus trajes para dar la sensación de verticalidad. Momentos como este, son los que han convertido a Batman: La película en una cinta de culto, cuyas escenas acumulan millones de visionados en Youtube, como la ya legendaria del tiburón, en la que un escualo de goma se aferra a la pierna del hombre murciélago, y del que se libra con un espray repelente de tiburones que directamente lo hace explotar en el agua.
Cuenta además con todos los personajes y villanos de la serie reunidos para la película, y por allí desfilan Catwoman, Enigma, el Pingüino o el Joker, interpretado por el mítico César Romero, que se negó a afeitarse el bigote para encarnar al personaje y que puede apreciarse en todo su esplendor debajo de una capa de maquillaje blanco.