Que Puerto Rico produce uno de los mejores cafés del mundo no es ninguna novedad. Debido a la riqueza de su geografía y las condiciones meteorológicas de las regiones montañosas, aquí el café crece prósperamente y ha sido un importante cultivo agrícola durante los últimos 150 años. En la década de 1880 —conocida como “La Época de Oro” del café puertorriqueño—, fue el principal producto de exportación de la isla, y su fama se extendió entre reyes e incluso el mismísimo Papa. Discover Puerto Rico propone un viaje irresistible a través del aroma a café, a fin de saborear la cultura gastronómica de la región:
Lo que una vez fue un molino de café y una plantación del siglo XIX, se ha convertido en una hacienda bellamente restaurada, en pleno funcionamiento hasta el día de hoy. Esta hacienda cafetalera tradicional, ubicada en el sur de Puerto Rico, es una de las mejores representaciones de la industria centenaria. La finca es el recuerdo de los días de gloria del café puertorriqueño, aunque también produce cacao una vez al año. Se realizan visitas guiadas de viernes a domingo para conocer todos los aspectos del cultivo y procesamiento del café. La mejor época para visitar la hacienda es en otoño, durante la temporada de café, y es necesario reservar con antelación.
Escondida entre las montañas de Lares, esta es una de las haciendas cafetaleras más antiguas de Puerto Rico. Según dicen, los trabajadores formaban parte del grupo que encabezó el intento de revolución conocido como “El Grito de Lares” en 1868. Las visitas —de lunes a viernes, de 8:00 h a 17:00 h— permiten ver todas las etapas de producción, desde el secado y la clasificación del grano, hasta el almacenamiento y el tueste. Además, incluye una degustación de café y platos de comida tradicional puertorriqueña.
Esta histórica finca familiar se encuentra en las colinas de Jayuya, hogar de una de las marcas más antiguas de café de Puerto Rico. Durante los fines de semana, se puede realizar un recorrido por las instalaciones y áreas naturales, donde se cultiva el café a mano y se elabora con el mismo cuidado artesanal de hace cuatro generaciones. Por si fuera poco, el secado del café se lleva a cabo en bombos con más de 100 años de antigüedad. La encantadora cafetería de la hacienda es el lugar perfecto para relajarse y degustar este café de sabor suave y aterciopelado.
De la cosecha a la taza: así es el café del municipio de Adjuntas, conocida como la tierra de “El Gigante Dormido”. Fundada en 2013, Tres Ángeles es la primera finca agroturística certificada de la isla. Los sábados a las 10 de la mañana ofrecen recorridos con reserva previa, con la finalidad de aprender de primera mano las prácticas agrícolas, el procesamiento de café y, cómo no, una degustación para deleitar el paladar con vistas al cafetal. Como curiosidad, su packaging rinde homenaje al artista plástico Wichie Torres, nacido en Ponce en 1952, para promover la cultura puertorriqueña tanto a nivel nacional como internacional.
Esta finca de café es una de las más jóvenes de la isla y una de las más cercanas a la capital, a solo 30 minutos de San Juan. Es el hogar del Café Hacienda Muñoz, galardonado durante tres años consecutivos en la Coffee & Chocolate Expo. De viernes a domingo —a las 10:00 h(solo en inglés), 12:00 h y 14:00 h (en español)— la Hacienda Muñoz invita a adentrarse en el mundo del café y conocer los secretos de su cosecha de la mano de expertos en la materia, durante una hora aproximadamente. Asimismo, la propiedad cuenta con tres restaurantes para todos los gustos: Yiyas’s Restaurant, Doppio Coffee Bar y Amandas’s Wood Beer & Giant Burger House.
La compañía Tres Pistachos, fundada en 1960, ha sido administrada por la misma familia durante más de 40 años. La finca cuenta con una mansión tradicional, un molino de agua, un pequeño museo con antigüedades taínas y un río que atraviesa la propiedad. El personal ofrece tours bajo reserva de lunes a sábado, de 9:00 h. a 16:00 h.