Empresas y turistas usan plataformas online para conectar necesidades con habilidades. Es un intercambio donde todos salen ganando.
El turismo colaborativo, una práctica común en Estados Unidos y varios países de Europa, da ahora sus primeros pasos en Brasil. Este modelo de turismo consiste en intercambiar el coste de un viaje por la prestación de algún tipo de servicio ofrecido por el viajero para el cual haya demanda. Varias páginas web especializadas publican los requerimientos de las compañías y los turistas se inscriben para aspirar a realizar ese trabajo. A cambio, las compañías ofrecen al viajero varias contrapartidas como alimentación, alojamiento y visitas turísticas, aunque generalmente no existe una retribución económica.
Un ejemplo de esta nueva práctica de turismo colaborativo es uno de los anuncios publicados en la web de un hotel que busca un huésped-artista. El anuncio dice: “El ambiente está rodeado de paredes blancas, un piano y un pequeño sistema de sonido. Ven a inspirarte y a ser creativo”. A cambio, el turista recibe alojamiento, alimentación y servicio de lavandería. Son cuatro horas diarias de trabajo y dos días libres. Este intercambio de experiencias beneficia a los turistas, ya que reduce el coste del viaje y ofrece una nueva experiencia. Al mismo tiempo beneficia a los empresarios, quienes logran solucionar pequeñas demandas que, de otra manera, tal vez no conseguirían resolver.
El chef Leonardo Bosso, de 28 años, dejó la casa donde vivía en São Caetano (São Paulo) para pasar tres meses en un hostal de Florianópolis. No gastó en alimentación ni en alojamiento. Leonardo trabajó en la cocina del hostal y, a cambio, quedó exento del pago de su estancia. “Fue muy bueno para mí porque tuve por primera vez la oportunidad de dirigir una cocina, y fue bueno para el hostal porque lograron un refuerzo durante el período de temporada alta”, explica el chef. Leonardo aprendió además español con los huéspedes extranjeros y probó nuevos platos.
Asimismo, cabe destacar que Brasil es un entorno favorable para el desarrollo de este tipo de práctica. De acuerdo con datos del Ministerio de Turismo, la mayoría de los turistas extranjeros que vinieron a Brasil el pasado año (97,4%) valoraron la hospitalidad encontrada en el país.
Ricardo Lima, socio fundador de una plataforma on-line que funciona como intermediaria entre compañías y turistas, afirma que los brasileños son el público que más crece entre los 96 mercados en los que la empresa opera, y que actualmente suman cerca de 30 mil inscripciones en su sitio web. Esta es una de las razones por las que Lima y los demás socios han optado por mantener su sucursal en el país. “La propia cultura nacional favorece el turismo colaborativo. Los brasileños son reconocidos en todo el mundo por su hospitalidad y esa es la esencia de ese tipo de negocio”, comenta el empresario.